El infectólogo Julio Medina, director de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, se refirió a los síntomas que genera la nueva variante de coronavirus ómicron, que ha producido un crecimiento exponencial de los contagios que llegó al récord de más de 5.000 casos diarios. “Lo que estamos viendo los médicos clínicos a distintos niveles es que hay una primera impresión de desestimar los síntomas: es un poco de dolor de garganta, un poco de corrimiento nasal, poca fiebre, poco dolor corporal; eso es un riesgo porque en este período las personas ya están infectando a los demás su alrededor”.

En diálogo con En perspectiva, el médico dijo que “dentro de la responsabilidad compartida, frente a cualquier síntoma hay que tratar de aislarse y tratar de hacerse un test, con paciencia porque están saturados los sistemas, pero bajar la interacción con los primeros síntomas. Los médicos y el personal de salud vamos a ver más covid y pasa en la otra ola: como todo parece covid, alguna cosa que no lo es pasa por debajo y termina siendo diagnosticada más adelante”, por lo que el riesgo está en varios frentes.

“Ómicron es una preocupación seria, no debe ser desestimada y no es un resfrío nada más”, subrayó Medina, y destacó que a nivel individual las personas vacunadas con al menos dos dosis están protegidas contra las formas graves de la enfermedad, pero la complicación puede llegar a nivel colectivo. “Cuando hay casos por miles, los sistemas empiezan a deteriorarse; no son sólo un problema de salud, son problemas sociales, termina impactando a nivel económico, cultural, educativo, deportivo. Muchas personas ya han sentido el impacto de ómicron aunque no se hayan infectado todavía”, resaltó.

Con respecto al desarrollo de la enfermedad que provoca la variante ómicron, Medina puntualizó que “los CTI no se van a saturar, las muertes van a ser menos –eso es bastante claro–, pero los ingresos hospitalarios no son los mismos, empieza a aumentar la necesidad de camas”, tanto en Uruguay como en otros países. Ante esta situación, las recomendaciones se repiten: limitar las interacciones, hacerlas en lugares abiertos, aislarse y respetar los días necesarios en caso de estar contagiado.

Medina aseguró que ómicron tienen una velocidad de infección que complejiza la técnica del rastreo, por lo que se puede llegar al punto en que los médicos hagan un “diagnóstico epidemiológico” por el cual si la persona tiene síntomas y fue contacto de positivo directamente no se le haga un test, porque los sistemas están saturados. Sin embargo, todavía no se llegó a ese momento: “Todos los países están intentando retrasar para que no se infecten todos juntos, estirar esa curva lo más que se pueda, que se haga el esfuerzo por rastrear, testear, aislar y poner en cuarentena no es una opción que uno pueda abandonar tan fácil”.