En menos de un mes la cantidad de pacientes con coronavirus en CTI aumentó a más de 300%. El 1° de marzo eran 76 los pacientes con covid-19 en cuidados intensivos, según el reporte de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) de ese día, y de acuerdo al último informe de la SUMI difundido el 25 de marzo, son 236 los pacientes con coronavirus en CTI. La ocupación por esta enfermedad alcanzó 29,5% del total de las camas de CTI (63,9%, 511 camas de 800 disponibles).

Desde hace varias semanas, los médicos intensivistas y de todas las áreas de la salud realizaron reiterados reclamos a las autoridades sobre la toma de medidas de forma urgente para evitar la saturación del sistema de CTI. El domingo 21, adjunto a su reporte diario, la SUMI advirtió que si continuaba esta tendencia de incremento de ocupación de camas en cuidados intensivos, el 4 abril se alcanzaría 79% de la capacidad del servicio. El presidente de la SUMI, Julio Pontet, advirtió que “llegar a un 35% de ocupación de camas de CTI por pacientes con covid sería, literalmente, la saturación del sistema”, en una entrevista este jueves con Montevideo Portal.

La situación impulsó al Poder Ejecutivo a tomar medidas rápidamente para evitar el colapso del sistema de salud. El martes, en una conferencia de prensa, el presidente Luis Lacalle Pou anunció la instalación de 129 camas de CTI, y en diálogo con la diaria, Luis González Machado, presidente de la Junta Nacional de Salud y director del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Salud Pública, MSP) informó que se están haciendo las gestiones necesarias para habilitar unas 150 camas, aparte de las 900 con las que ya cuenta el sistema. Además, el presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Leonardo Cipriani, confirmó la instalación del segundo centro de referencia de atención para pacientes covid-19 en en el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (INOT) de Montevideo. Los anuncios fueron destacados por las autoridades, pero despertaron algunos cuestionamientos en los profesionales de la salud sobre la capacidad de recursos humanos para cubrir esas nuevas unidades de medicina clínica.

Escasez de recursos

En un comunicado que difundió este jueves entre sus socios, la SUMI expresa que “todo el personal capacitado para trabajar en la asistencia de pacientes críticos se encuentra desempeñándose actualmente en las unidades ya establecidas”, desde médicos intensivistas titulados hasta posgrados en formación. Asimismo, establece que la capacitación del MSP “aún se está desarrollando” y recuerda que este personal -médico y no médico- será convocado únicamente en situaciones de “extrema necesidad”, porque “no se considera personal entrenado para la asistencia de pacientes críticos”.

La SUMI sostiene que la apertura de nuevas unidades implica una “redistribución del personal que ya está desempeñando tarea, lo que inevitablemente produce una sobrecarga de trabajo”. Por último, el comunicado señala que la sociedad solicitará a las autoridades de ASSE un informe sobre el proyecto de ampliación de camas y específicamente en lo que respecta a la convocatoria de recursos humanos.

Daniela Paciel, intensivista e infectóloga, dijo a la diaria que los médicos intensivistas desde antes de la pandemia habían alertado por “una falta de personal médico” en todas las áreas. En diciembre de 2019, en asamblea, la SUMI aprobó que “personas sin título de intensivista, pero con el posgrado cursado y aprobado -mientras esperaban dar la prueba- empezaran a trabajar”, contó. En ese momento ya se registraban situaciones de falta de recursos humanos “muy complejas”: fines de semana sin profesionales y CTI que necesitaban tres o cuatro intensivistas de guardia con solamente dos o tres.

Con el paso del tiempo, la situación no ha parado de agravarse y “durante este año ha sido una locura”, expresó Paciel. “Un desgaste dantesco, porque falta gente todos los días en cualquier CTI del Uruguay, gente que no es relevada, personal que agarra guardias una atrás de la otra porque sino no hay nadie que cubra, residentes de primer año que ya están haciendo guardias como si fueran intensivistas calificados”, manifestó, y agregó que “la situación ahora es indescriptible”.

La intensivista opinó que plantear que se van a abrir 129 camas para pacientes críticos y ser asistidos en buenas condiciones es “en parte irresponsable”. “Tengo entendido que el gobierno, sobre todo ASSE, plantea que tienen todas las condiciones dadas como para asistir a esas personas”, señaló, y sostuvo que si es así “bienvenido sea”, pero cuestionó de dónde obtendrán los recursos necesarios. Sobre el curso que está llevando adelante el MSP, dijo que no tiene muy claro si todos quienes se anotaron “realmente van a terminar haciendo asistencia en críticos”. “Se sabe que hay un grupo A y un grupo B, y que en función de eso algunos van a poder dar una mano y otros no”, comentó. Para Paciel las autoridades “están siendo demasiado optimistas con números que no son reales”: por ejemplo, al decir que hay 900 camas disponibles, cuando los reportes diarios de la SUMI establecen que hay entre 790 y 800 disponibles. “Esas 100 camas que en forma consuetudinaria dicen que están disponibles no aparecen reportadas como disponibles ahora, ¿cómo vamos a hacer para tener 129 camas más?”, se preguntó.

Por su parte, Arturo Briva, docente de la Cátedra de Medicina Intensiva e integrante del Grupo Asesor Científico Honorario, manifestó a la diaria que aún no ha tenido oportunidad de acceder a ningún proyecto sobre cómo se organizará la distribución de camas, dónde se ubicarán y con qué recursos piensan funcionar como para poder dar una opinión. De todas formas, señaló que “por ahora, conociendo la realidad de los recursos humanos en Uruguay, parece muy difícil lograr la instalación de las 129 camas anunciadas”, no por las camas en sí, sino por los profesionales disponibles para la atención de los pacientes que las ocupen.

Actualmente ya hay escasez de personal, sostuvo Briva: a los faltantes que hay por infecciones por covid-19 y personal en cuarentena, se suma la expansión que ya hubo por el aumento de camas en este período. “No es que el sistema no haya crecido, ya hizo un esfuerzo para crecer, y el asunto es que si apostamos a crecer más y en poco tiempo, va a ser más difícil cubrir esa demanda”, expresó Briva.

Sobre la implementación de 150 camas además de las 900 que ya dispone el sistema, Briva planteó que eso se contrapone con los reportes de la SUMI. “Las camas que informa SUMI son las que efectivamente están con capacidad de asistir pacientes, esa es la realidad”, afirmó, y señaló que puede haber servicios que tengan las camas físicas pero no cuenten con personal para asistir a los pacientes. Sostuvo que toma como guía los reportes de la SUMI, que recoge la información que aportan todos los prestadores, y “ese es el nivel de camas que tenemos”, pero “si el MSP tiene otra información, se debe contrastar” con la disponible.

En relación a la instalación del nuevo centro covid en el INOT, Briva dijo que “sí están los recursos humanos, es realizable. Ahora, si esos recursos están, también se podrían volcar al faltante que tiene el sistema que ya está instalado”. Por eso Briva sostiene que es importante ver los datos del MSP y de ASSE para ver cuál es el plan que tienen diseñado.

Luis Andrés Núñez, médico intensivista y expresidente de SUMI, cuestionó este jueves en Twitter que cuando hay hospitales que no tienen camas de CTI y no están operativas por falta de personal, “paradójicamente” se pretende abrir nuevas camas. “Si no bajan los contagios y no le damos tiempo a la inmunización por la vacunación, se podrán abrir camas, pero seremos testigos de malos resultados, más frustración de la que ya tenemos”, escribió Núñez.