A lo del título, señor presidente: ¿qué más tiene que pasar?; ¿qué otra calamidad política debe sacudir al país para que usted comience a hacerse cargo?
A 40 años del retorno a la democracia en Uruguay, el proceso de selección del fiscal de Corte –así como de otras altas autoridades de la Justicia– mantiene un marcado déficit de transparencia, participación social y escrutinio.
Una Udelar antirracista deberá ser capaz de garantizar el libre acceso y la permanencia del estudiantado afro, vulnerado históricamente también en sus posibilidades educativas.
No es difícil pensar en esta época, entre tanto despliegue y tanto hechizo luminoso, como una construcción solapadamente totalitaria, a la que asistimos bajo estado hipnótico sin darnos cuenta del mal que nos produce.
Ahora, no sabemos por qué acrobacia mágica, pasamos del combate a las drogas al despliegue de brigadas operacionales, dependientes del Comando Sur, en seis países de América Latina.
En la era digital la propaganda no es solo una cuestión perpetrada en las citas electorales. Poco a poco se ha ido inmiscuyendo en el accionar cotidiano.
Uruguay y su sistema político deben actuar con extrema cautela, sin abrir juicios sobre la coyuntura salvo para desear la mejor y más ordenada salida posible para la hermana República.
La nueva legislación prioriza el interés del mundo adulto por sobre el de las infancias y adolescencias, dejando entrever la prioridad de la categoría de hijos como propiedad.