En el marco del Día de la Construcción, Alejandro Ruibal, el presidente de la Cámara dela Construcción del Uruguay, dialogó con la diaria sobre diversos temas vinculados al sector, las iniciativas que planteó desde el rol de presidente (aunque fue parte de la directiva anterior y tuvo otros roles en gestiones anteriores), para el período 2022-2024, y la actualidad de la inversión nacional e internacional en el país.

En principio se refirió a la importancia de una de sus propuestas, el hecho de que en Uruguay haya una agencia de infraestructura que permita “planificar la inversión más allá de los gobiernos” de turno. También impulsó un consejo político en infraestructura para que se le pueda dar “forma” con especial consideración en la planificación y en todo lo que haga que las inversiones sean más eficientes. Sobre la actividad del sector consideró que en este momento “hay una meseta” que se generó tras la culminación de la última planta de UPM y la obra del Ferrocarril Central, que se encuentra en las etapas finales. A su vez mostró preocupación porque hay indicadores “no tan buenos”, menos inversión que en años anteriores y anuncios sobre el inicio de nuevas obras que todavía no se concretaron.

Después de alrededor de tres décadas dentro del sector de la construcción, ¿cómo lleva el rol de presidente de la cámara a varios meses de haber asumido?

En la industria de la construcción trabajo desde hace más de 30 años. En el período anterior era vicepresidente, pero ahora como presidente considero que es momento de continuar con lo hecho hasta el momento pero también de impulsar ideas nuevas. Tenemos varios focos que queremos empujar desde la directiva. Uno es tratar de planificar la inversión más allá de los gobiernos, cualquiera sea el que esté de turno. Para eso hace diez años creamos el Centro de Estudios Económicos de la Industria de la Construcción, y en esta gestión propusimos crear una agencia de la infraestructura y empujar otro proyecto que es un consejo político en infraestructura. La idea es que se pueda instalar la planificación y que todo eso haga que las inversiones sean más eficientes y atenuar los ciclos que se dan en la construcción que hacen que a veces se invierta mucho y a veces poco.

¿A quién se presentó la idea de la agencia y en qué está en la actualidad?

La agencia se la presentamos al gobierno actual y a la oposición. Recibimos la visita del Poder Ejecutivo, compuesta por varios integrantes y ministros. Luego me reuní con Fernando Pereira [el presidente del Frente Amplio] y luego hubo otra reunión con el equipo que trabaja en el programa del Frente Amplio, y a las dos partes se les explicó por qué entendemos que es necesario generar una agencia y establecerla, al igual que en países como Canadá e Inglaterra. Como decía, la base fundamental es que podamos crear de forma más organizada dentro de la institucionalidad del Estado, sin aumentar gastos pero sí redistribuyendo. Entendemos que la Corporación Nacional para el Desarrollo podría ser el lugar adecuado, y eso es parte de lo que estamos incentivando. El rol específico, entonces, sería planificar la inversión, sobre todo los proyectos relevantes e importantes, y trabajarlos, analizar su viabilidad, la financiación y de forma continua, que el gobierno que asuma en cada período tenga un listado de proyectos en marcha que pueda considerar para su programa. Seguimos en reuniones por la propuesta; lleva tiempo, pero la idea es que haya una reunión antes de fin de año con el ministro de Transporte, José Luis Falero.

¿Qué otras iniciativas lleva adelante?

Con el sindicato estamos abocados a seguir con el concepto de los fondos, algo que se complementa bien, y también estamos impulsando una campaña sobre salud mental y adicciones, algo en lo que también nos pusimos de acuerdo para ayudar a los trabajadores. Y en cuanto a lo empresarial, queremos defender los intereses de los socios de la cámara y generar igualdad de condiciones, porque vienen empresas extranjeras, la situación es otra y a nivel nacional pagamos algunos otros impuestos.

¿Hay datos sobre informalidad? ¿Es un tema que le preocupe a la cámara?

La informalidad es difícil de medir. Lo que seguro decimos es que somos los primeros en estar en contra porque atenta contra las empresas formales que pagamos impuestos y tenemos a los trabajadores en regla. Es continuo, no se llega a una solución un día puntual.

¿Cómo está la inversión en construcción en este momento?

El sector es cíclico. Hubo un pico en 2014, luego un valle y volvió a subir a partir de la pandemia. Ahora hay una meseta porque se terminó UPM, que es una obra muy importante, está por terminar la obra del Ferrocarril Central, pero a su vez se puede decir que el sector se mantiene con buena actividad en el empleo porque, más allá de proyectos grandes y puntuales, la vivienda de promoción privada y las obras viales y puentes en carretera hacen que hoy en día tengamos 56.000 trabajadores en actividad. Aun así estamos preocupados porque hay otros indicadores no tan buenos. Vemos que en general hay menos inversión, la luz es amarilla y por eso para los próximos dos años estamos insistiendo en la importancia de retomar inversiones en el sector del agua, saneamiento y vivienda. Hay anuncios en esas áreas que esperemos que se concreten.

¿A qué atribuye la baja en la inversión?

Se da porque es muy difícil sustituir una inversión privada tan grande como la de UPM y los proyectos asociados, es un ciclo que se está cerrando. Sabemos que las obras de ampliación en el puerto de Montevideo van a llevar algunos años. También hay proyectos como el del data center de Google que se decidió instalar en el Parque de la Ciencia, mucha actividad en el desarrollo de vivienda promovida no sólo en Montevideo, también en Canelones, que ha crecido mucho. Algunos departamentos, como Paysandú y Florida, empiezan a tener inversiones, en Maldonado decrece un poquito. Veremos qué pasa en vivienda social, hay planes que están recién empezando.

¿Qué beneficios ve en Uruguay para invertir en el sector?

Uruguay tiene muchas cosas a favor: estabilidad jurídica, seriedad, nuestra forma de tratar los problemas, hay diálogo. Estamos caros en dólares y por eso se hace difícil cuando se ve desde afuera, sobre todo porque hay países que son más rentables, pero ofrecemos buenas condiciones.

Lo valoró como algo importante y difícil de igualar. ¿Qué considera que dejaron las obras de UPM y del Ferrocarril Central en Uruguay?

Cada obra fue un éxito total para la industria porque participaron cada vez más empresas y más trabajadores nacionales. Ojalá viniera una cuarta planta o alguna inversión de las mismas características, porque sobre todo trae capacitación e inversión en tecnología. La última construcción se pudo hacer con una enorme intervención nacional porque se habían hecho otras antes, había experiencia. Además, estamos frente al cierre de ciclo de la mayor inversión privada en la historia del país. Igual no terminó todo. El Ferrocarril Central ya está generando otras cosas: por ejemplo, en Canelones se está instalando un parque logístico, se podría reflotar el transporte de pasajeros de corta distancia por las vías férreas. Con todas las soluciones logísticas que se adaptaron con la terminal en el puerto y la vía se abrieron otras posibilidades, ahora hay que seguir con el desarrollo.