Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La sequía en Brasil determinó que ese país tuviera déficit de generación hidroeléctrica y le comprara energía a Uruguay. Para producirla, UTE hizo funcionar en forma desacostumbrada sus centrales térmicas, y le tuvo que comprar mucho combustible a Ancap. En las cuentas globales del Estado, y en las propias de ambos entes autónomos, la operación dio importantes e inesperadas ganancias, que podrían haber tenido diversos destinos de inversión.

El Poder Ejecutivo decidió que las ganancias de Ancap se utilizaran para compensar un congelamiento del precio de los combustibles que ha durado ya cuatro meses. Si se hubiera aplicado el criterio de paridad con una teórica importación, defendido por el gobierno nacional e instrumentado en artículos impugnados de la Ley de Urgente Consideración (LUC), esos precios deberían haber aumentado, junto con los del petróleo en el mercado internacional.

Una vez que se confirmó la perspectiva del referéndum contra la LUC, el Ejecutivo prefirió dejar en suspenso la aplicación de su propio criterio, y caben pocas dudas de que lo hizo para evitar que la suba del precio de los combustibles irritara a muchas personas que creyeron la promesa de que bajaría, y jugara a favor del Sí a la derogación en la consulta popular.

Parece obvio que esa política de congelamiento se definió con la intención de reconsiderarla después del 27 de marzo, y no hace falta señalar que los ingresos coyunturales por la sequía brasileña no permitirán sostenerla demasiado tiempo. La hipótesis más favorable, para el interés económico de los consumidores y el político del oficialismo, era que la realización del referéndum y la mejoría de la situación en Brasil coincidieran con un período de descenso de los precios internacionales del crudo

Sin embargo, sucede que esos precios y los de los fletes están en un período de alza que probablemente se prolongará, y esto tiene dos consecuencias relevantes. Por un lado, las ganancias vinculadas con la venta de energía a Brasil ya no proporcionan un margen holgado para compensar que los combustibles no aumenten. Por otro, va en aumento la diferencia entre el tan mentado precio de paridad de importación y lo que se está pagando en las estaciones de servicio uruguayas.

En la actualidad, según dijo a la diaria una fuente oficial, cerrar esa brecha implicaría subas de 12% para las naftas y 19% para el gasoil, muy poco apropiadas para convencer a la ciudadanía de los beneficios que trajo la LUC en este terreno. En la encuesta de la Usina de Percepción Ciudadana, cuyos resultados publicamos hace un par de días, las disposiciones de esa norma sobre el ajuste de los combustibles sólo fueron la razón principal para definir el voto en el referéndum de 2% de las personas consultadas, pero esto corresponde a una situación con precios congelados desde hace meses, y no es difícil imaginar que cambiaría con un alza brusca.

Hoy, o a más tardar el lunes de la semana que viene, el Ejecutivo anunciará su decisión sobre el ajuste mensual, y el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, dijo que se está analizando con preocupación qué margen queda para postergar aumentos.

Hasta el lunes.