A las 10.00 comenzó el acto en conmemoración de la Declaratoria de la Independencia en la Piedra Alta, en Florida, donde el presidente Yamandú Orsi y el intendente de esa comuna, Carlos Enciso, pronunciaron discursos y descubrieron una placa por el bicentenario del 25 de agosto de 1825.

En rueda de prensa, Enciso destacó la presencia de una diversidad de autoridades y dirigentes “en el centro de Florida como epicentro de lo que fue un proceso de independencia que hace 200 años se declaró aquí en esta Piedra Alta y en el predio histórico”. Consultado sobre los desafíos del bicentenario, respondió que, “para ser coherentes con aquellos patriotas”, un desafío es “seguir consolidando la libertad, el republicanismo, la democracia y, por supuesto, en una clave de justicia que es también lo que los libertadores pelearon”. Enciso también señaló la necesidad de “justicia y equidad para un interior muchas veces postergado” y de “un país que tiene que ser más integral, más desarrollado desde el punto de vista homogéneo”.

El intendente de Florida fue el primero en hacer uso de la palabra durante el acto, ante la presencia del presidente Yamandú Orsi, la vicepresidenta Carolina Cosse, el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, los expresidentes Julio María Sanguinetti y Luis Lacalle Pou, colegas intendentes y otros miembros del Poder Ejecutivo.

El nuevo aniversario de la Declaratoria de la Independencia marca el inicio del proceso conmemorativo que, entre 2025 y 2029, recordará los 200 años de los hechos históricos que confluyeron en la creación de la República Oriental del Uruguay. Con ese fin, se instaló la Comisión del Bicentenario, dirigida por el profesor Gabriel Quirici e integrada por referentes de distintos partidos, que se encargará de organizar diversos eventos anuales en torno a la idea de un ciclo independentista.

La placa, develada por Enciso y Orsi, expresa: “El 25 de agosto de 1825 se reunía en la Villa de la Florida la Asamblea de Representantes de los Pueblos Orientales para declarar la independencia de todo poder extranjero y formar un gobierno propio. Comenzaba así la forja de una comunidad americana, republicana y libre. Leyes, batallas y expresiones populares, desde aquí hacia todos los pagos, alumbraron el camino de construcción de la nación uruguaya”.

Orsi sobre los desafíos de Uruguay en su bicentenario: “El desarrollo nacional tiene que tener clave territorial o no será”

Luego de Enciso, el presidente Orsi pronunció un discurso de poco menos de 20 minutos, en el que hizo un repaso por el proceso histórico de la Independencia, y se refirió a los desafíos actuales.

Orsi apuntó que la conmemoración del 25 de agosto tiene dos componentes que, en principio, “ilustran o muestran una aparente contradicción: si fue independencia o si fue unión”, lo cual ha generado un debate y una “revisión permanente de lo que fueron esos hechos”. A propósito, sostuvo: “No es independencia o unión, sino que la clave estaba en que era independencia y unión, y eso tenía que ver con una coyuntura particular que es necesario revisar, pero explicar”.

El presidente se refirió al proceso histórico que inició en 1825 y terminó en 1830, y señaló que “tenemos que ser capaces de trasladar la complejidad y de cómo los procesos no son lineales. No es todo: ‘Se decreta la independencia, se lucha y después se consigue’. No, es mucho más complejo, por aquello de que ‘mi pueblo no es argentino ni paraguayo ni austral, se llama pueblo oriental por razón de su destino’, y ese destino estaba marcado en toda esa peripecia tan compleja y tan difícil”.

Orsi recordó “la cantidad de imperios que pusieron pie sobre el territorio: españoles, ingleses, portugueses, brasileños, y después la intervención francesa o inglesa en otros momentos complejos de nuestra patria”. Por todo esto, consideró: “No fue un trámite, sin duda”. Declarar la independencia, acotó, “implicaba una serie de riesgos”, porque, “si uno la analiza bien, era una declaración de guerra y era plantar pie nada menos que ante un imperio gigantesco con mucho poder”. Destacó que “ese tipo de decisiones necesitaban mucha astucia”, inteligencia, y “el coraje como para ponerse firme, porque las batallas que después iban a venir”, y “no fueron batallas menores, sino que fueron de las más grandes que se dieron en nuestro territorio”.

En ese marco, Orsi adelantó que vendrán “cinco años de conmemoraciones, por supuesto de festejos, de relatos, de homenajes”. Consideró que es “una muy buena oportunidad, cada uno de estos homenajes y conmemoraciones de estos próximos cinco años, para volver a mirar el territorio y su gente, para poder volver a mirar lo que somos, para volver a mirarnos a nosotros mismos”.

En esa revisión, señaló que “la pregunta o el dilema, o lo que tenemos que resolver, es cuál es la oportunidad que una y otra vez tenemos como nación”. “No es de ahora, es una pregunta recurrente. Nace el Estado Oriental del Uruguay y, a los pocos años, esta pregunta estuvo sobre si era posible que esta nación se constituyera en un Estado, y si era posible aguantarlo, y si era posible sostenerlo”, indicó el presidente.

