En medio del tratamiento parlamentario del proyecto de reforma de la seguridad social impulsado por el gobierno y con las modificaciones de la Ley de Negociación Colectiva también en discusión, llegó a Uruguay la directora regional interina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts. En el marco de una visita por el aniversario número 60 del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (Cinterfor), que tiene su sede en Uruguay, la directora se reunió con representantes de los trabajadores y de los empresarios y con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres.

Con las ideas de diálogo y negociación como principal argumento, Coenjaerts habló con la diaria para analizar la actualidad laboral en la región y en Uruguay. Directamente relacionado con la OIT, el martes de la semana pasada el Parlamento aprobó la ley de personería jurídica de los sindicatos, en el marco de una serie de modificaciones a la Ley de Negociación Colectiva que el gobierno impulsa en respuesta a que la OIT incluyó a Uruguay en su lista negra, conformada por los países con casos más graves de violaciones a los derechos laborales. La medida que tomó el organismo internacional tiene su origen en una queja que hicieron la Cámara de Comercio y la Cámara de Industrias luego de que se aprobara la Ley de Negociación Colectiva en 2009.

Para Coenjaerts, el proyecto de ley que está tratando el Parlamento “incluye muchos de los temas que fueron parte de las preocupaciones de los sistemas de normas de la OIT; eso es bueno, pienso que tenemos que reconocerlo”. De todas formas, apuntó que la iniciativa no aborda uno de los puntos que presentaron los empleadores como queja y que la OIT recomendó tratar: la negociación bipartita para fijar las condiciones de trabajo. “Pienso que lo más importante es que se sigue dialogando a nivel nacional para realmente buscar una salida en esto, porque es importante que se pueda cerrar”, afirmó.

En ese sentido, planteó que “la OIT está convencida de que las recomendaciones del sistema de normas son importantes y son la regla para avanzar”, pero insistió en que “mucho de lo que había en las recomendaciones ha sido abordado en este proyecto de ley, es alrededor de 95% lo que ha sido abordado”. Ante la posibilidad de que se apruebe el proyecto del gobierno, Coenjaerts explicó que un comité de expertos de la secretaría de la OIT es el que evalúa si un país puede salir de la lista de países que incumplen la normativa de la organización, por lo tanto, no puede “predecir” qué pasará, pero consideró que el hecho de que se hicieran “muchos de los cambios recomendados” puede “beneficiar a Uruguay”.

De todas formas, opinó que “no hay que perderse en cómo vamos a evaluar a Uruguay” con respecto a las observaciones que hizo la OIT, porque el país “tiene una tradición muy fuerte en negociación colectiva”: “Uruguay tiene una cantidad enorme de experiencia, que es una fuente para la colaboración con otros países. Hay retos, eso es verdad, tenemos que buscar la solución, pero a no perdernos en esto. La verdad es que detrás de esto Uruguay tiene amplios ejemplos buenos y que puede compartir con el resto de la región”, añadió.

“La OIT promueve un sistema de solidaridad en el cual todos contribuyen”

Coenjaerts también se refirió a la reforma de la seguridad social que está impulsando el gobierno uruguayo, aunque aclaró que no hablaría sobre las particularidades del proyecto ya que aún sigue “en el medio de comentarios”. De todas formas, apuntó que “la reforma de pensiones es un tema de todos los países” y que el desafío es lograr que más personas puedan beneficiarse del sistema de seguridad social: “No podemos solamente decir que la gente que está en el sector formal puede tener una pensión y los otros no la necesitan, tenemos que pensar como sociedad en la jubilación de todos”, añadió.

Con respecto al trabajo no remunerado, como los cuidados, señaló que hay que pensar en cómo pagarlo. Contó que la OIT generó un simulador que conecta datos de los países para pensar cuánto puede costarle al Estado remunerar los cuidados. “Poco a poco tenemos que entender que es una inversión que se necesita y que con esto vamos a tener realmente la transformación de igualdad que estamos buscando”, argumentó, y agregó que debe haber una negociación sobre el tema, “con el punto de vista de los empleadores, los trabajadores y los gobiernos. Que el tripartismo busque la solución”.

Sobre el aumento de la edad jubilatoria, expuso que “la verdad es que vivimos vidas más largas, no podemos seguir con el sistema del pasado”, por lo tanto, indicó que es importante “contribuir más al sistema para que pueda ser viable”. Consultada sobre la posibilidad de que las grandes empresas y el capital también aporten, respondió que “la OIT promueve un sistema de solidaridad en el cual todos contribuyen. El cómo se hace tiene que negociarse”. En ese sentido, afirmó que la “viabilidad” y “sostenibilidad” del sistema se debe lograr con una negociación en la que se busque cómo puede financiarse de forma “justa”.

