El gobierno, por intermedio del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), reunió a los actores de la industria láctea nacional para avanzar en una hoja de ruta que mejore la competitividad del sector. En la jornada del martes en la Torre Ejecutiva, se hizo una exhaustiva revisión sobre la producción, industrialización, mercados, costos y rentabilidad de la cadena láctea y se analizaron soluciones de fondo para los problemas que atraviesa el sector. En particular, se habló sobre la necesidad de redefinir algunos elementos del sistema productivo, mejorar la competitividad del país en el mercado internacional y fortalecer la institucionalidad de la industria.

“Si la institucionalidad estuviera funcionando bien, hoy no estaríamos acá”, reflexionó el ministro Enzo Benech, quien hizo hincapié en la necesidad de utilizar herramientas de diferenciación para competir en un nuevo mercado. “Tenemos que ser creíbles si queremos competir en mercados como China”, afirmó. En los últimos años cayeron algunos de nuestros principales compradores, como Venezuela y Brasil, por lo que Uruguay pasó a competir en el mercado global, en el que se mide con gigantes como Nueva Zelanda y está expuesto a una alta volatilidad. La competitividad fue uno de los puntos clave que se trataron en la jornada.

Competencia

Los principales proveedores en la industria láctea a nivel global son Nueva Zelanda, la Unión Europea (UE), Estados Unidos, Australia, Bielorrusia y Argentina, según datos que presentó el director de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del MGAP, Adrián Tambler. Los dos primeros concentran 56% del mercado, y los cinco primeros, 82%. Por otra parte, los principales compradores son China, Rusia, Arabia Saudita, México, Argelia y Japón. Los primeros dos compran 15% y los primeros cinco, 30%. Estos datos muestran que en el mercado global hay pocos oferentes y mucha competencia.

Uruguay es el tercer exportador de leche en polvo entera, después de Nueva Zelanda y la UE, con 53.452 toneladas exportadas en el primer semestre de 2018. Nueva Zelanda exporta más que los siguientes nueve países en el top 10, con casi 700.000 toneladas. En este contexto, la situación se volvió más crítica para Uruguay: Tambler explicó que se redujo la diferencia entre los precios de exportación de leche en polvo entera entre Nueva Zelanda y Uruguay, situación que genera mayor competencia.

Por otro lado, la demanda internacional crece a tasas estables. Aunque el año pasado surgió el conflicto proteccionista entre Estados Unidos y China, que en principio auguraba dificultades, también se destacaron las oportunidades. Por ejemplo, China ha venido incrementando la importación de leche en polvo, el principal producto de exportación uruguayo en este rubro. En nuestro caso, Argelia desplazó a Brasil como principal comprador, con 31% de la participación en 2018; Brasil, por su parte, concentra 20%. En 2018 Uruguay aumentó 6,3% su producción.

El gerente general del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Gabriel Bagnato, advirtió que Uruguay está expuesto a todos los efectos del mercado internacional: “Los buenos y los malos”. En este sentido, Benech dijo que “la mayoría de nuestros competidores en este escenario tienen mercados internos muy fuertes y que venden el excedente”, y que nosotros también tenemos un mercado interno que paga “bien –o más que la exportación–”, pero debemos ser capaces de competir en el mercado externo “para avanzar”.

“En 1935 el problema era el abastecimiento de leche en Montevideo. Hoy 70% de la leche la vendemos en el mundo”, reflexionó el ministro, y resaltó la importancia de este cambio de tendencia. “Uruguay tiene mucha historia en la lechería. En estos 80 años la industria láctea tuvo un desarrollo importante; producimos mucha más leche que antes y seguimos creciendo, a pesar de que hay concentración de la producción y de la industria”, agregó.

Producción interna

30% de la producción lechera uruguaya se destina al mercado interno, con un precio más alto que el de exportación; lo que consumimos dentro del país representa 41% de la facturación de la industria, según datos presentados por el director de la OPYPA. Tambler señaló también que los niveles de productividad se estancaron, aunque la producción en 2018 creció 6%, y destacó la pérdida –en cantidad– de productores, que viene acompañada de un aumento de productores de gran tamaño, es decir, de concentración de la producción.

El endeudamiento de la fase primaria ha crecido desde 2005 hasta la fecha en torno a los 300 millones de dólares anuales. Para Tambler, la situación de las industrias está “relativamente comprometida”. Menciona como ejemplo a la empresa Pili, aunque afirma que no es el único caso en el que se enfrentan dificultades. Si bien no se registran los niveles de morosidad de 2005, 2006 o antes, se está alcanzando una morosidad en torno a 6% en la producción primaria. La industria también está endeudada en 200 millones de dólares, lo que equivale a 14% de la facturación. Bagnato considera “alarmante” el nivel de morosidad, que fue de 20% en 2018, y opina que es una “luz amarilla” y que “se debe trabajar sobre ella”.

El director de la OPYPA mencionó las políticas que ha llevado adelante el gobierno para combatir la crisis en el sector: una rebaja en la tarifa de UTE en 2017 y 2018; el Fondo de Financiamiento de la actividad lechera, por el cual se distribuyeron casi 80 millones de dólares durante 2015 y 2016; la modificación de la paramétrica para el ajuste del precio de la leche tarifada; el refinanciamiento otorgado por el Banco República; los apoyos económicos no reembolsables para desarrollar Planes de Lechería Sostenible de hasta 16.000 dólares por productor; el Fondo de Garantía, de 36 millones de dólares en el último mes, y la devolución del IVA a las compras de gasoil para productores.