Se reiteró en el siglo XX con la modernización del Estado: “Ahí había un dilema de hacia dónde nos inclinábamos, si teníamos que inclinarnos o podíamos mantenernos con nuestra visión histórica de Estado soberano, que no se metía en asuntos de otros”. Y en la Guerra Fría, cuando “el mundo te empujaba hacia un lado o hacia el otro, y si había posibilidades de zafar o de estar ausentes de ese debate”.

“Con estas preguntas, con esta revisión permanente que nos hace tanto bien, evidentemente aparecen oportunidades y desafíos”, señaló Orsi. El primero de ellos, consideró, es el “desafío demográfico”, en el que destacó “nuestra deuda en la protección de la niñez y la adolescencia”, así como también en los cuidados de la población mayor.

Un segundo desafío es “el crecimiento y el desarrollo”, no solo del Producto Bruto Interno, sino de “algo más complejo y más rico, que es el desarrollo en su real dimensión: desarrollo económico, un desarrollo social que nos haga –o que nos permita– seguir instalados en el mundo como un país adelantado en los temas sociales”. Además, retomando parte de lo mencionado por Enciso, mencionó también la necesidad de “un desarrollo territorial equilibrado”.

“Aquel territorio, o este territorio, que en algunas plumas o algunos escritores se hablaba de la provincia oriental, pradera, frontera y puerto, hoy es bastante más rica y ahí tenemos sí, una pradera bastante más compleja y con mayor variedad de actividades, pero también una costa que se extiende más allá del puerto y un litoral que es diferente a la frontera seca con el Brasil”, repasó el presidente, que reafirmó que el “desarrollo nacional tiene que tener clave territorial o no será, o seguirá siendo la historia de siempre: los países dependientes, escorados hacia el puerto o hacia alguna de las regiones”. “Debemos lograr un desarrollo equilibrado, y es un compromiso que tenemos entre todos”, aseveró.

El tercer desafío, continuó el presidente, es “fortalecer la seguridad”: “Luchar todos los días por encontrarle la salida a la disminución de la violencia, que en nuestra sociedad late. Y no estoy hablando solo del crimen; estoy hablando también de la violencia puertas adentro, de la violencia que ocurre en nuestros jóvenes, en el deporte o donde ustedes quieran verla”.

Por otro lado, apuntó que el país debe también posicionarse “en un mundo tan cambiante, en una geopolítica tan complicada, tan incierta, en un mundo donde parece cerrarse, en un mundo donde la ecuación no es tan simple y la lucha entre países poderosos nos empuja o nos invita a optar por uno u otro”. “Acá tenemos que ser claros en mantenernos firmes como país que, desde el principio, se definió por la paz, y como un país donde nos gusta que las controversias se resuelvan dialogando y que los acuerdos tengan éxito”, consideró.

En ese marco, sostuvo que Uruguay quiere posicionarse como “país promotor del multilateralismo, donde los acuerdos y donde los organismos que tienen que velar por la paz mundial se fortalezcan, y no como ahora que evidentemente se observa un retroceso en un mundo donde la guerra volvió y los muertos se cuentan por miles hasta por millones”. Además, “debemos también ser un país y mantenernos como país donde la autodeterminación de los pueblos es clave”.

Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Pou, Carlos Enciso, Yamandú Orsi, Carolina Cosse y Alejandro Sánchez.

Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Pou, Carlos Enciso, Yamandú Orsi, Carolina Cosse y Alejandro Sánchez.

“Debemos abandonar esa tentación de carácter mundial de caer en calificar a las personas”

Sobre el cierre del discurso, el presidente también se refirió al compromiso con el fortalecimiento de la democracia. Para lo cual, hay una serie de tareas; entre ellas, mencionó “promover la tolerancia”. “Nosotros, quienes tenemos las tareas que tenemos, y desde la política, debemos promover con el ejemplo, el respeto y la consideración por el que piensa distinto. No es gritando más fuerte, o no es hablando de la persona, sino defendiendo ideas con contundencia, con convicción”.

“Debemos abandonar esa tentación de carácter mundial de caer en calificar a las personas o el exceso de adjetivos o tan simple como el no querer escuchar lo que me quieren decir los otros”, consideró. También llamó a “tener empatía por los que más sufren” y “no bajar jamás la guardia en eso”. Reconoció que “hay dificultades de acceso a los servicios”, por ejemplo, en cuanto a la salud mental, que “está una y otra vez sobre la mesa”, y “evidentemente como Estado nos está faltando bastante”.

“Eso implica, por supuesto, políticas correctas. Eso implica recursos. Pero, fundamentalmente, no perder jamás y fortalecer esa empatía que necesariamente tenemos que tener por aquellos que más nos necesitan: por los que no ven futuro, por los jóvenes que no tienen un futuro y que cualquier oportunidad de inmediatez quizá les seduzca, por aquellos que te dicen ‘¿para qué?, si mi vida ha sido siempre una carrera en el cortoplacismo’, o también esa empatía que debemos tener por aquellos que se sienten solos y solas, fundamentalmente nuestros viejos y que tantas veces no nos damos cuenta”.

Volviendo al principio del discurso, el presidente consideró que “las herramientas siguen siendo muy parecidas a aquellas que utilizaron los patriotas del 25”: “mucha astucia, mucha inteligencia, por supuesto mucho coraje y mucho sentido de pertenencia”.