Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
La astucia de Luis Alberto Heber: tanto el expresidente José Mujica como el senador Jorge Gandini se refirieron ayer a la capacidad del ministro del Interior para anticipar movimientos políticos.
Gandini –nacionalista como Heber, aunque no herrerista– comentaba durante la mañana el inusual pedido del ministro, que solicitó comparecer cuanto antes en el Senado. Presumiblemente, Heber iría a dar explicaciones sobre el accionar de miembros de la Policía en la red montada para proteger al exsenador nacionalista Gustavo Penadés, hoy imputado por 22 delitos relacionados con el abuso sexual de menores. Su astucia consistiría en presentarse a declarar por su cuenta antes de tener que hacerlo obligado. Si se cumpliera su deseo, Heber podría desactivar, o al menos quitar contundencia, a la interpelación que venía discutiendo la bancada del Frente Amplio, y que finalmente, sobre el atardecer, resolvió llevar a cabo.
No hace falta explicar que no suelen producirse consecuencias de peso tras una concurrencia al Palacio Legislativo en régimen de comisión, y que de una interpelación, en cambio, se puede salir cerca de perder el puesto. Heber lo sabe bien, porque cuando lo interpelaron por el aumento de los homicidios, el 29 de junio, terminó muy magullado: los parlamentarios del Frente Amplio y de Cabildo Abierto emitieron una declaración mayoritaria que desaprobaba su gestión, aunque los cabildantes no se atrevieron a censurar a un ministro del gobierno que integran.
En este lapso, Heber debe haber calculado que su apoyo en el Parlamento –y en la opinión pública– seguramente no creció, sino todo lo contrario. Ya no son sólo cabildantes los que reprueban abiertamente su manejo de los temas de seguridad, sino también figuras del Partido Colorado, como el diputado Gustavo Zubía, mientras la vicepresidenta Beatriz Argimón habló inicialmente de consecuencias políticas en caso de que se comprobase la responsabilidad de Ministerio del Interior en la trama con la que se buscó proteger a Penadés y hostigar a sus denunciantes. Por entender que sí hay responsabilidad, el Frente Amplio pide directamente la renuncia de Heber.
En la visión de Mujica, por su parte, Heber se muestra astuto porque si se produjera su salida del ministerio simplemente estaría adelantando un movimiento ya decidido por él, dado que precisa dedicarse íntegramente –y no de a ratos, como hasta ahora– a la campaña 2024. Lo necesita quizás más que nunca, no sólo por un tema de perspectivas laborales, sino porque su principal socio en el liderazgo de la Lista 71 era Gustavo Penadés, y todo indica que no será parte del próximo ciclo electoral (al menos no como candidato).
Heber aparece así doblemente unido al excorreligionario al que no dudó en apoyar públicamente hasta que la defensa se volvió insostenible. Por un lado, debe dar explicaciones acerca de la conducta de subordinados suyos que, al parecer, compartían en forma extrema su punto de vista sobre la inocencia de Penadés. Por otro, debe afrontar los problemas prácticos que genera la ausencia del defenestrado dirigente nacionalista en la campaña electoral que ya comenzó.
Hasta mañana.