Aún se ignora si la nueva entrega de "Star Wars: el despertar de la fuerza" conseguirá establecer alguna clase de récord de taquilla o de nominaciones al Oscar o algo así, pero nunca una película había despertado un juego tan perverso de expectativas fogoneadas y frustradas a la vez con la intención de generar tanto deseo que, al ser éste finalmente aplacado por el estreno, la única respuesta posible fuera la de la satisfacción.