“Para decirlo de la manera más gradual y moderada, el gobierno no empezó bien”, sostuvo el politólogo e historiador Gerardo Caetano al realizar un balance del comienzo de la gestión del gobierno presidido por Yamandú Orsi, a casi 100 días de asumido y cerca del fin de la llamada “luna de miel”.

Entrevistado por la diaria Radio, Caetano reconoció que la nueva administración “se encontró con una situación que no esperaba”, debido a que “el gobierno anterior durante la transición ocultó, no mostró cosas y eso dificultó enormemente la puesta en marcha”. Comentó que ha conversado con algunos ministros, quienes “advierten este asunto” y le relataron “situaciones muy graves, muy dramáticas, que no debieron ocurrir”, por ejemplo, el “ocultamiento de deudas” y “trampas en cuanto a la transferencia de deudas que debieron haber sido pagadas en el período anterior”.

Consideró que el gobierno, y principalmente el presidente, “con razones, pero también excesivamente”, ha tendido a “hablar con muchísima prudencia respecto a este tipo de situaciones”. Señaló que “la ciudadanía necesita saber qué es lo que está pasando”, y que, si por ejemplo “hay 900 millones de dólares que no estaban en las cuentas y que ahora aparecen”, como ha afirmado el ministro de Economía, Gabriel Oddone, “no me sirve el argumento de que eso más o menos siempre ocurre”.

“El hecho de no tener mayoría parlamentaria en Diputados ha hecho evidente que tanto el presidente como los ministros no pueden decirlo todo y que tienen un gran temor de que algo dicho a destiempo pueda quemar la pradera”, consideró el politólogo.

Sostuvo que al presidente Orsi “le está faltando claridad”, y subrayó la importancia de que trabaje en su comunicación política, ya que no es una de sus virtudes. Además, apuntó a que “ha habido falta de sintonías entre él y algunos de sus ministros” al momento de comunicar.

Por otro lado, para Caetano, el gobierno enfrenta “oposiciones” y no una oposición unificada. Por ejemplo, en el Partido Colorado “una ha sido la actitud de los sectores que apoyan a [Pedro] Bordaberry y otra ha sido la actitud del resto”, como la del senador Andrés Ojeda, a quien el politólogo observa “muy alineado” con el Partido Nacional, que a su vez “todavía no ha elaborado la derrota” de las elecciones nacionales.

Situaciones como las de Cecilia Cairo reflejan que el gobierno “no parece todavía estar plenamente aceitado”

El inicio del gobierno no ha estado exento de polémicas que incluso han costado la salida de jerarcas del gobierno; el caso más notorio es la renuncia de la ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Cecilia Cairo, luego de la controversia vinculada a irregularidades con el predio donde reside; pero también ocurrió la salida de la vicepresidenta de la Administración Nacional de Puertos, Alejandra Koch, tras haber votado a favor del ascenso de su esposo en ese ente; y, más recientemente, la situación en torno al presidente del Instituto Nacional de Colonización (INC), Eduardo Viera, quien fue señalado por su condición de colono en medio de la polémica por la compra de 4.400 hectáreas en Florida destinadas a productores lecheros.

Consultado al respecto, Caetano sostuvo que son situaciones “muy distintas”, pero aparece el “tema de un gobierno que no parece todavía estar plenamente aceitado”. Sobre el caso Cairo, consideró que fue “un episodio penoso, realmente penoso”, que, además, “nunca debió ocurrir”; y en cuanto a la situación de Koch, la consideró igualmente “inadmisible”.

El politólogo analizó que la ciudadanía le va “a pedir muchas cosas” al gobierno, “en primer lugar, que cumpla las promesas”. En ese sentido, señaló que hay “algo que está en el núcleo de la promesa” y es que “este gobierno no puede tener oscuridades en temas de legalidad, en temas de cumplimiento de las normas, en temas de honestidad”, en parte, porque uno de sus eslóganes de campaña fue “que gobierne la honestidad”, pero también porque “marca la idea de diferenciarse respecto a un gobierno como el anterior”, que, para Caetano, “estuvo lleno” de “episodios de corrupción, episodios graves, de los cuales no sabemos todavía muchas cosas, y episodios sobre los cuales tenemos que conocer la verdad profunda”.

“La mejor política del gobierno de Lacalle Pou fue la política comunicacional”

Al respecto de la polémica del presidente de Colonización, Caetano sostuvo que se ha informado con juristas y “hay dos bibliotecas” en torno a si el jerarca viola o no el artículo 200 de la Constitución al presidir el ente y ser colono. De todas formas, consideró que lo que más le “llama la atención” son las “contradicciones flagrantes” entre el presidente Orsi y el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez. “Eso no puede ocurrir. El gobierno tiene que encolumnarse a través de una opinión y no puede dar el flanco de tener, nada menos que en sus dos principales figuras, públicamente desavenencias tan fuertes”, aseveró.

En comparación con el gobierno de Lacalle Pou, el politólogo afirmó que “la mejor política de su gobierno fue la política comunicacional, por lejos”. “No sólo por el [ex]presidente, que es un gran comunicador, sino por un equipo que administraba, distribuía el relato, les hacía cumplir cosas a unos y a otros”. Además, “manejaba la agenda ficta”, es decir, tenía la capacidad de desviar la atención pública de un episodio a otro “que no tiene mucho que ver, pero que desorienta”.

Caetano analizó que el gobierno de Lacalle Pou, “con un equipo muy sólido atrás, muy numeroso y seguramente muy bien financiado”, “movía las cosas de tal manera que todo parecía ir muy bien”. Y, al mismo tiempo, “tenía otro grupo de gente que permanentemente estaba acicateando la guerra”, en referencia a la batalla cultural, la disputa por el relato. Sin embargo, “cuando se generaban esos desencuentros y esos desencuentros llegaban a la ciudadanía, decían ‘yo no fui’, y siempre victimizándose”, lo cual consideró una política “que tiene muy malas consecuencias para la calidad democrática”.

“Orsi tiene otro talante, y yo lo celebro; y este gobierno tiene otro talante y parece buscar otra manera de construir vínculos con la oposición”, destacó, aunque señaló que tiene que “combinar”: “No se puede ceder a una blandura, no hay que confundir buena relación con blandura”, consideró.