Sin caer en determinismos absolutos, que se ha probado que no son tales, podríamos estar bastante de acuerdo en que las experiencias vividas en las primeras etapas vitales dejan sus marcas en lo que seremos luego. El entorno en el que crecemos, los estímulos que recibimos y las situaciones que atravesamos, en una danza impredecible con aquello que traemos en los genes que nos legaron nuestra madre y padre biológicos, va moldeando tanto lo que somos como lo que podríamos llegar a ser. Eso aplica tanto para la mayoría de nosotros, comunes mortales, como para superhéroes y villanos de la ficción.
Por extraño que pueda parecer, justamente los héroes y villanos cinematográficos de las empresas Marvel y DC fueron objeto de un proyecto científico llevado a cabo por investigadoras e investigadores de la facultades de Enfermería de la Universidad de Calgary y de la Universidad de Columbia Británica, ambas de Canadá. Titulado algo así como ¿Las experiencias adversas en la niñez están asociadas con el heroísmo o la villanía? Un estudio observacional cuantitativo de personajes del Universo Cinematográfico de Marvel y DC, el trabajo que tiene a Julia Wigmore como primera autora se concentró en evaluar si problemas sufridos por estos personajes en la infancia los llevarían a ser o no villanos (ya veremos por qué trabajaron con esa hipótesis de trabajo). Dado que uno es consumidor de cosas fabulosas de la ciencia y de historietas a partes iguales, el trabajo de Julia y sus colegas resulta demasiado atractivo como para dejarlo pasar. Así que allí vamos.
Las preguntas y las hipótesis que guiaron la superinvestigación
En el artículo, Julia Wigmore y sus colegas canadienses dejan claro cuáles eran las tres preguntas que guiarían su trabajo: “¿Las puntuaciones más altas de Experiencias Adversas en la Infancia están asociadas con los villanos?”, “¿existen diferencias entre el Universo Cinemático Marvel y el Universo Expandido de DC en lo referente a estas Experiencias Adversas en la Infancia?” y, finalmente, “¿existen diferencias en los puntajes de Experiencias Adversas en la Infancia entre personajes femeninos y masculinos?”.
Lo que hipotetizaron era que sí, que una mayor puntuación en el cuestionario de Experiencias Adversas en la Infancia (ACE por si sigla en inglés), que se aplica en la vida real, en los personajes de ficción de las películas de Marvel y DC “estaría positivamente asociado con los villanos”, mientras que puntuaciones más bajas en ese cuestionario lo estarían con los héroes y heroínas. Por su parte, predecían que no habría diferencias entre ambas empresas respecto de esta relación, así como que tampoco la habría entre aquellos personajes identificados como varones o mujeres.
Pero claro, todo esto no sale por generación espontánea dentro de un tupper. Como sucede en ciencia, para llegar a hacerse esas preguntas hay que basarse en diversos conocimientos y teorías preexistentes. Y acá hay varias cosas a tener en cuenta, así que veámoslas en detalle antes de pasar al estudio en sí mismo sobre los problemas en la infancia de Batman, Spiderman, Gatúbela o Viuda Negra y cómo eso tendría que ver con que se inclinaran por hacer el bien o el mal.
Las Experiencias Adversas en la Infancia y la influencia de los superhéroes
Como bien explican en su artículo, el cuestionario de Experiencias Adversas en la Infancia fue desarrollado a fines de la década de 1990 y consiste en diez preguntas “orientadas a una variedad de eventos potencialmente traumáticos que ocurrieron antes de los 18 años”. Una respuesta afirmativa a cualquiera de sus diez preguntas sumará un punto y una negativa valdrá cero, siendo el puntaje final obtenido en esta prueba el de la suma de todas las respuestas. Según consignan en el trabajo, varios estudios han mostrado que “una puntuación de Experiencias Adversas en la Infancia de cuatro o más se asocia con peores resultados de salud en la edad adulta”.
Las preguntas van desde “¿sintió que no tenía suficiente para comer, tenía que usar ropa sucia o no tenía a nadie que lo protegiera o lo cuidara?” hasta “¿experimentó contacto sexual no deseado?”, pasando por la pérdida de uno de sus padres “a causa de divorcio, abandono, muerte u otra razón”, convivir con alguien “deprimido, enfermo mental o que intentó suicidarse” o que haya tenido “problemas de alcohol y otras drogas, incluyendo medicamentos recetados”, si sus padres o algún adulto en el hogar “alguna vez se golpearon o amenazaron con lastimarse”, si “alguna vez lo golpeó, pateó o lastimó físicamente de alguna manera”, si “lo han insultado o menospreciado”, o si “sintió que nadie en su familia le quería o pensaba que era especial”.
