“Ante la situación que atraviesa nuestro país, con crecimiento económico sin una justa distribución del ingreso y de la riqueza, con perspectivas de futuro cada vez más inciertas para las más amplias mayorías, el XI Congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) entiende necesaria la construcción de la alternativa al actual gobierno de coalición. Esta alternativa debe abarcar a la mayor cantidad de pueblo posible”. Así indica la resolución que aprobó el Congreso del sector, que se realizó este fin de semana en el gimnasio del club Cordón, en donde expresó que “comprometido con esa construcción amplia, nacional y alternativa, entiende necesario acompañar e impulsar la precandidatura del compañero Yamandú Orsi a la presidencia de la República”.
Con un acto que contó con la presencia del expresidente José Mujica, el MPP presentó al intendente de Canelones como su precandidato y, además, en palabras de la exvicepresidenta Lucía Topolansky, ahora pasa a “ser un compañero todo para el FA”, o como dijo en otras ocasiones, le dice “adiós a la barra”. Esto implica, en términos prácticos, que Orsi dejará de tener tareas orgánicas porque a partir de mayo, cuando se haga la elección de las nuevas autoridades del sector, no será propuesto como dirigente y, por lo tanto, abandonará la Dirección Nacional y el Ejecutivo Nacional, que actualmente integra. Pero, además, implica que no será presentado como el candidato del MPP sino como una figura amplia capaz de representar a vastos sectores de la sociedad, tanto los identificados con el FA como otros que votaron al actual gobierno.
Hacia allí apuntó no sólo el discurso que dio Topolansky ante los congresales, donde dijo que Orsi es “una figura lo más amplia posible y más allá del FA”, lo que puede “llevar a lo que todos queremos, a la victoria en 2024”, sino también las oratorias del propio intendente de Canelones y de Mujica en el acto final, para el cual llegaron dirigentes de todos los sectores, incluidos otros posibles precandidatos, como Carolina Cosse y Andrés Lima.
En el Cordón había casi tantos abanicos –originales o construidos artesanalmente con papeles– como congresales presentes, en un gimnasio que no dejaba salir el calor, que nada tenía que ver con la temperatura de afuera, la más fresca en semanas. El senador Alejandro Sánchez ofició como un maestro de ceremonia y, cuando habilitó la oratoria de Orsi, el precandidato infló el pecho antes de empezar a hablar, mientras todos lo aplaudían.
Orsi repasó gran parte de su historia de vínculos con el MPP, recordó a viejos dirigentes y señaló varios elementos que interpreta como virtudes del sector. “Entendí, gracias a algunos compañeros, que acá están presentes la importancia del sector productivo y de la ruralidad”, y más adelante dijo que no olvida al “gran Bebe [Sendic]”, que “arrancó para el interior cuando él pensaba que la acumulación estaba en cada rincón de los trabajadores y trabajadoras rurales”.
“Acá entendí sobre la amplitud”, agregó luego, una palabra que repiten varios dirigentes que apuntan a su precandidatura, tomando como base la autocrítica del FA que indica que en su último período de gobierno perdió diálogo con vastos sectores de la sociedad, principalmente del interior del país.
“Hoy nos enfrentamos a un gran desafío”, dijo luego: “Sacar a este gobierno”. “Porque nos duele lo que vemos, sólo hace falta caminar por nuestras calles por todo el país. Nos duele que haya gente que quede rezagada”, expresó. Señaló que hoy se ve “cómo nuestra gurisada se hace pedazos con la pasta base o la violencia, y parece que nada importara”.
Así las cosas, entendió “imprescindible volver a ser gobierno”. Agregó que estará “ahí donde la fuerza política diga”. Más tarde, en una rueda de prensa, repetiría lo que ya dijo en otras oportunidades: que si pierde la interna y el FA le pide que asuma la candidatura a la vicepresidencia para acompañar al candidato ganador, aceptaría.
“Hay que abrir las tranqueras porque hay gente que está afuera, es posible y vale la pena”, dijo Orsi cerca del cierre de su discurso, en una referencia a los votantes multicolores. Finalizó augurando que en 2025, cuando comience el eventual nuevo gobierno, se celebrará que “los más infelices serán los más privilegiados”.
La idea del MPP es reeditar una agenda que tuvo el discurso de Mujica en su momento y que apunta al desarrollo en el interior del país. Con Orsi a la cabeza, una figura que se interpreta que es fuerte en la ruralidad, hacia allí va el sector. “La historia no la definen los caciques sino el tamaño de las filas indias, entonces ninguna causa que no tenga gente atrás se concretará en el camino de la realidad”, advirtió el expresidente en el inicio de su oratoria, que fue la última del Congreso.
Mujica apuntó que “hay una cuestión programática de carácter central: este país se tiene que desarrollar”. Indicó que “hay un cambio civilizatorio en puerta”, donde “el conocimiento es más importante que nunca cada día, y no podemos resignarnos a ser vendedores de materias primas”. “Tenemos que meter una fortuna en la cabeza de las nuevas generaciones”, dijo, y agregó que “desarrollar este país significa jugarnos por el interior, multiplicar la enseñanza que llevamos al interior a escala sideral, llevar industria, y llevar industria no mendigada, hija del ahorro nacional”.
“Hay que jugarse en el interior, porque si no industrializamos el interior este país no se desarrolla”, repitió, y luego agregó que para ello hay que apuntar a capitales nacionales. “Para repartir hay que tener, y para tener hay que generar, y para generar primero hay que invertir, pero si para invertir tenemos que esperar que vengan los gringos a meter plata, van a llevarse más de la que meten. Siempre tiene que salir de nosotros, y esto hay que entenderlo duela a quien duela: nadie nos va a regalar la prosperidad”.
Sobre el final apuntó hacia Orsi y deseó que “sea presidente”, pero “si no le toca le pondremos el hombro al que el pueblo frenteamplista y la sociedad decidan”. Cerró su discurso provocando la emoción de varios correligionarios y se sentó junto a su compañera abajo del escenario para observar el espectáculo final de la murga Agarrate Catalina.