Trabajo en tiempos de pandemia: Ignacio Casciani

¿A qué te dedicás y desde cuándo?

Soy músico profesional con dos maestrías, una en Pedagogía musical y otra en Interpretación concertista. Además trabajo con orquestas sinfónicas, fui docente de la Universidad de la República. También actúo y compongo con músicos en el ámbito popular, desde hace un poco más de 20 años. Asimismo, poseo otra especialización, desde hace unos diez años, en construcción y fabricación de violines, violas, violonchelos y contrabajos en un atelier de lutería.

¿Cómo afecta la pandemia tu trabajo?

Creo que, como en todos los rubros, el cimbronazo se sintió y fuerte. A nivel musical, como integrante de la Orquesta Filarmónica de Montevideo, en una primera etapa “pandémica” desarrollamos un nuevo contacto con el público, que fue a través de trabajos virtuales con contenidos de interés variado. En la segunda mitad de 2020 pudimos reencontrarnos con el público en el teatro Solís y en lo que va de 2021 volvimos con contenido virtual con una serie de conexiones por Zoom con artistas de diferentes estilos musicales, entre otras cosas.

En cuanto al atelier de lutería, el trabajo de restauración cayó casi 60%, pero este porcentaje –en lo que va de 2021– poco a poco empieza a bajar. Si bien bajó la visita de clientes al atelier, fue un buen momento para construir instrumentos, seguir estudiando, retomar desafíos pendientes, componer música, etcétera.

¿Las medidas del gobierno fueron adecuadas?

Las medidas que se tomaron en cuanto a la pandemia en Uruguay no fueron muy innovadoras o diferentes a lo que se vio en la mayoría de los países; acá, lamentablemente, algunos sectores aún no pueden salir a flote. Me parece que es momento de dar una discusión más amplia. La academia tiene que investigar de manera independiente y buscar diferentes soluciones integrales frente a lo que estamos viviendo. Mientras que en Europa la gente se manifiesta, genera alternativas de diálogo y discusión sobre diferentes temas, aquí tenemos la creación del delito de peligro, el miedo generado en los jóvenes, completamente innecesario; son cosas que no comparto. En cuanto a lo musical, y con ello haber cerrado el teatro Solís por un tiempo, me parece que fue una medida adecuada, porque a nuestro público –en su mayoría, mayor de edad– había que cuidarlo, por más que seguía viniendo al teatro sin miedo alguno.

¿Qué cambios te parece que vinieron para quedarse?

Creo que las reales vencedoras de esta pandemia fueron las plataformas digitales y afines. Decía Carl Sagan en su última entrevista que dejar el mundo a merced de la ciencia y la tecnología, donde los que saben deciden por nosotros –porque la gran mayoría no entiende sobre ello–, hará que tarde o temprano exploten sobre nosotros también esas decisiones. La ciencia es mucho más que apps entretenidas, es una forma de interrogar el universo y ser escépticos con quienes ejercen autoridad, sea política o religiosa. Por ahora los jóvenes están entretenidos con el celular, pero se reencontrarán algún día para luchar por su felicidad y poder elegir por sí mismos lo que realmente quieren de sus vidas.

¿Qué te parece que va a pasar en el futuro con la covid-19?

Se impuso la transformación, el cambio de paradigma. Tendremos que cuidarnos, hoy cuidar a los adultos mayores, a los enfermos. También preocupa el alza de precios de los alimentos, la continua extranjerización de la tierra, que el gobierno nacional no pretenda defender y proteger a sus entes o servicios públicos, la pérdida de soberanía nacional. Hoy, en cuanto a la covid-19 y como víctimas de esta situación, obviamente mi deseo sería que se acabe lo antes posible, y que además la población no siga perdiendo dignidad en sus vidas.

¿Qué cosas habría que hacer para mejorar la actividad de tu sector?

Primero, y en lo posible, dar trabajo y mejorar la vida de la mayoría de las personas. Al mismo tiempo, permitirnos trabajar en los teatros con las precauciones debidas. Tercero, educación musical obligatoria consagrada en la Constitución de la República, como en el caso de Suiza.

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