Este lunes el Sindicato de Pilsen, filial de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida, emitió un comunicado firmado por su presidente, Fernando Ferreira, en el que informa que recibieron por parte de Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) la noticia de la decisión de la dirección de la empresa de comenzar a importar latas de las marcas Norteña y Pilsen desde Argentina.

“Esta resolución genera profunda preocupación en este sindicato ya que se está sustituyendo producción nacional por importación, con las consecuencias que ello puede ocasionar en la mano de obra ocupada en la planta de Minas, en la capital del departamento de Lavalleja, que hoy ocupa el tercer lugar en índices de mayor desocupación”, expresa el comunicado.

El texto señala que la diferencia cambiaria entre Argentina y Uruguay “hace que las empresas se sientan atraídas a incrementar sus ganancias fabricando en Argentina y vendiendo en Uruguay”, y añade que “las multinacionales encuentran aún más facilidades al tener varias plantas de elaboración cercanas unas de otras”.

El sindicato agrega que a esta situación hay que sumarle “la falta de políticas públicas de protección a la industria nacional, lo que facilita aún más el accionar de las multinacionales que en aras de aumentar sus ganancias no dudan en instalarse o retirarse del país en el que radican”.

Dada esta situación, el sindicato de Pilsen se declara “en estado de alerta” y “faculta a su mesa nacional a tomar las decisiones que sean pertinentes para defender los puestos de trabajo y la industria nacional”, concluye el comunicado.

Las dos plantas de fabricación de cerveza del país pertenecen a la compañía Anheuser-Busch InBev, multinacional con sede en Bélgica, que elabora las reconocidas marcas a nivel mundial Corona, Budweiser, Stella Artois y Beck’s, así como numerosas marcas locales como las uruguayas Pilsen, Norteña, Patricia y Zillertal.