2024 fue un buen año para el sector agropecuario, que logró recuperarse tras la crisis hídrica que suscitó pérdidas para el rubro en 2023 y registró ventas por exportaciones en el entorno de los 10.000 millones de dólares, ligeramente por detrás del récord de 2022. Así lo recoge un informe que forma parte del anuario de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), titulado “Situación y perspectivas de las cadenas agroindustriales 2024-2025”.

Según el informe de la Opypa, “la economía global retomaría el ritmo de crecimiento promedio de la década previa a 2020 y crecería alrededor de 3% en 2024 y 2025”, algo de lo que nuestro país no sería ajeno, ya que “se perfila” para crecer “en torno” a tal cifra, “a impulso de la demanda externa y del consumo interno”.

Por su parte, durante el primer semestre de 2024 “la economía uruguaya se expandió 2,2%” respecto del “mismo período del año anterior”, que el documento atribuye al “destacado desempeño de la agricultura” y a “la tracción que la tercera planta de celulosa continúa imprimiendo a la actividad silvícola [la industria maderera]”. De acuerdo con las estimaciones del organismo, las exportaciones de bienes y servicios habrían rondado los 13.000 millones de dólares en 2024, convirtiéndose así en “el segundo registro histórico más alto”, detrás de 2022.

Los sectores agropecuario, pesca y minería y energía eléctrica, gas y agua registraron “las mayores contribuciones al alza”, con una variación interanual del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país que alcanzó 14% y 25% entre enero y junio de 2024, respectivamente. El informe atribuye ambos crecimientos a “la recuperación del nivel de actividad tras superar los impactos negativos del déficit hídrico” del bienio pasado y, en el caso del primero, a la apertura de la planta de UPM 2 en Paso de los Toros, que “impulsó la actividad silvícola” dada “una mayor demanda de rolos para su posterior procesamiento industrial”.

El informe, que ahonda en la incidencia que tuvieron los diferentes rubros en la cadena agroindustrial, destaca dos sectores para los que se concretaron niveles de exportación récord, en un ciclo caracterizado por sus “condiciones climáticas excepcionales”.

En primer lugar, las exportaciones de trigo alcanzaron los 366 millones de dólares, “el mayor valor de los últimos diez años, a pesar de que el precio medio de exportación estuvo por debajo de zafras anteriores”. El rubro registró un incremento de la producción de 37,4% respecto de la zafra anterior, con “un nivel de productividad promedio récord”.

El documento anticipa que la producción para el año entrante “será nuevamente auspiciosa”, con “rendimientos superiores al promedio histórico”, aunque “debajo del récord registrado” en 2024. Mientras tanto, se espera que la producción de cebada, que también “registró una cosecha récord”, supere el millón de toneladas, “pese al retraso en la siembra” producto de las “lluvias otoñales” del año pasado, estima la Opypa.

Por su parte, el año pasado “se cosecharon casi 149.000 hectáreas de arroz”, 4,5% menos de lo obtenido durante 2023, dadas las “pérdidas” registradas tras las “abundantes lluvias registradas en otoño de 2024”. Sin perjuicio de ello, hay expectativas positivas para el año entrante, con una “intención de siembra” que estima en 182.000 hectáreas, “un máximo desde el ejercicio agrícola 2010-2011”.

La soja, cuya siembra se vio perjudicada por el déficit hídrico durante el bienio pasado, repuntó y registró una variación de la producción de 394,8%, gracias a “las lluvias ocurridas durante noviembre de 2024 en el litoral del país”, lo que permitió “recuperar la humedad de los suelos” y sembrar “en condiciones óptimas”. En esta línea, si bien se espera un descenso en el rendimiento de 8,3%, en el informe se aclara que eso es de esperar “si se tiene en cuenta la alta base de comparación de la temporada 2023-2024”.

Más allá de los resultados obtenidos por el sector durante 2024, año para el que se estima una variación interanual del 9,5% del PIB, la Opypa prevé “una leve contracción” del 0,4% hacia 2025, dada una posible “caída del valor agregado”. Sin embargo, dicha tendencia se vería “parcialmente compensada” por la producción en el sector silvícola, que “produjo a niveles inferiores a los de su capacidad instalada durante los primeros meses del año” y del que “es de esperar que continúe generando impactos positivos durante 2025 en la medida que su actividad se aproxime a capacidad plena”, matiza el informe.

La recaudación impositiva creció 3,6%, si bien la presión fiscal sobre el sector disminuyó

Otro capítulo del anuario de la Opypa, titulado “Recaudación y presión fiscal en el agro en 2024”, estima que la recaudación impositiva en el sector agropecuario alcanzó los 327,1 millones de dólares, 3,6% por encima de los resultados observados en 2023 en términos constantes.

Según enuncia el informe, hay dos razones detrás de ello, siendo el principal motivo el auge en la recaudación de impuestos sobre la tierra, que “representan casi 58% del total” y “mostrarían un incremento de 2,3% en 2024”, alcanzando los 220 millones de dólares. El documento atribuye esto al crecimiento en la recaudación del Impuesto al Patrimonio luego de un 2023 “con una recaudación menguada”, producto de “la caída en la actividad” por déficit hídrico que el organismo registraba entonces, así como también “un incremento de los aportes patronales a la seguridad social”.

Por su parte, los impuestos a la renta, que significaron 32% de la recaudación impositiva, también crecieron respecto del año anterior (6,3%), con un costo estimado para el sector de 123 millones de dólares y, en menor medida, los “impuestos indirectos”, que “se mantienen estables en su conjunto”, se estiman en 36,4 millones para el período, detalla el documento.

De todas formas, y “aunque la recaudación se incrementó”, la presión fiscal sobre el sector habría disminuido en 2024, con “una leve caída en el ratio” que el documento atribuye a un crecimiento del “valor agregado sectorial” y que estima preliminarmente ronda los 0,4 puntos porcentuales, de 6,9% a 6,5%.

Retrocesos en la industria manufacturera y la construcción

El informe de Opypa aborda también aquellos sectores para los que se registraron “las mayores incidencias negativas”, que lideran la industria manufacturera y la construcción, con una variación interanual de aportes al PIB de -5,3% y -2,5%, respectivamente.

Según el documento, esto “se explica mayormente” por la parada técnica de la refinería de La Teja operada por Ancap, que se extendió hasta abril de 2024, en el caso de la industria manufacturera, algo que “no pudo ser compensado por la mayor actividad de la industria cárnica y de celulosa”. No ahonda, sin embargo, en las razones detrás de la caída en el sector de la construcción.

El otro sector que registró un retroceso fue el de las actividades profesionales y arrendamiento, estimado en -0,2%, pero sobre el que el informe no aborda.