Resumen de lo publicado: Estamos en 2025. Alberto Brown es un académico e investigador que fue llamado por el gobierno electo del Nuevo Progresismo para ocuparse de la política de ciencia y tecnología. Pero antes de asumir aparece una complicación: una nueva epidemia surgida en Etiopía comienza a expandirse por el mundo y se extiende el temor de que sea peor que la reciente pandemia desatada por un coronavirus. Brown trata de organizar a la comunidad científica, pero tras cinco años de recortes presupuestales, las cosas son muy distintas a como lo eran 2020.

4 de marzo de 2025

Buenas y malas noticias.

El consorcio Facultad de Ciencias-Pasteur-Facultad de Química-Instituto Clemente Estable acaba de validar su test PCR. Conferencia de prensa con De Vega a la cabeza. Parece que nos hubiéramos transportado en el tiempo cinco años atrás. Falta el Fruti.

La mala noticia es que el síndrome ya está entre nosotros. Se esperó mucho para cerrar fronteras y, tal como nos temíamos, no vamos a escapar de esto. Los primeros casos fueron de personas que contrajeron la enfermedad en el exterior, pero hoy mismo se detectaron varios casos de contagio local. Por ahora afecta a gente de los barrios de la costa que han viajado o que viven con personas que han viajado al exterior.

Nueve millones de casos detectados a nivel mundial.

5 de marzo de 2025 (de mañana)

Acompañé por primera vez al Gordo y a la ministra a la reunión del GACH 2. En la reunión informaron los distintos responsables. El virus no se propaga mayormente por contacto. Las personas que conviven suelen contagiarse, pero todos los informes internacionales indican que también tiene que haber una vía de contagio de otro tipo. Una cuarentena general sería totalmente inoperante, pero hay que lograr reducir los contactos intrafamiliares y poner en cuarentena a las personas con síntomas. Esta vez parece no haber individuos asintomáticos (un problema menos).

5 de marzo de 2025 (de tarde)

Se eligió nuevamente el Hospital Español como hospital público de referencia para esta pandemia. Acompaño a Elena Duquais, responsable del área médica del GACH 2, a la visita de este centro al que serán derivados todos los enfermos con sintomatología gastrointestinal. Se está instalando allí un número importante de camas adaptadas para esta enfermedad, que habían quedado en depósito desde la época del último brote latinoamericano de cólera, a comienzos de los años 90. Me abstengo de preguntar para qué sirven los agujeros en las camas.

5 de marzo de 2025 (de noche)

Por suerte no me tengo que ocupar de los aspectos médicos. No podría. Se desató un brote en el barrio La Paloma (al norte del Cerro). La situación es terrible. Al parecer ya hay muertos, pero el informe del Sinae todavía no salió hoy y los responsables del GACH 2 tienen sus celulares ocupados permanentemente.

8 de marzo de 2025

El número de infectados se duplica cada dos días aproximadamente. Se está propagando sobre todo en la periferia norte de Montevideo, en Pando, Las Piedras y en Ciudad de la Costa. La consigna impulsada por la OMS y traducida por nuestros responsables de comunicación, “el primero donde quieras, el segundo sólo en casa”, no la entiende nadie. Son unos inútiles. En mi opinión hay que ser mucho más explícito, aunque sea escatológico. Se agotó el Agua Jane en los supermercados. El papel higiénico también (por lo menos esta vez tiene sentido).

10 de marzo de 2025

Ya hay más de 100 muertos en el país, casi todos en la zona metropolitana (90% entre el eje norte de Montevideo-Las Piedras y Ciudad de la Costa). La epidemia se propaga a nivel internacional como hace cinco años, pero en cámara rápida.

Buena parte de la derecha actúa con una total deslealtad institucional y está intentando aprovechar la situación políticamente. Dicen que estos números son la prueba de la inoperancia de la izquierda en el gobierno. Se niegan a ver lo que está sucediendo en el mundo. No los culpo, yo también trato de no enterarme. Además, se niegan a votar la ley de postergación de las elecciones municipales. El Gordo hizo bien en ofrecerles a algunos colorados participar en el gobierno. Por lo menos contamos con parte de la derecha para defender cierta coherencia institucional.

