Ancap comunicó este martes a la noche que el directorio se vio “obligado” a suspender la producción de pórtland en Minas “a raíz de una decisión gremial que pone en riesgo la integridad de la planta”, medida que se continuará “hasta que se restablezcan las condiciones seguras de operación”. Las autoridades y la Federación Ancap (Fancap) mantienen un conflicto desde hace varios meses, en un enfrentamiento que subió de tono a final del año cuando Ancap denunció el convenio colectivo —que cayó y aún no fue negociado— y el sindicato realizó un paro que llevó a detener la operativa en la refinería.
Uno de los puntos de disputa refiere al futuro del negocio del pórtland, una unidad dentro de Ancap que arrastra pérdidas desde hace años. El gobierno promueve la asociación con un privado y la empresa estatal ya mantiene contactos con interesados, mientras que los trabajadores denuncian una privatización que afectará las fuentes laborales y cuestionan la entrega de la reserva de piedras caliza.
El sindicato dio a conocer una resolución del martes en la que apunta al presidente de la empresa estatal y plantea que los trabajadores buscaron realizar una medida de protesta “de forma responsable”.
Fancap recordó que “ante la denuncia por parte de Ancap del convenio, que establece entre otros derechos y obligaciones la implementación de guardias gremiales; carecemos en este momento de este marco regulatorio”. En ese contexto, y tomando en cuenta la decisión sindical de establecer “un régimen de paros” cuando haya visitas de las firmas interesadas en asociarse, en una asamblea en la planta de Minas la semana pasada se resolvió “proponer acordar una parada del horno” de producción de clinker —el principal componente del cemento pórtland—.
Fancap comunicó que mantuvo una reunión el lunes “con la gerente [del sector Minas] Denisse Akiki, que nos comunicó la clara orden del presidente de Ancap [Alejandro Stipanicic] de no aceptar la propuesta del sindicato y continuar con la marcha del horno sin importar si existe o no un marco regulatorio que asegure que de ser necesario pueda implementarse una guardia gremial que garantice la seguridad de los equipos y de las personas”.
Los trabajadores de la planta decidieron, según indica el comunicado, “realizar corte de horas extras y cambios de turno hasta la realización de la próxima asamblea representativa de Fancap programada para el 4 de marzo”.
En el comunicado de Ancap, la empresa indica que “es prioridad del directorio preservar la infraestructura y evitar daños en las instalaciones de la planta industrial”. Añade que “los clientes serán atendidos con producción de planta Paysandú y con inventarios acumulados”.
En la planta de Minas trabajan unos 220 trabajadores directos y 70 indirectos. El negocio del pórtland de Ancap incluye también otra planta de producción en Paysandú y una tercera en Manga, centrada en aspectos logísticos. En total, los empleos entre directos y tercerizados son 550, según Fancap.
La marca de la estatal, Cementos del Plata, tiene aproximadamente 38% del mercado, y operan otras tres empresas: la firma Cementos Artigas, de capitales españoles y brasileños; Cimsa SA, que tiene como accionistas a Diego Godín y Diego Lugano; y la recientemente inaugurada Cielo Azul, que se transformó en la planta más grande del país, con una producción prevista de 600.000 toneladas al año, con miras a exportar a Brasil.
El diario El Observador informó días atrás que 16 empresas mostraron interés y 11 ya pagaron una tarifa de 5.000 dólares para tener acceso a información reservada sobre el negocio de Ancap. Además, reportó que en el marco de la protesta que viene realizando Fancap cuando los privados visitan las plantas, hubo una movilización sindical cuando Lugano acudió a Paysandú con empresarios de la firma brasileña Hipermix. También hubo visitas de las competidoras Cielo Azul y Cementos Artigas.
A fines de diciembre, en entrevista con la diaria, el presidente de Ancap declaró: “En la etapa uno les estamos dando tiempo a todos para que se interioricen de las generalidades del negocio y se vayan seduciendo con la posibilidad de asociarse con Ancap”. Luego, se prevé “un procedimiento competitivo especial”, en el que se pedirá que “las empresas sean precalificadas; no vamos a dejar que cualquiera se presente a la licitación o proceso competitivo”. Según Stipanicic, se busca “un socio que tenga know how y mercado, no un socio especulador o un fondo de inversión que luego venda su parte”.
Gerardo Rodríguez, presidente de Fancap, sostuvo tiempo atrás que lo que quiere hacer Ancap es “una entrega total” del negocio del pórtland, porque “incluye las fábricas y el uso del sello Ancap”, además de los permisos para explotar la cantera de piedra caliza que posee el ente.
Sobre la reserva de piedra caliza, la materia prima principal para la elaboración del cemento —Ancap la extrae mediante un proceso de perforación y voladura utilizando explosivos en los yacimientos—, Stipanicic dijo que se dará un permiso de explotación a cambio de un pago y un adicional por tonelada extraída. Fancap valúa esa reserva en 10.000 millones de dólares, y sostiene que se cobrará al privado “un costo marginal”.