En nuestro país, cada gobierno dura cinco años. Y gracias a la última reforma constitucional, nos pasamos en campaña electoral no menos de un año. O sea, el 20% del tiempo útil se está en campaña.
La vida en simultáneo y la superación de las distancias corporales por la incorporación de los dispositivos en nuestro diario vivir dan cuenta de una de las formas de extractivismo a las que nos somete el sistema capitalista.
Los centros especializados de salud mental que se proponen en los discursos de algunos presidenciables, lejos de solucionar algo, retrotraen al papel de los centros manicomiales estigmatizantes del pasado.
El allanamiento nocturno, además de representar un riesgo importante a la policía por ingresar a un lugar poco iluminado, no tiene ninguna condición que asegure el éxito del procedimiento.
Sus documentadas denuncias en el senado y en “La Radio” contra quienes habían cometido toda clase de excesos en la dictadura convirtieron a Germán en el más enérgico y firme acusador de los violadores de los derechos humanos.
A 30 años de la implantación de esta “maratón electoral” no estaría mal que el sistema político analizara en profundidad y lejos de un período electoral si esto es bueno para el país.