Bajo el lema “Reducí la jornada laboral para vivir tu vida. Por salud, bienestar y tiempo en familia”, el PIT-CNT y el Instituto Cuesta Duarte (ICD) realizaron este martes en la sede de la central sindical el lanzamiento de una campaña para impulsar la reducción de la jornada laboral en el país. A la presentación asistieron los principales jerarcas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), legisladores, dirigentes sindicales y medio centenar de estudiantes de la Licenciatura en Relaciones Laborales de la Universidad de la República (Udelar).

Con la propuesta, el PIT-CNT promueve el análisis y la discusión que permita alcanzar una ley que reduzca la jornada laboral sin pérdida de salario para los trabajadores, fijando un máximo de 40 horas por semana. La apertura de la presentación estuvo a cargo del director general del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), Pablo Darscht, y del director del ICD, Milton Castellano.

En la actividad también se presentaron informes técnicos a cargo de los economistas Alejandra Picco, Pablo Blanchard y Federico Araya, integrantes del equipo del proyecto Saberes en Acción del ICD. Posteriormente, hizo algunos comentarios la investigadora de la Udelar Judith Sutz sobre cómo la casa de estudios observa la iniciativa.

En estos estudios presentados se evalúan experiencias internacionales, incluyendo casos como los de Francia en 1982 y 2000, Chile en 2005 y 2023, Corea en 2004 y Portugal en 1996.

En otros países la reducción de la jornada fue gradual

Darscht, quien hizo uso de la palabra en primer lugar, expresó que desde Inefop han promovido “una serie de llamados y abierto una serie de puertas para que distintos actores de la sociedad civil puedan presentar propuestas, abordajes para tratar los desafíos estratégicos que se observan en el campo del trabajo y de la empleabilidad”. Sostuvo que lo que está detrás de eso es la dinámica creciente del mundo del trabajo y la tecnología y que “es mucho más rico poder hacerlo con la colaboración y los enfoques de distintos actores”.

Agregó que en Inefop están “satisfechos por cómo evoluciona este tema, y también está la importancia de preservar los ámbitos de reflexión y debate hacia la construcción de un país más justo, más solidario y donde todos puedan tener mejores oportunidades”.

Por su parte, Picco explicó que el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, había trasladado, entre varias reivindicaciones en el acto del 1º de mayo de 2023, el tema de la reducción de la jornada laboral. “Eso fue un mojón fundamental para que eso esté en la discusión en el país, y a partir de ahí se dieron debates académicos y políticos, y el tema fue incorporado en las plataformas de negociación colectiva el pasado año”, dijo la investigadora.

Sostuvo que “el trabajo que realizó el ICD pretende ser un insumo más para la discusión de la reducción de la jornada laboral”. “Por un lado, y según la recomendación de la OIT [Organización Internacional del Trabajo] en 1935, está la idea de compartir las horas de trabajo. Por otro lado, si se da sin disminución salarial, termina generando un aumento de los costos salariales por hora, esto puede provocar un desplazamiento de empleo en momentos de fuerte introducción tecnológica”.

Acerca de la gradualidad o no de la reducción, comentó que, “en general, lo que observamos es que la mayoría de las experiencias, el trayecto de la reducción de la jornada se ha hecho de manera gradual, lo que permitió una mayor adaptabilidad, en particular de las empresas, tanto en materia de costos como de la organización del trabajo, y en la incorporación de distintos sectores”.

Con respecto a quién abona el costo de reducción de la jornada laboral, dijo que “hay que observar cómo avanzaron en los últimos años los distintos sectores en torno al crecimiento de la productividad, y si en algunos casos amerita o no que esos costos puedan ser asumidos temporalmente por el Estado”. Sobre el “riesgo de la flexibilidad laboral que puede surgir de la discusión”, Picco sostuvo que “existe sí un riesgo en la organización del trabajo y en el ordenamiento de la jornada, que se pierdan de vista los derechos y las demandas de los trabajadores, y se tienda a primar las necesidades productivas”.

Por una “mejora genuina de la capacidad del trabajo”

En la información que se compartió durante la presentación, y de acuerdo a datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 el total de asalariados trepó a 1.211.000, siendo unos 523.000 quienes cumplían más de 40 horas semanales. En este grupo, 267.000 empleados trabajaban menos de 48 horas, mientras que 158.000 lo hacían 48 horas. En tanto, unos 98.000 tenían un régimen de trabajo que excedía las 48 horas por semana. Para Abdala, esos trabajadores se beneficiarán con la iniciativa.

En tanto, Blanchard y Araya presentaron un informe con tres puntos: un relevamiento de experiencias internacionales sobre países que aplicaron la reducción laboral, un análisis de la Encuesta Continua de Hogares del INE y finalmente algunas consideraciones en el caso de que se llegue a aplicar en el país la iniciativa.

Por su parte, Abdala sostuvo que “con la actividad quisimos ubicar solvencia técnica a un planteo de clase del PIT-CNT porque entendemos que estas cuestiones van de la mano. Es importante destacar que se está ante un subproducto de un proceso que está vinculado a aumentar la capacidad productiva del trabajo. Esa es la productividad desde nuestra perspectiva”.

Agregó que la reducción es posible porque, de acuerdo a las investigaciones y los estudios realizados por el ICD, “no tienen un efecto negativo sobre el empleo, y además tienen un conjunto de efectos positivos que hacen a la buena vida de la población trabajadora. Además, genera un marco en las relaciones laborales y en el mundo del trabajo que puede acelerar un cauce de una mejora genuina de la capacidad del trabajo y del volumen productivo”.