12 de marzo de 2025

Son las aguas residuales. Se transmite por el agua. El bicho puede “soportar” muchos días fuera de un organismo vivo y viajar grandes distancias por las napas freáticas. Muchas veces simplemente circula en las cunetas de las calles. La situación es particularmente complicada en las zonas sin saneamiento. Me entero estos días de que una parte significativa de la población de la periferia de muchas ciudades, incluyendo Montevideo, aún en barrios con saneamiento, no está conectada a la red. Está repleto de pozos negros aún en lugares en los que los caños de las cloacas pasan por la puerta. Si bien ha habido un esfuerzo importante de las intendencias de la región metropolitana por corregir esta situación en los últimos años, sigue siendo el punto débil del circuito de aguas residuales en Uruguay. La situación es relativamente buena para los estándares latinoamericanos, pero la inversión de OSE en el saneamiento del interior es un gran debe.

Conferencia de prensa del ministro de Salud. Es el lanzamiento de la nueva campaña educativa sobre cómo actuar en cada domicilio contra el SEGAS.

Se insiste con las medidas de higiene personal y, en particular, en el lavado frecuente de manos con jabón.

Se exhorta a no compartir baños (parece un chiste de mal gusto para los hogares de menores recursos). Se pide lavar cubiertos y vajilla dejando en remojo con hipoclorito.

Reformularon lo del “segundo sólo en casa”. Ahora dice “Pichí donde quieras, caca sólo en casa”. Dicen que desde el punto de vista comunicacional es una bosta. A mí me parece más claro.

Se explica el procedimiento más efectivo para evitar el contagio. Después de ir al baño, verter un chorro largo de hipoclorito antes de tirar la cadena y esperar tres minutos. Eso es diferente del protocolo anterior, en que el hipoclorito se usaba después de tirar la cadena. Esperemos que el grupo de biólogos y médicos que trabajan en el tema tengan razón y que esto desactive el virus.

El gobierno lanzó un plan de distribución masiva de hipoclorito subsidiado por el Estado. La idea es compensar el desabastecimiento. Hay condiciones para aumentar radicalmente el volumen de la producción nacional en pocos días. Se armó un consorcio público-privado para lograrlo. Se distribuirá de manera gratuita a los beneficiarios del nuevo Plan de Equidad. Hay denuncias de venta especulativa de Agua Jane. Me hierve la sangre al pensar que haya gente que intente hacer un negocio con estas cosas.

Tengo el sentimiento de que estas medidas no están a la altura de las circunstancias. Aparentemente es lo que propone la OMS. El tema es que como esta pandemia ha golpeado principalmente a los países pobres, el volumen de información científica acumulado es infinitamente menor al de cinco años atrás.

13 de marzo de 2025

Fecha simbólica. Ya hay 372 muertos.

Además, algo que está pudriendo la situación es la deslealtad institucional de los sectores más reaccionarios de la derecha. Políticamente no pagan costos porque el SEGAS es visto como una “enfermedad de pobre”, y esto genera reacciones sociales terribles. Ayer se dio, incluso, la primera muerte por “autodefensa”. Las medidas de la LUC de 2020 siguen vigentes, y quieren declarar inocente a un tipo que bajó de un tiro a alguien que entró en su casa, con el “argumento” del “temor a ser contagiado por ese pichi”. Un horror. Estoy abrumado por un sentimiento de desconsuelo imposible de expresar en palabras.

Llevo semanas sin casi dormir. Vivo con un estrés permanente. Hemos hecho un enorme esfuerzo para acudir nuevamente a la comunidad científica y esta parece estar reaccionando y apoyarnos en esta terrible situación. Pero no tengo que engañarme: llegamos tarde. No se arregla en dos semanas el abandono presupuestal a la ciencia de cinco años. Además, en estos temas se destruye tanto más rápido de lo que se construye… Las perspectivas son terribles.