Insistió con que es necesario el “diálogo” entre empleadores y trabajadores, que es “normal” que “tengan puntos de vista diferentes”, pero sostuvo que no se puede “buscar soluciones tan complejas sobre temas de la sociedad y el mundo laboral sin las voces de los actores principales del mundo del trabajo”. “La cultura del diálogo, de poder realmente negociar, de saber que hay dos puntos de vista y que tenemos que buscar el medio, es lo que realmente se necesita, y lo que no siempre funciona bien en la región”, señaló. Sobre este punto, planteó que, a diferencia de otros países, este intercambio en Uruguay sí existe.

Con la mira en el trabajo decente y las políticas de cuidados

En febrero de este año la OIT presentó un informe sobre 2022 que mostró que en la región hay una recuperación del empleo con respecto a 2019. Con base en eso, Coenjaerts señaló que la recuperación es “bastante buena” si se compara con los números prepandemia, pero comentó que les preocupa el aumento de la informalidad y la pobreza en los trabajadores, sumado al aumento de la inflación y a que las economías no están creciendo. “Todo esto tiene efectos en el mundo del trabajo”, advirtió.

Otro dato que destacó fue que luego de la pandemia “las mujeres recuperaron más empleo que los hombres”; sin embargo, “los retos estructurales que han existido durante mucho tiempo se quedaron”. Como explicación, planteó que “durante el tercer trimestre de 2022 la tasa de participación laboral femenina fue de 51,8%, que es 23% inferior a la de los hombres”, y que “durante la pandemia el empleo de las mujeres se redujo 9,4% frente a un 7% para las hombres. Siempre vemos que las mujeres pierden más”.

Por eso señaló que uno de los desafíos más importantes que encontraron es la forma de generar políticas transformadoras en materia de género, como las políticas de cuidado, y comentó que desde la OIT apoyan a los países que tienen interés en avanzar en esas políticas. En relación con eso, apuntó que en América Latina las mujeres llevan a cabo 66,4% de todas las tareas domésticas no remuneradas: “Uruguay tiene una política de cuidados, es un país que en el tema laboral muchas veces está al frente de muchos otros. Nosotros promovemos la cooperación sur-sur porque hay mucho de un país que se puede aprender en otro. Uruguay en muchos temas laborales puede compartir buenas lecciones aprendidas, buenas prácticas en el cuidado”, subrayó.

“Es necesario tener políticas para la creación de empleo, es realmente un tema muy importante. Hay grupos más vulnerables, como los jóvenes y las mujeres, que necesitan más atención. Ese es uno de los retos cruciales”, sostuvo. De todas formas, llamó a que los empleos que se creen deben ser “decentes” y para eso son importantes instituciones como “inspecciones laborales” y “mecanismos de negociación de salarios”. Eso en el marco de los cambios que están ocurriendo en el mundo del trabajo relacionados con la transformación tecnológica y ambiental, que debe ser “justa”.

Un “sentimiento de solidaridad”

Coenjaerts también se refirió al motivo que la trajo a Uruguay en primer lugar, que fue la conmemoración de los 60 años de la creación de Cinterfor, lo que consideró “una fuente de orgullo”. Para profundizar en el tema, Anne Caroline Posthuma, directora de Cinterfor, habló con la diaria y recordó que el centro fue creado en “respuesta a la demanda de los países” en un momento de “industrialización, crecimiento e impulso económico y productivo”. “Lo que se necesitaba era a las personas, que sus competencias fueran adecuadas para el momento”, explicó, y contó que la iniciativa fue de Brasil y Colombia, “que percibieron esas necesidades”. De acuerdo con ella, siguiendo un “sentimiento de solidaridad”, la OIT creó Cinterfor, con el objetivo de “gestionar los intercambios” en materia de capacitación.

Señaló que “en este momento estamos nuevamente en un ciclo de cambios y transformaciones”, por lo tanto, es necesario “usar lo que hicimos hace 60 años, tener instrumentos e instituciones adecuadas para capacitar a las personas para esos nuevos retos”. Destacó que Cinterfor está trabajando en temas como el aprendizaje dual, “que es una forma en que los jóvenes estudien”, haciendo “un mapeo de competencias digitales”, en políticas de cuidado y promoviendo que las mujeres se involucren en “sectores de ciencia, tecnología y matemática”. En la actualidad, Cinterfor “tiene más de 60 instituciones que son parte de la red en todas las Américas” y en España y Portugal, comentó.