“Un sacudón”

“A este gobierno le queda un año. Estamos ocupados por este tema y creemos que es necesario armar una hoja de ruta para trabajar, porque, a pesar de todo lo que hemos trabajado hasta ahora, se cayeron empresas –por lo menos tres grandes–, se perdieron un montón de fuentes de trabajo y se cayeron un montón de productos. Para mí eso es una señal amarillenta-rojiza”, dijo Benech. Para mejorar la competitividad de nuestra industria el ministro propuso redefinir el sistema productivo en aquellos puntos que no están funcionando eficientemente.

“Los países ricos subsidian. Acá no va a ser posible porque somos chicos y no tenemos mucha plata”, señaló. En este sentido, se refirió a algunos de los datos que surgieron durante la exposición. “El pasto es más barato que la ración y, sin embargo, aumentamos el consumo de concentrados y utilizamos menos el pasto. Ahí hay un trabajo por hacer. También hay un problema sanitario grave, como señalaron técnicos de la Facultad de Veterinaria [de la Universidad de la República, Udelar]. Hay que trabajar en este asunto, porque nos va la vida en ello”, afirmó.

Pablo Chilibroste, ingeniero agrónomo y profesor grado 5 de la Facultad de Agronomía de la Udelar, se refirió a la investigación “Salud y reproducción en rodeos comerciales: factores de riesgo e impacto en el sistema”, realizada en diciembre de 2017, que indagaba en la relación de la salud de las vacas, la alimentación y su incidencia en la cadena de producción. Aseguró que según este estudio 53% de los animales tuvieron algún evento de salud al comienzo de la lactancia; 70%-80% de las dietas no alcanzaron el nivel mínimo de proteínas recomendado y 50% de las dietas posparto no alcanzaron los requerimientos. Chilibroste calificó estas cifras de “muy preocupantes”.

El ministro dijo que en el sector primario tenemos “mucha disponibilidad de tecnología” pero esta no llega a todos los productores, “porque si no, no habría tanta dispersión”. Asimismo, aseguró que “para los que producen bien la industria lechera es rentable”. Por su parte, Bagnato propuso trabajar, entre otras cosas, en los costos logísticos. Señaló que en Nueva Zelanda el costo de exportación de un contenedor de 20 toneladas es de unos 870 dólares, mientras que en Uruguay asciende a 1.125. “A nivel industrial existen oportunidades: algunas están asociadas a mejoras de la productividad, otras a costos de comercialización (como los logísticos) y otras a la implementación de sistemas nacionales que generen ‘confianza país’ en los clientes”, explicó. Además, opinó que el gobierno debería promover acuerdos internacionales que faciliten nuestra inserción en otros mercados.

El presidente del Inale, Ricardo de Izaguirre, aseguró que la solución radica en fortalecer la industria nacional y no esperar que vengan industrias extranjeras: “A las industrias que han venido les ha ido mal y se fueron. Nuestras industrias no tienen a dónde irse”, reflexionó. Además, resaltó la importancia de buscar la inserción internacional: “Hoy hay que salir a nadar, porque no nos protege el Mercosur: a partir de ahora es el mundo”. No obstante, reafirmó la necesidad de proteger a la industria local de los “vaivenes” del comercio internacional: “Tenemos que evitar que las variaciones del mercado internacional peguen sobre el cuero de la gente que labura”.

Benech habló del trabajo a realizar en adelante: “Cuando se presenta un problema en Uruguay, generalmente terminamos creando una comisión. Yo no voy a crear ninguna comisión, pero hay voluntad de trabajar y de pedirle a la rica institucionalidad que tenemos que trabaje”, sostuvo. Dijo que la hoja de ruta es “un sacudón” y agregó una solicitud: “Señores del Inale, vamos a poner un poco de carne en la parrilla”.

Reconocimientos

El martes Venezuela concretó un pago de 8,5 millones de dólares a Uruguay, destinados a saldar parte de una deuda contraída a fines de 2015 por la compra de un total de 100 millones de dólares en productos lácteos –mayoritariamente provenientes de Conaprole– a raíz de un acuerdo entre el presidente Tabaré Vázquez y su par venezolano, Nicolás Maduro. “Notamos la voluntad de avanzar en nuestros planteos”, afirmó el directivo de la Asociación Nacional de Productores de Leche Álvaro Zabala respecto de la intervención del gobierno en la gestión del cobro, así como las medidas anunciadas la semana pasada para mejorar la situación del sector.

Dijo que “aún es pronto” para evaluar el impacto de las medidas pero que es “innegable que la demanda de los productores ha dado frutos”. Las últimas medidas anunciadas por el Poder Ejecutivo fueron el cobro de la deuda con Venezuela, la flexibilización del fondo de garantía, el mantenimiento del precio de la leche y la extensión de la exoneración de IVA al gasoil por un año. Resta todavía el pago de 39 millones de dólares desde el país caribeño.