“Vamos a hacer gestiones ante el Ministerio de Economía y Finanzas [MEF] para cubrir 2020. La gente está trabajando y hay que pagarle. Esa gestión hay que hacerla en el MEF, porque lo que precisamos es un refuerzo presupuestal. Además, ese gasto es muy rígido; se trata del pago de los subsidios a los asistentes personales, algo que no hay chance de no pagar”, decía Daniel Radío, ex director del Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC), en una entrevista que concedió a la diaria en mayo de este año. El ex diputado del Partido Independiente (PI) había sido designado en marzo por la nueva administración, pero a los cuatro meses dejó el SNIC para pasar a desempeñarse como secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND). Además, las actuales autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) fusionaron el SNIC con el Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis), y su titular, Gabriela Bazzano, pasó a ser la jerarca a cargo del nuevo organismo.
Silvina Brocal, secretaria general del Sindicato Único de Asistentes Personales (SUAP), dijo a la diaria que la renuncia de Radío generó incertidumbre en los asistentes y aseguró que ya pidieron una reunión con Bazzano para “arrancar de cero”, pero aún no tienen fecha para la realización del encuentro. Brocal descartó que el sindicato tome acciones ahora y dijo que esperarán la reunión con Bazzano para ver qué plan tiene.
“Para nosotros fue toda una sorpresa la fusión con Pronadis, porque son dos direcciones totalmente distintas. El Sistema de Cuidados va más allá de lo que es la entrega de, por ejemplo, una silla de ruedas a una persona con dependencia; además la discapacidad no necesariamente genera una dependencia”, dijo.
En su momento, la Unión de Trabajadores del Ministerio de Desarrollo Social (Utmides) también se mostró preocupada por la renuncia de Radío. “Creemos que la fusión de estas dos dependencias del Mides es un error e insistimos en que este tipo de procesos se deben tramitar a través de la negociación colectiva, tal como lo establecen los marcos normativos vigentes”, afirmó Utmides a través de un comunicado, en junio de este año.
Brocal comentó que uno de los problemas es la asignación presupuestal necesaria para mantener el programa; el sindicato también reclama una mejor regulación laboral, ya que todavía no tienen grupo de negociación colectiva, y son más de 400 afiliados de un universo de 4.700 asistentes personales que están bajo el paraguas de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (FUECYS). SUAP se formó sólo hace cuatro años y Brocal dijo que empezaron siendo “cinco o seis compañeras buscando estar representadas en alguna instancia”; ahora una de las dificultades que encuentran es que están dispersas en distintos lugares.
Sin embargo, hoy el problema más acuciante es que en octubre vence la prórroga para que las personas que aún no realizaron el curso de capacitación puedan seguir en sus empleos. Brocal explicó que estas prórrogas se hacen por decreto y se aplican a los trabajadores que cumplen con los requisitos. Esto pasa porque no depende de ellos hacer el curso; es el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional el que realiza el llamado.
“El curso es uno de los requisitos para estar habilitados por el Sistema de Cuidados; lo que sucede es que muchos están en actividad pero no fueron convocados; lo que hacía esa prórroga es poner un manto protector para que no se los sacara de la actividad”, comentó Brocal.
La integrante del SUAP dijo que durante la pandemia generada por el covid-19 los asistentes continuaron trabajando, pero extremaron los cuidados. “El trabajo se reforzó. En los hogares que tienen 100% de subsidios es, por lo general, donde se dan las situaciones más complejas de precariedad, y se hizo muy difícil tener alcohol en gel o guantes”. Contó que pudieron superar esa situación gracias a las donaciones hechas por Unicef, la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay y del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
“La propuesta que les llevamos fue dejar el mensaje de cuán importante es el cuidado y cuánto ha mejorado la calidad de vida el contar con un asistente. Nosotros siempre decimos que es para las actividades básicas de la vida, pero en esta situación de pandemia va aún más allá”, aseguró. Gracias a esa campaña llegaron a repartir insumos de cuidado a los asistentes de todo el país; la integrante del sindicato dijo que fue una oportunidad que aprovecharon para dar a conocer las acciones de SUAP: “Se cumplieron dos objetivos: uno fue cuidarnos, y el otro fue concientizar a ese trabajador de que, si estamos organizados, el camino es por acá. En conjunto con la entrega de los insumos adjuntamos una nota en la que contamos qué hace el sindicato”.