El mapa de Uruguay superpuesto con el indicador P7 de la escala de Harvard que mide la incidencia de covid-19 muestra hoy al departamento de Montevideo en color anaranjado, a Rocha y a Rivera con un amarillo oscuro, pero ya alejándose del naranja que los pintó durante algunos días, y al resto de los departamentos con tonos de verde y amarillo. Ese indicador, que se calcula en base al promedio de los casos de los últimos siete días cada 100.000 habitantes y representa el riesgo en cuatro colores (verde si el promedio da menos de uno; amarillo si está entre uno y diez; anaranjado si está entre diez y 25, y rojo si es mayor de 25), permite mirar lo que ocurre durante varios días –lo que hace más estable la medida– y ver la cantidad de casos en función de la población.

A golpe de vista, tal como lo grafica cada noche el Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de Covid-19 en base a los datos del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), se ven las diferencias entre los departamentos, porque la expansión del virus es dinámica y no afecta de igual forma a todo el país. Pero a su vez, las diferencias dentro de cada departamento son significativas; por ejemplo, Rocha el viernes estaba pintado de anaranjado pero no por la suma del promedio de casos de todas las localidades ni de varias, sino fundamentalmente por el aporte de casos del Chuy, tal como explicó el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, en una reunión con que mantuvo con la prensa. En ese contexto, según sugieren especialistas, es fundamental aplicar diferentes estrategias en función de las realidades locales.

Consultado por la diaria sobre este abordaje, Salinas respondió que el Ministerio de Salud Pública (MSP) trabaja en la implementación de estrategias locales, y que por eso hace casi tres semanas se reunieron con el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (Cecoed) de Montevideo y de Canelones, que son los departamentos con más casos de coronavirus, como ya han trabajado en otros momentos con otros Cecoed.

Karina Rando, directora general de Coordinación del MSP, agregó que “cada departamento tiene sus particularidades, y desde el inicio de la pandemia se han contemplado las particularidades de cada uno de ellos y se han tomado medidas específicas en cada uno, por ejemplo, en los departamentos de frontera se ha hecho el control del ingreso y el egreso de las personas al departamento tomándoles la temperatura y con algunas otras medidas sanitarias”, de modo que a los planes nacionales se han sumado los planes locales.

Rando anunció, también, que “se están preparando medidas de mayor control, de mayor fiscalización y mayor aforo en los departamentos del este en un futuro, para cuando llegue la etapa de vacaciones”. Relacionado con eso, pero también con lo que ocurra en cualquier punto del país, Rando comentó que “se están incluyendo medidas, como por ejemplo el seguro de salud que han de tener las personas que tienen ciudadanía uruguaya y vayan a ingresar al país y no tengan cobertura” de salud; de esta forma, el MSP busca asegurar que toda persona tenga un prestador al que le corresponda concurrir.

Jacqueline Ponzo, magíster en Epidemiología y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, publicó el martes 1° en la diaria una columna en la que advertía sobre la necesidad de trabajar en la escala “particular y local” de la pandemia y, entre otras cosas, propuso que los equipos de salud que trabajan en el primer nivel de atención (policlínicas y a nivel comunitario) potencien la tarea “involucrándose en el trabajo de rastreo de contactos en coordinación con la autoridad sanitaria”, en el entendido de que un sistema de vigilancia epidemiológica no puede hacerse de forma centralizada, sino con la presencia efectiva en el territorio. Sobre esto, Rando respondió que “en algunos departamentos se trabaja desde hace ya varios meses con integrantes del primer nivel de atención en total concordancia, fundamentalmente con ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado], pero también con instituciones de Fepremi [Federación de Prestadores Médicos del Interior] que en algunos lugares ayudan a rastrear y en otros lugares ayudan a la práctica del hisopado, en algunos departamentos más que en otros, pero se está reforzando”.

En ese sentido, Rando comentó que ASSE “está intentando reforzar y va a reforzar el número de rastreadores para que colaboren con las direcciones departamentales de salud”. Este lunes, en una rueda de prensa, Gabriela Lamique, directora de la Red de Atención Primaria Metropolitana de ASSE, dijo que en Montevideo, Ciudad de la Costa y Ciudad del Plata, ASSE tiene 14 centros de salud y que los equipos apoyan la estrategia de detección y el rastreo de contactos, aislamiento y seguimiento de casos de covid-19, y que es una fortaleza trabajar a nivel territorial, porque el personal de salud conoce a la comunidad. Lamique mencionó que ASSE está aumentando el número de rastreadores en la región metropolitana, que en este momento es la más problemática en cuanto a la cantidad de casos, y que para eso se sumó un puesto de hisopado que ahora está en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología de ASSE –que permite hacer muchos más test por día– y se instalarán otros en el Centro de Salud Giordano, en Maracaná Sur, en Ciudad de la Costa y en Instrucciones y Mendoza.

