La Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) realizó este viernes un paro de dos horas por turno como protesta ante “una serie de atropellos, presiones, supuestas reestructuras y despidos antisindicales de algunas patronales que, envalentonadas como consecuencia del cambio del rumbo del país, ahora pretenden atacar a la organización sindical”, dice la proclama.
Los sindicalistas aseguran que en “el modelo de país imperante” los trabajadores y los pequeños productores no son prioritarios. “Para algunos poderosos, cuyos intereses están siendo potenciados por las actuales visiones del nuevo gobierno, somos casi un mal necesario”, indican, y agregan que los quieren aislar porque “les rechina la organización sindical”.
Sobre la crisis generada por la pandemia, aseguran que “el Estado no cumplió el rol de protección de los más débiles” y tampoco “las grandes empresas y el gran capital han estado a la altura de las circunstancias”.
“Fuimos las trabajadoras y los trabajadores organizados, los sindicatos, las organizaciones sociales, los clubes deportivos de barrio y cientos de iniciativas solidarias, de gente común, de gente de a pie, los que salimos a dar la cara por los compatriotas en situación más vulnerable”, dice el texto con relación a las ollas populares, ya que “según cifras oficiales, tenemos 100.000 nuevos pobres, de los cuales más de 35.000 son niñas y niños”.
A pesar de todo, la FTIL asegura que la pandemia de la covid-19 no afectó a todos los sectores productivos por igual: “Hay un puñado de ricos cada vez más ricos, y estos han sido los grandes elegidos del gobierno actual. […] Eso es lo que el presidente de la República [Luis Lacalle Pou] sintetizó en su alocución, cuando dijo que su gobierno iba a priorizar 'a los malla oro' y no al pelotón”.
En abril del año pasado el presidente dijo en una conferencia de prensa que no gravaría el capital, aunque, junto con el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, habían manejado la posibilidad. “Hoy gravar al capital es amputar la posibilidad de los que van a hacer fuerza a la salida de la crisis, por eso no lo vamos a hacer”, dijo, y agregó que si la pandemia fuera una competencia de ciclismo, al “malla oro, al que va en la punta”, el gobierno lo va a estimular para que pedalee más rápido, porque, para Lacalle Pou, será el que dará trabajo.
La FTIL asegura que hay empresarios de la industria láctea que fueron muy favorecidos “en un contexto de incremento notorio de remisión de litros de leche”, por lo que no pueden decir que están atravesando una crisis. “Ese verso acá no corre. Que no nos vengan con cuentos. Las cifras oficiales desmienten el relato de la crisis del sector”, indica.
La organización cita datos difundidos en enero de este año que dicen que “en términos mensuales comparativos, en diciembre de 2020 se enviaron 183,1 millones de litros”, más de 10% más que en el mismo mes de 2019, “cuando la cifra alcanzó 165,6 millones de litros”. Además, agrega que la producción de 2020 fue récord, superando la de 2013, que fue de 183,09 millones de litros.
Por esto los trabajadores exigen no tener pérdida salarial, despidos “antisindicales” ni “avasallamiento de nuestros derechos disfrazados bajo supuestas reestructuras en pandemia”. Además, los integrantes de la federación señalan que están en la primera línea de lucha contra la pandemia y que son los que aseguran el abastecimiento de leche a la población.
“En este estado de situación del país y de nuestra cadena de la industria láctea, estamos desarrollando un paro nacional por algunas situaciones concretas, específicas, que no vamos a dejar pasar por alto”, dice el texto.
Sobre el final hacen una serie de denuncias con respecto a varias empresas: en Fritran SA hay una reestructura a espaldas del sindicato; en Bonprole Industrias Lácteas SA y Granja Pocha sancionaron de manera arbitraria a dirigentes nacionales de FTIL; y en la recolección de leche se despidió a un delegado nacional del Sindicato de Trabajadores del Transporte de Leche (STTL).
En el comunicado en que anunciaba el paro, la FTIL añadía que la medida se tomaba “ante la negativa de negociar el mantenimiento del salario real por parte de las cámaras CILU (Cámara de la Industria Láctea del Uruguay), Ciali (Cámara Industrial de Alimentos) y Andiprolac (Asociación Nacional de Distribuidores de Productos Lácteos).