El expresidente José Mujica, sostuvo que el tratamiento de radioterapia que se le realizó debido al cáncer de esófago que lo aqueja desde el mes de abril, “según los médicos anduvo bien”, pero “yo estoy deshecho”. Así lo indicó en una entrevista realizada por The New York Times desde la chacra del expresidente.

En la nota, Mujica volvió a hablar sobre la humanidad, los libros, el mundo digital y “la admiración por la naturaleza”, algo que mantiene “como una especie de panteísmo”. En ese sentido, el expresidente señaló que hace cuatro años “tiré mi teléfono, porque me tenía loco, todo el día hablando pavadas”, y añadió que lo hizo “porque quiero hablar conmigo. Aprender a hablar con el que llevamos dentro. Que fue el que me salvó la vida. Y como estuve muchos años solo, me quedó”.

“A veces ando en el tractor y me paro a mirar cómo un hornero, que nació siendo arquitecto, construye su nido”, comentó Mujica. “Hay que tener ojos para ver”, sostuvo, y continuó: “Las hormigas son la cosa más comunista que puede haber. Son mucho más viejas y nos van a sobrevivir. Todos los seres colmenares son muy fuertes”.

Mujica se refirió al avance de la tecnología y “al uso desastroso” que el ser humano hace de los celulares. “Porque un muchacho anda con una universidad en el bolsillo. Es maravilloso. Pero no, avanzamos más tecnológicamente que en valores”.

“Nada sustituye el hablar entre personas”, reflexionó Mujica. “Eso es intransferible, porque no se habla sólo con palabras, nos comunicamos con los gestos, con la piel”. Para el expresidente, el ser humano “no es tan robótico”, porque “antes de aprender a pensar, fuimos animales muy emotivos”.

“Muchas veces la cabeza encuentra los argumentos para justificar las decisiones que tomaron las tripas. No somos tan conscientes como parecemos, y está bien, porque ese mecanismo sirve para vivir”.

Sobre el momento actual de la humanidad, algo en lo que ya ha insistido en otras ocasiones, Mujica dijo que está “condenada”. “Porque gasta mucho tiempo inútil. Se puede vivir más tranquilo. Mirá, Uruguay tiene 3 millones y medio de habitantes. Importa 27 millones de pares de zapatos. Hacemos basura. Trabajamos en pena. ¿Para qué?”.

“Hay que darle sentido a la vida, hay que luchar por la felicidad humana, y no sólo por la riqueza”, reflexionó Mujica. “Eres libre cuando escapas a la ley de la necesidad, cuando gastas tiempo de tu vida en lo que a ti se te ocurre”, pero resulta que “el mercado nos domina y se queda con todo el tiempo de nuestra vida”. “La humanidad necesita trabajar menos y tener más tiempo libre y ser más sobria”, continuó.

Consultado si el ser humano puede cambiar, el exmandatario dijo que “podría”, pero “el mercado es muy fuerte”, porque “ha hecho de nosotros voraces compradores, vivimos para comprar y vivimos para pagar. El crédito es una religión”. “Biológicamente creo en el hombre, pero cuando pienso, soy pesimista”, expresó.

Sobre su momento actual y su estado de salud, Mujica dijo que “la vida es hermosa, y amo la vida”, pero “la estoy perdiendo porque estoy en el tiempo de irme”. “Espero que me recuerden como lo que soy: un viejo loco”, aunque “tengo una cosa, que es la magia de la palabra”, sostuvo el exmandatario.

Consultado sobre su visión de algún Dios, Mujica dijo que “hay que respetar a la gente que cree, pero yo no tengo ningún Dios”. Es como un consuelo “ante la idea de la muerte, porque la contradicción de la vida es que es un programa biológico que está hecho para que luches por vivir”. Pero “desde el momento que arranca el programa [la vida], estás condenado a morir. No nos resignamos a que somos una hormiga en la infinitud del universo. Necesitamos la esperanza de Dios porque quisiéramos vivir”.

Mujica señaló que espera que “la vida humana se prolongue, pero tengo miedo. Hay muchos locos con armas atómicas. Mucho fanatismo”. “Tenemos que hacer molinos de viento, cambio energético, y sin embargo gastamos en armas. Qué animal complicado el hombre: es inteligente y burro”, concluyó.