El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, abandonó en estos días la residencia presidencial de Suárez y Reyes para instalarse en un inmueble del barrio Carrasco que adquirió hace unos meses por un valor de 675.000 dólares. Esto llamó la atención sobre su evolución patrimonial ya que, de acuerdo a las declaraciones juradas presentadas por el mandatario, habría aumentado en torno al 60% en dólares desde su asunción en 2020. El dato propició comparaciones con sus antecesores.

Un repaso de la transparencia

La obligatoriedad de la presentación de declaración jurada por parte de quienes ocupan cargos políticos fue establecida en la Ley 17.060, de 1998, también llamada “ley cristal”. Esta normativa surgió de un compromiso asumido por el país en la Convención Interamericana contra la Corrupción, suscrita en la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Caracas, en 1996. Con ella se creó la Junta Asesora en Materia Económica Financiera del Estado, precursora de la actual Junta de Transparencia y Ética Pública (Jutep), denominación que adoptó a partir de 2008.

El primer presidente en rendir cuentas públicas de su patrimonio al dejar la presidencia fue Julio María Sanguinetti, el 1° de marzo de 2000. En aquel entonces, Sanguinetti declaró un patrimonio neto (es decir, sus activos menos sus pasivos) de 8.458.657 pesos de la época.

El patrimonio incluía su casa de dos padrones contiguos en Punta Carretas y un apartamento en Pocitos, así como un automóvil de 1989, cuentas bancarias y una extensa y detallada colección de pinturas. Sin embargo, al no contar con información de sus bienes al momento de acceder al cargo, ya que la promulgación de la ley fue posterior, no es posible hacer comparaciones.

El primero en ser sometido a esta comparación fue Jorge Batlle, quien al momento de asumir la presidencia contaba con un patrimonio neto de 2.875.691 pesos. Cuatro años más tarde, esa cifra subió a 3.869.782 pesos. En este caso, Batlle había dividido los bienes con su esposa, Mercedes Menafra, quien pasó, en el mismo período, de poseer un patrimonio de 9.247.305 pesos a 15.786.186 pesos.

Por su parte, Tabaré Vázquez declaró en 2005 contar con un patrimonio de 2.892.067 pesos, número que se incrementó hasta 10.736.668 pesos en 2009. En ese momento, Vázquez declaró percibir ingresos por su sueldo como médico en el Casmu y la Asociación Española, así como el libre ejercicio de la profesión, que sumados al salario de presidente totalizaban 311.018 pesos mensuales, unos 13.500 dólares de entonces.

José Mujica, mientras tanto, asumió la presidencia en 2010 y en aquella oportunidad omitió incluir la información referente a los inmuebles que poseía, declarando ser propietario solamente de un automóvil Volkswagen Fusca de 1987. Dos años más tarde aportó información referente a la chacra en Rincón del Cerro de la que es copropietario con su esposa, Lucía Topolanski, así como de la maquinaria agrícola con la que trabaja, con lo que totalizó un patrimonio neto de 4.203.000 pesos.

Al finalizar su mandato, tres años después, declaró un patrimonio de 8.077.063 pesos, explicado en buena medida por acumulación de salarios en cuentas del Banco República y evolución del precio de los inmuebles que ya poseía. Asimismo, la declaración jurada detalla haber donado en ese período un total de 7.212.179 pesos al Plan Juntos y 2.356.422 al Frente Amplio.

En 2015, Tabaré Vázquez fue señalado por presentar en su declaración un patrimonio neto de 29.809.846 pesos, lo que significó que había triplicado sus ingresos durante los cinco años que estuvo alejado de cargos públicos. Un lustro más tarde, al traspasar el mando, su patrimonio alcanzó 57.755.858 pesos.

Por último, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, informó en 2020 a la Jutep ser poseedor de un patrimonio neto de 15.517.336 pesos, así como de tener separación de bienes de su ahora exesposa, Lorena Ponce de León, quien por su parte contaba con 14.898.490 pesos. En su última declaración jurada, el actual mandatario pasó a tener un patrimonio de 23.127.616 pesos.

Cada cosa en su contexto

En estos casos suelen compararse cifras sin tener en cuenta factores que inciden en el cálculo del patrimonio, así como atribuirle estos hipotéticos aumentos a ingresos extraordinarios ajenos al ejercicio de la administración pública. Asimismo, también debe considerarse que lo incluido en la declaración jurada de bienes e ingresos por los jerarcas es lo informado voluntariamente.

Deben contemplarse factores como la evolución de la inflación, el valor de la tierra, los inmuebles, así como la tasa de cambio, que afecta particularmente el resultado de los depósitos en dólares.

En pesos corrientes (es decir, sin contemplar la inflación), vemos, por ejemplo, que Jorge Batlle aumentó su patrimonio un 34%, Tabaré Vázquez 271% y 93% en su primera y segunda presidencia, respectivamente, José Mujica un 92% y Lacalle Pou aumentó, en lo que va de su período, un 49%.

Sin embargo, si ajustamos los valores por el índice de precios al consumidor estos varían considerablemente. En términos reales, Batlle redujo su patrimonio en el entorno de un 12%, Vázquez aumentó 183% en su primer mandato y 31% en el segundo, José Mujica 52% y Lacalle Pou un 3,7%.

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