En el trabajo también señalan que el cuestionario tiene sus bemoles. “Las puntuaciones de Experiencias Adversas en la Infancia son una herramienta poderosa para ayudar a los profesionales a evaluar los factores de riesgo conductuales y de desarrollo”, dicen, pero aclaran que los puntajes obtenidos en este cuestionario “no pueden considerarse predictivos de resultados adversos posteriores”, sino que en su lugar “reflejan el riesgo relativo e identifican la necesidad de apoyo adicional para los niños y las familias”.
Bien, lo del cuestionario de las experiencias adversas en la infancia está más o menos aclarado. Ahora falta hablar un poco por qué ir a fijarse qué pasa con estas experiencias adversas y los personajes de ficción que andan haciendo el mal y el bien en los universos Marvel y DC.
“Está bien documentado que las representaciones de superhéroes tienen consecuencias reales para los jóvenes”, reportan entonces Julia y sus colegas en el artículo citando trabajos que ilustran esta afirmación. Uno mostró que “algunos niños han sufrido lesiones al usar disfraces de superhéroes” y otro que “una mayor exposición a los superhéroes durante la vida se asoció con un mayor comportamiento de riesgo”. Hay más: un trabajo publicado reporta que “la idolatría de los superhéroes en la infancia se asoció con creencias más tradicionales sobre el atractivo y la masculinidad más adelante en la vida”, mientras que otro halló que “preescolares que vieron programas de superhéroes estuvieron asociados con agresión física y relacional”. Por todo eso, Julia y colegas señalan que tales estudios “indican que los superhéroes no sólo sirven para entretener” y que “pueden afectar a los niños de maneras reales”.
Entonces surge el lado luminoso en todo esto. “La reflexión sobre las narrativas de superhéroes puede ayudar a infantes a superar el trauma, y cuando se incorpora un tema de superhéroes los niños vuelven a participar en la terapia de juego postraumática”, reportan en el trabajo haciendo referencia a un artículo publicado en 2021 en la Revista Internacional de Terapia de Juego. Basándose en otra investigación, también afirman que “las intervenciones con temas de superhéroes pueden mejorar la autoestima entre infantes que experimentan vulnerabilidad”, así como “la lectura de libros con temas de superhéroes mejoró el comportamiento en los niños con padres ausentes”.
Por todo esto, Julia y sus colegas señalan que “las representaciones complejas de las respuestas de los superhéroes al trauma tienen el potencial de influir en las percepciones de los niños que también están experimentando traumas”, desnudando así el verdadero objetivo detrás de toda esta investigación: ¿será que la forma en que las películas de superhéroes muestran cómo los personajes lidian con sus experiencias adversas en la infancia tiene algo para ayudar a los niños y niñas que pueden estar atravesando tales experiencias? Es claro que si un mayor puntaje en el cuestionario de experiencias adversas se asociara a los villanos, las cosas serían más complicadas. Y ahí justamente está el interés por ver qué nos están mostrando estas películas asombrosamente populares, tanto entre grandes –que se manejan un poco mejor solos– como en niñas, niños y adolescentes.
Los superhéroes y villanos al diván
Con el objetivo de “identificar si los puntajes de Experiencias Adversas en la Infancia más altos en superhéroes y villanos populares en el Universo Cinematográfico de Marvel y el Universo Expandido de DC estaban asociados con heroísmo o villanía”, el equipo de investigadoras e investigadores debió seleccionar qué personajes deberían ser escrutados bajo las diez preguntas del cuestionario y de dónde sacarían la información.
Dado que en los cómics las tramas pueden ser más complejas, contradictorias o incluso totalmente distintas según la época, el equipo concentró su trabajo en las películas de personajes de Marvel y DC de las dos últimas décadas (en ciencia hay que delimitar bien de dónde se tomarán los datos y cómo, y evidentemente es más práctico mirar algunas decenas de películas que leerse todas las historietas donde aparecen los personajes, sobre todo si tenemos en cuenta que la primera aventura de Superman apareció en 1938).
De acuerdo a criterios estadísticos, para que los resultados fueran relevantes debían analizar las experiencias adversas en la infancia de siete héroes y siete villanos de cada compañía, así que entonces se dedicaron a mirar las películas aplicando el cuestionario a 28 personajes en total.
Aquí tuvieron algunos problemas. Por ejemplo, Thanos, como dicen, “posiblemente el mayor villano en las películas recientes del Universo Marvel”, debió quedar afuera por la sencilla razón de que en las películas “no hay suficiente información” sobre su infancia como para completar el cuestionario.