El informe interno del GACH 2 fue desolador. Los modelos estiman decenas de miles de muertos antes de lograr controlar la situación. Sé por experiencia propia que los modelos pueden errarle fácilmente en estas cosas. Aun así, en 2020 el contagio era interpersonal. El aislamiento social, primero, y las medidas no farmacológicas de seguimiento de contactos, luego, dieron resultado porque eran apropiados para ese tipo de vía de contagio. Además, Uruguay tuvo casi dos meses para prepararse para la llegada de la pandemia y los científicos tuvimos tiempo para interiorizarnos en el tema. Por otro lado, la cuarentena de 2020 (no oficialmente declarada pero que sí sucedió en los hechos) controló la situación en la primera etapa de la epidemia y nos permitió ganar tiempo para entender dónde estábamos parados. Esta vez todo fue muy rápido: el gobierno anterior no hizo nada porque ya estaba de salida (algo similar sucedió con el Frente cinco años atrás, por cierto). El problema es que ahora todo viene muy acelerado y sucede antes. No tuvimos tiempo para prepararnos.

14 de marzo de 2025

Me contagié. Los síntomas comenzaron hace unas horas en el trabajo con unos retortijones de barriga. No les di pelota. Estoy tan estresado que vivo con dolores permanentes en todo el cuerpo.

Al llegar a casa me comencé a sentir mal en serio. Fui al baño y vomité hasta el alma. Ahí le pedí a Lía que se fuera de casa y se llevara inmediatamente a los chiquilines. Se negó al principio, pero luego terminó aceptando. Llamé a la emergencia. Luego comenzó la diarrea. Ni cuento.

Trato de hidratarme pero no tengo éxito. No retengo nada. Traté de seguir el consejo del MSP para hacer suero oral “casero”. No estoy seguro de haber respetado bien las proporciones. No sé si volví a vomitar por el bicho o por el gusto de esa porquería. Es realmente asqueroso. No aguanto más, espero que la ambulancia llegue pronto.

Capítulo 5

17 de marzo de 2025

Sucedió hace dos días, pero recién hoy pude acceder a mi celular para hacer la grabación.

Me desperté solo en una cama de hospital. Estaba aún confundido, y el silencio y la soledad que me rodeaban me preocuparon mucho. Llamé y al poco tiempo apareció una enfermera que me preguntó cómo me sentía. La verdad, me sentía muy mal, pero no tan mal como en mi último recuerdo, en el baño de casa.

Un rato más tarde autorizaron la visita de mi hermana Sofía. Me sentí un poco avergonzado por el estado en que me vio, pero ella me aclaró que no me preocupara, que estaba acostumbrada a ver cosas mucho peores. Le pregunté por Lía y los niños. Me dijo que habíamos ligado. Lía se había contagiado pero con síntomas leves y se encontraba en cuarentena en la casa, imposibilitada de venir al hospital. Los niños habían tenido mucha suerte y no se habían contagiado. Me dije que, finalmente, las medidas higiénicas draconianas que habíamos implementado en casa habían sido de utilidad. Sofía me cuenta que Lía volvió a nuestra casa luego de dejar a los chiquilines en la de ella y se encontró con la ambulancia en la puerta. Yo me había desmayado en el suelo del baño. Me imagino el estado en que me habrán encontrado, pero prefiero no preguntar. Me habían traído al hospital y estuve sin conocimiento varias horas, muy deshidratado y debilitado por el virus.

Le pregunté por la epidemia. Buenas noticias. El primer brote parecía en vías de contenerse. Me quedé un poco sorprendido, pero ella no parecía estarlo. Le conté de la sensación de catástrofe que estaba viviendo antes de enfermarme y ella me dio su punto de vista. Me contó que, si bien el gobierno anterior había recortado de manera importante el gasto público, los efectos netos en el sistema de salud no habían sido tan destructivos como en el sector educativo o en el de la investigación.

Primero, porque la covid-19 había provocado inversiones importantes en la salud cinco años atrás, tanto en el sector público como en el privado. En particular, se había ampliado de manera muy importante la cantidad de camas de cuidado intensivo.

Segundo porque, si bien la Red de Atención Primaria de ASSE había sido muy atacada por los recortes, las huelgas de 2022 fueron una victoria importante para los sindicatos. El prestigio ganado por los médicos en la lucha contra la covid-19 fue el germen para un amplio apoyo de la población. El gobierno ya estaba debilitado luego de las fisuras del año previo y no pudo aguantar la presión de la opinión pública y la influencia del gremio médico.