Milton Romani, psicólogo y ex secretario general de la Junta Nacional de Drogas, le escribió el 17 de noviembre una carta abierta a Salinas y al director general de la Salud, Miguel Asqueta, en la que les planteó que “urge la conformación de equipos locales de vigilancia epidemiológica”, es decir, para el rastreo, testeo y aislamiento de casos. Su propuesta, elaborada también con otros referentes del Frente Amplio, como Miguel Fernández Galeano –ex subsecretario del MSP y ex adjunto del directorio de ASSE– y Pablo Anzalone –ex director departamental de Salud de la Intendencia de Montevideo–, es que los municipios y las intendencias hagan un diagrama con recursos humanos del primer nivel de atención de ASSE, de los servicios de salud de las intendencias, de mutualistas y de la Universidad de la República –como por ejemplo del programa Apex, de Extensión Universitaria– que trabaje bajo la División de Epidemiología del MSP. “Es un esquema complementario, que multiplica la posibilidad de intervenir en brotes y focos simultáneos con la lógica de eficiencia que tienen los dispositivos descentralizados. Multiplica la llegada, promueve además mecanismos de prevención y contención con recursos humanos nuevos y motivados que, como toda estructura local, conocen bien la zona, los vecinos, y tienen facilidades de llegada”, explicó en la carta. Propuso, además, que las organizaciones vecinales pudieran incorporarse a esos equipos.

En diálogo con la diaria, Romani explicó que hasta ahora no ha tenido respuesta de Salinas ni de Asqueta, pero dijo que confía en la apertura para incluir la propuesta. Dijo que las alcaldesas de los municipios G y B de Montevideo, Leticia Torres y Silvana Pissano, ya están trabajando para implementarlas, y también Mariana González Guyer, prorrectora de Extensión de la Udelar. También comentó que esta tarea de descentralización la aplicó, con éxito, la Dirección Departamental de Salud de Treinta y Tres en ocasión de los brotes de junio.

Este lunes, Fernández Galeano presentó al Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio esta propuesta de conformar equipos locales de vigilancia integrados por personal de salud del primer nivel de atención del sector público y privado, de la Udelar y de los gobiernos departamentales y municipales, y para que las direcciones departamentales de Salud y la División de Epidemiología del MSP designen referentes técnicos para esos equipos locales de vigilancia.

Comunidad activa

Ponzo trabaja en una policlínica de Migues y espera atenta las cifras del Sinae, así como las de cada localidad canaria, que empezó a recibir de la Intendencia de Canelones. Su preocupación es “cómo aterrizar” a nivel local y colectivo las medidas dispuestas a nivel nacional para contener el virus. Además de involucrar a los equipos de salud, Ponzo propone incluir a organizaciones sociales, gremiales y políticas. “Trabajando en forma participativa con los involucrados generás más adhesión y menos resistencia a las medidas”, explicó a la diaria. Así, por ejemplo, dijo que se puede organizar con la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua la generación y aplicación de protocolos para el uso de espacios comunes, como el salón de usos múltiples, o la limpieza de los ascensores. También, señaló que se puede trabajar por sector de actividad, como los comercios, los gimnasios, clubes deportivos, para diseñar propuestas adaptadas a las diferentes realidades, y que es necesario involucrar a los gremios, al PIT-CNT, a los partidos políticos, para que asuman y lideren la tarea de prevención. “Todavía estamos en un momento en que hay margen, es el momento para profundizar por ahí”, planteó. Tanto Romani como Ponzo están convencidos de que las medidas tienen mayor acatamiento si se involucra a las personas y si pasan a tener un rol activo. En palabras de Romani: “hay que transformar la comunidad, de receptora de normas y conductas, en actor protagonista”.

Rastreo

La estrategia de detección temprana de casos y de sus contactos ha sido una de las claves de la contención de la pandemia y se busca sostener en este momento, con el abrupto crecimiento de casos. Según anunció Salinas el viernes, el equipo de rastreadores, que en marzo involucraba a 24 personas, había crecido a 154 a comienzos de la semana pasada y sobre el fin de semana, el MSP pidió contar con diez rastreadores más y sumó a 38 estudiantes avanzados de Medicina, mediante un convenio entre la Universidad de la República (Udelar) y ASSE. De todos modos, los más de 200 rastreadores pueden no dar abasto.

El viernes Salinas comentó que en las últimas semanas la cantidad de casos sin noción de contacto –es decir, en los que no se pudo establecer cómo se contagiaron– creció de 15% a 20%. Dijo que “esto se debe, en parte, al incremento de casos y a que debemos priorizar en la actividad de rastreo la identificación de nuevos casos, y algunos que quedan ‘en investigación’ los consideramos sin nexo aún, porque priorizamos tener el contacto con la persona y rápidamente el listado de personas para poder llamar, y a veces no podemos llegar a la razón última de cómo se contagió, porque es un dato interesante pero no me limita la cadena de transmisión, entonces nos enfocamos en eso”.