En cuanto a ver luego en qué se transformarían los personajes, en algunos casos las cosas estaban muy claras y en otros no tanto, aun cuando definieron como héroe o heroína a aquel personaje “que tiene como objetivo proteger al público de cualquier daño, como los protagonistas en sus respectivas películas”, y como villano o villana “como un personaje que tiene como objetivo causar daño, o lograr sus fines a pesar del daño causado, como los antagonistas en sus respectivas películas”. Por ejemplo, señalan que “Harley Quinn ha sido presentada como una villana pero se convirtió en una heroína después de terminar su relación con El Guasón, por eso la clasificamos como una heroína”. En el Universo Marvel también tuvieron sus inclasificables: “Loki, el dios de la travesura, pasó de héroe a villano repetidamente, a menudo varias veces en la misma película”, así que aclaran que evaluaron “la infancia de Loki tal como se muestra en la primera película de Thor” y que lo clasificaron como un villano “dado que pasa más tiempo de su arco de personaje cinematográfico de Marvel como villano que como héroe”. Loki también fue el único personaje analizado con “género fluido”, así que su universo de muestra quedó constituido por 19 personajes masculinos, ocho femeninos y uno de género fluido.
Así las cosas, el equipo miró 33 películas de Marvel y DC que totalizaron “77 horas y 5 minutos” en los que evaluaron respecto a sus Experiencias Adversas en la Infancia a los villanos y superhéroes de Marvel y DC.
Los que pasaron al diván (mejor dicho, fueron escrutados para completar el formulario) fueron los villanos de Marvel Duende Verde (películas de Spiderman), Hela (de Thor), Whiplash (de Iron Man), Killmonger (de Pantera Negra), Loki (de Thor), Namor (de Pantera Negra) y Task Master (de Viuda Negra), así como los superhéroes Viuda Negra, Hulk, Iron Man, Shang-Chi, Shuri (de Pantera Negra), Spiderman y Star-Lord (de Guardianes de la Galaxia). En el caso de DC, los villanos escrutados fueron El Guasón, Dr. Sivana (de Shazam), Harley Quinn, Cazadora (de Aves de Presa), Maxwell Lord (de la Mujer Maravilla), Amo del Océano (de Aquaman) y El Acertijo (de Batman), mientras que los superhéroes fueron Aquaman, Batman, Gatúbela, Cyborg, Shazam, Superman y la Mujer Maravilla. ¿Qué vieron?
Héroes y villanos con problemas entre las manos
En el trabajo reportan que tras completar los cuestionarios y tratar de ver si el mayor puntaje en ellos estaba más relacionado con que esa persona fuera un villano o un superhéroe, “no había una correlación estadísticamente significativa”. Por tanto, en su trabajo dicen: “Rechazamos nuestra primera hipótesis, ya que no encontramos evidencia suficiente de una asociación entre una puntuación de Experiencias Adversas en la Infancia más alta y la villanía”.
Para ilustrar el punto, ponen un ejemplo: “El Guasón, que tenía una puntuación de 6, causó estragos en Ciudad Gótica. Sin embargo, Viuda Negra tiene una puntuación de 8 y luchó junto a Los Vengadores contra Thanos”, señalan, aunque admiten que “Viuda Negra tuvo un período de villanía hasta que se convirtió en una fuerza del bien”.
Lejos de mostrarse contrariados por el hecho de que los datos contradijeran su hipótesis, en el trabajo los autores parecen estar aliviados. Al menos eso se desprende al leer que dicen que su estudio “refuerza el mensaje de larga data de que las personas que experimentan traumas son capaces de resiliencia y que los entornos de apoyo pueden ayudar a las personas a prosperar”.
Y aquí hay un punto interesante que el trabajo no aborda. Batman, un héroe, pasó por experiencias traumáticas. Su puntaje fue de 2, relativamente bajo en comparación con otros héroes y villanos. Es para celebrar que no se haya dedicado a hacer el mal con lo que le pasó... Pero ¿podríamos decir que ser un vigilante nocturno que hace justicia por mano propia, sin vida personal, con megalomanía (está convencido de que tiene una misión que sólo él podrá cumplir y que el sistema no funciona), con manejo de arsenales y armas que deberían estar prohibidas y demás, es 100% una demostración de que procesó bien todo lo que le pasó? De hecho, esta pregunta atraviesa la fabulosa novela gráfica La broma asesina, que tanto influyó en las versiones cinematográficas de los 2000 de su conflicto con El Guasón. ¿Qué tan sano está Batman? ¿Qué tan enfermo el Guasón? ¿Qué los diferencia? Bueno, esas son preguntas nerds para otro momento. Volvamos al trabajo.