Tercero, la experiencia de cinco años atrás había provocado progresos en los protocolos de funcionamiento de distintas áreas de la salud, tanto en lo que tenía que ver con los aspectos preventivos como en los de funcionamiento hospitalario.

Me quedé pensando en que, sesgado por los daños provocados en el sector académico, no había podido incorporar algunas fortalezas con las que el país contaba ahora para enfrentar a la pandemia.

Me vinieron a la mente también los pronósticos de los modelos que predecían una situación de descontrol. Habían sido incorrectos, pero ¿cuándo cinco años antes logramos hacer pronósticos acertados?

Luego de la conversación con mi hermana, el médico me dijo que yo había llegado al hospital hecho una piltrafa. Le relaté mis semanas de estrés e insomnio y me dijo que no permitiría que me siguiera sobreexigiendo en su servicio, y eso explica los días sin acceso a mi celular y a mi computadora.

20 de marzo de 2025

Pasé a sala. Me siento mucho mejor. Estuve tratando de ponerme al día con el mundo y sus alrededores. Sigo sorprendido por las noticias de la contención del primer brote en Uruguay. Esto recién empieza, pero pareciera que se logró amortiguar el primer choque. Aun así murieron varios centenares de personas. Yo mismo casi no la cuento.

Lía está muy bien. A ella le pegó muy light. Los chiquilines, chochos de pasar una semana de piyamada con sus primos. Espero poder volver a ver a mi familia pronto.

Hablé con la ministra. Le dije que voy a renunciar. Esto no es para mí. Me dijo que lo discutiríamos en su momento, que ahora tenía que descansar. Me contó que el GACH 2 está funcionando muy bien. La reticencia inicial de los científicos fue aplacada rápidamente por una indiscutible vocación de servicio. Pienso que a eso se le debe agregar esa curiosidad propia de los investigadores. Me viene a la mente un número importante de ejemplos en la historia de la ciencia en que los científicos se han involucrado en diferentes problemas atrapados por el “acertijo” interesante que debía ser resuelto. Además, digámoslo, los fondos para posdocs ayudaron.

Me quedo pensando que esta historia pudo tener otro final. Lo que pasa hoy depende de nuestras acciones de ayer. La apuesta a la ciencia, a la salud, a la educación es algo que se acumula en el tiempo, que no se improvisa. El daño que hizo el gobierno saliente terminó siendo menor al que yo pensaba. Eso no fue una casualidad. Se debió a la lucha de la población que salió a defender sus derechos. Afortunadamente, dentro de sus derechos aparecía uno nuevo en Uruguay: el de contar con un buen sistema de investigación para defender la cultura y atender las necesidades del país. Es un derecho que no es individual, que es intrínsecamente colectivo: es defender algo en común que, a la larga, nos sirve a todos. Influido por mi propia alienación de estos años, no me di cuenta de que la nueva victoria del progresismo no se gestó en acuerdos de cúpula, sino en la movilización desde abajo. Si el Gordo repitió “6+1” durante la campaña es porque eso es lo que tenía que decir para ganar. Para que eso sucediera estuvieron los estudiantes en la calle todo 2023. Perdieron la huelga, pero se ganaron el apoyo de la opinión pública.

21 de marzo de 2025

Me llamó Gregorio Delgado. Se enteró por Lía de que estaba en el hospital y quería mandarme un saludo. Le estuve tomando el pelo sobre los zorros zombis. Me dijo que ya me contaría de la situación en San Pablo. Parece que está muy salada.

El otro que me llamó muy afectuoso fue Edison Montes. Lo noté mucho más animado. Aparentemente está coordinando de nuevo la instalación de varios laboratorios universitarios en el interior para el testeo del virus del SEGAS. Me dijo que lo había estado pensado y que lo del laboratorio de alta seguridad P3 en Salto había que retomarlo. Me dijo que él no tenía derecho a dejarse llevar por sus frustraciones personales. Se habían perdido algunos años para concretar un proyecto importante, pero ahora había una oportunidad y él estaba dispuesto a involucrarse nuevamente en la iniciativa. Después de colgar me quedo pensando en la habilidad y picardía de Edison. ¡Le terminé agradeciendo que me permita conseguir fondos para financiar su laboratorio!

FIN