“La salud pública no es lastre de este gobierno”, “Vacas gordas sueldos flacos”, “Gobierno omiso” y “Trabajadores de la salud juntos” fueron algunos de los carteles presentes en la movilización de este jueves de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP). La actividad, que buscó difundir los reclamos en la previa de la Rendición de Cuentas, comenzó a las 9.00 frente al Ministerio de Salud Pública (MSP) y fue acompañada de un paro de 24 horas en el sector.
“Los trabajadores de la salud no comemos aplausos: no más recortes a nuestros salarios”, se escuchaba en loop desde un parlante que, arriba de una camioneta, encabezaba la marcha. A metros de la Torre Ejecutiva, frente a la plaza Independencia, los principales dirigentes de la FFSP y también el secretario general de la Federación Uruguaya de la Salud, Jorge Bermúdez, dieron un discurso al finalizar la caminata por 18 de Julio, con la frase “que los aplausos se transformen en presupuesto para la salud” de fondo.
Luego, se sumó a la marcha la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), que también paralizó las actividades este jueves. Ambos sindicatos partieron hacia la sede del Ministerio de Economía y Finanzas para una segunda concentración y oratoria. Más tarde, se dirigieron hasta la sede de la FFSP –en la calle Arenal Grande– para inaugurar una placa conmemorativa en homenaje a los funcionarios fallecidos durante la pandemia por covid-19.
“Reclamo salarial, recursos humanos, condiciones laborales y la insalubridad para los trabajadores de la salud”, resumió en diálogo con la diaria Martín Pereira, presidente de la FFSP, como los principales ejes que motivaron la movilización. Para Pereira, la marcha fue “excelente” y una “gran movilización”. Contó que había “cerca de 800 compañeros del interior del país, otro tanto de Montevideo”, más quienes marchaban en representación de la FUS y luego de COFE.
“Siempre planteamos lo mismo: si hay 3.000 en la calle, hay 3.000 que están cubriendo las guardias gremiales para atender a la población. No somos una fábrica que pueda cerrar y abrir, y hay que reconocer también a los compañeros que están cubriendo las guardias gremiales”, manifestó el presidente de la FFSP. Asimismo, dijo que esperan que luego del alcance que tuvo la movilización, el gobierno “entienda que la salud es una prioridad, tanto como el salario de los trabajadores de la salud, con un presupuesto justo para atender a todos los usuarios de ASSE [Administración de los Servicios de Salud del Estado], que entendemos que tienen que tener la mejor asistencia”.
Consultado sobre el diálogo con las autoridades y cómo continúa la negociación sobre los puntos que piden, Pereira señaló que han conversado “informalmente” con el directorio de ASSE pero que están a la espera de una reunión formal. A nivel del Poder Ejecutivo, dijo que desde COFE están también a la espera de una “propuesta formal para ver cómo se va a dar la recuperación del salario perdido”, que estiman al menos en 6%. Igualmente, remarcó que la negociación con el Poder Ejecutivo “está difícil”.
Por qué se marcha en el interior
Vinieron de Artigas, Rivera, Durazno, Salto, Paysandú y Tacuarembó. Algunos viajaron de noche temprano y otros de madrugada, y todos se hicieron presente, en bloques, con pancartas que nombraban a su departamento, en la movilización de la FFSP.
Quienes llegaron desde Colonia mostraron una proclama: “Luchemos juntos por el block de Rosario y Juan Lacaze”, en alusión al reciente anuncio del presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, de la suspensión de las intervenciones quirúrgicas en ambos centros a partir del 1º de julio. Pereira señaló en su discurso que si no hay una solución para evitar el cierre de los blocks en los próximos diez días, harán una movilización en el lugar.
Los trabajadores de Salto, si bien no eran muchos en la movilización, destacaron que sí son muchos los usuarios que se atienden en el Hospital Regional de Salto: alrededor de 82.000, según contó a la diaria Nelly Oliveira, auxiliar de enfermería del centro. “Es muy estresante”, dijo, sobre la situación laboral, al destacar la falta de recursos humanos y la necesidad de que se declare a la profesión como insalubre.
Esteban Ramírez trabaja en el mantenimiento del hospital salteño y aseguró que están “profundamente preocupados ya que día a día el padrón de usuarios de ASSE aumenta por la situación laboral del país”. A su vez, subrayó que hay “muchas especialidades médicas comprometidas” y que, en consecuencia, el hospital tiene que “recurrir a servicios mutuales u otros departamentos”. Por otro lado, Oliveira aseguró que hay “faltantes de medicamentos” no sólo en las farmacias, sino también para las cirugías, y que comenzó a pasar hace aproximadamente cuatro meses. “Le estamos dando al usuario cada vez menos calidad”, concluyó.
En Rivera el contexto no dista de lo relatado: “La situación es bastante complicada”, afirmó en diálogo con la diaria Clever Rivero, auxiliar de enfermería y presidente departamental de la FFSP, que trabaja en el Hospital de Rivera. Según informó, hay “3.000 atenciones cardiológicas atrasadas y otras 3.000 oftalmológicas”. Asimismo, destacó que con la pandemia se crearon nuevos servicios pero no se agregaron recursos humanos, y eso es lo que más les ha “molestado”.
En ese marco, narró que “hay un embudo” en la emergencia luego de las 17.00, porque las policlínicas cierran. “El primer nivel de atención debe tener policlínicas de cercanía, pero parece que fueran de lejanía”, afirmó. Por último, remarcó que hace no tanto tiempo, la cantidad de usuarios del Hospital de Rivera rondaba los 70.000, pero hoy en día tiene casi 140.000.
“En el interior se ve un poco más reflejado el tema de los recursos humanos, porque siempre los recursos están en Montevideo y en el interior siempre es un poco más escaso”, comentó a la diaria Marianela Flores, enfermera que forma parte de la comisión interna del Hospital Regional de Tacuarembó. Flores, como los demás, reclama por un aumento de salarios, recursos humanos y condiciones de trabajo dignas. También contó que faltan materiales y que se va “resolviendo con los stocks que se tiene”, pero, como es el caso de los sueros de CTI, muchas veces los funcionarios “los confeccionan manualmente, con lo que tenemos”.
Dentro del bloque de Tacuarembó también había carteles pidiendo justicia por el femicidio de Valentina Ferraz, una adolescente de 16 años que fue asesinada en el departamento. “Queremos que se resuelva el caso y que no haya más Valentinas”, dijo Flores, y contó que les “toca reclamar de cerca porque es la hija de una compañera de trabajo y su tía también trabaja con nosotros”.
“Si siguen bajando [la cantidad de funcionarios] va a haber servicios que van a tener que cerrar, porque no damos”, afirmó a la diaria Perla Gentile, presidenta de la comisión interna del Hospital de Paysandú y administrativa del centro. Según dijo, con el Fondo Covid ingresaron más de 200 funcionarios, pero ahora tienen 70. Asimismo, aseguró que en el último tiempo hubo un aumento de 200 usuarios.
Pereira, presidente de la FFSP, explicó que 1.800 cargos dentro de la salud aún están siendo financiados por el Fondo Covid, que “en teoría irían hasta diciembre, pero se van renovando mes a mes y eso genera una incertidumbre en los trabajadores y en la gestión de los servicios, porque no sabés si contás con el personal o no”.