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Con muchas más complicaciones de las esperadas, el equipo alemán cumplió con su objetivo de meterse entre los ocho mejores del Mundial de Brasil. El 2-1 final con el que los germanos sellaron su pasaje a cuartos, instancia en la que jugarán contra Francia, fue justo, pero la imagen dejada por los argelinos fue excelente. Los verdes magrebíes dejaron la piel en el estadio Beira-Rio de Porto Alegre, dieron pelea y no estuvieron lejos de repetir la gesta histórica del Mundial de 1982, cuando superaron a los alemanes en la serie inicial, aunque luego el funesto arreglo entre germanos y austríacos los dejara fuera de la competencia.