Las otras dos hipótesis del equipo sí se confirmaron: no encontraron diferencias entre ambas empresas y tampoco variaciones entre la relación entre alto puntaje y género de los personajes, fueran tanto héroes como villanos. Sobre lo primero dicen que “el esfuerzo por crear superproducciones de gran éxito ha llevado a complacer a los espectadores” y que “las narrativas del bien contra el mal que son centrales en el Universo Cinematográfico Marvel y el Universo Expandido de DC pueden reforzar la homogeneidad en las experiencias de los personajes de las películas”.
¿Qué héroes y villanos tuvieron más experiencias adversas en la infancia?
En el artículo no se detallan los puntajes obtenidos por héroes y villanos en el cuestionario, pero como uno está interesado en el asunto, se baja también los materiales suplementarios con las planillas de puntuación. Más allá de que el material es bastante vago (no figuran las razones del puntaje de cada evaluado, sino sólo el total que le asignó cada veedor), podemos ver que entre los que superaron los 4 puntos hay tanto villanos como héroes, Señalamos esto porque 4 es el puntaje a partir del cual se han reportado asociaciones “con peores resultados de salud en la edad adulta”, más allá de que, reiteramos, esto debe verse como un factor de riesgo a nivel de población y no como una predicción de lo que le pasará a una persona en particular.
Entre los villanos, los que estuvieron por encima de 4 fueron el Guasón (con 6 puntos, pese a que la película en la que vieron eso cuenta cosas contradictorias de su infancia), Whiplash (5 puntos), Killmonger (5 puntos) y Hela (5 puntos). De esos cuatro personajes, tres son de Marvel. El promedio de los 14 villanos sometidos al cuestionario fue de 3,5, dándose el llamativo caso de Loki, que de todos los evaluados, tanto malvados como héroes, fue el único que obtuvo un puntaje de 0.
En el caso de los héroes, quienes estuvieron por encima de 4 fueron Viuda Negra (con 8 puntos es el personaje evaluado con puntuación más alta), seguida de Hulk (6 puntos) y Gatúbela (5 puntos). Cabe reseñar que estos tres personajes no son héroes a tiempo completo, ya que a lo largo de sus carreras ficcionales han estado a ambos lados de la ley. El promedio de puntuación de los 14 héroes no estuvo lejos del de los villanos: fue de 3,21, obteniendo los héroes más populares de ambas compañías puntajes por debajo del promedio (Batman y Spiderman marcaron 2 puntos, mientras que Superman y la Mujer Maravilla sólo 1).
Así las cosas, al ver los puntajes queda claro que hay villanos con puntajes más bajos que algunos superhéroes. Por ejemplo, Namor, villano en Pantera Negra: Wakanda para siempre obtuvo un puntaje de 1 (al igual que los héroes Superman o Shuri), mientras que héroes como Aquaman o Shazam obtuvieron 4 y 3 puntos, respectivamente. Así las cosas, en los universos cinematográficos de Marvel y DC, las experiencias adversas en la infancia no terminan incidiendo en qué personajes se dedicarán a hacer el mal y cuáles el bien. Eso sí, casi todos, héroes y villanos, hubieran crecido mejor si hubieran accedido a apoyo para atravesar sus problemas (en el estudio no se dice qué personajes recibieron apoyo y cuáles no).
Un mensaje optimista
Los autores finalizan el trabajo haciendo énfasis en algunas cosas positivas de lo que hallaron. “Niños que presentan puntuaciones en Experiencias Adversas en la Infancia altas pueden inspirarse en ejemplos que demuestran que nadie está condenado a convertirse en un villano”, sostienen.
Más adelante, en la conclusión señalan que “los resultados de este estudio no muestran una correlación estadísticamente significativa entre las puntuaciones de las Experiencias Adversas en la Infancia y la villanía o el heroísmo” en los universos cinematográficos de Marvel y DC, “por lo tanto, las Experiencias Adversas en la Infancia pueden no tener un impacto notable en si alguien se convierte en villano o héroe”. Por ahí venimos bien, pero de repente parecen confundir los alcances de su trabajo.
“Nuestros hallazgos refuerzan el argumento de que los cuestionarios de Experiencias Adversas en la Infancia no predicen eventos adversos, sino que actúan como una herramienta de detección para destacar los riesgos potenciales y las áreas de apoyo”, sostienen para finalizar el artículo. Está bien, estamos de acuerdo con el mensaje, pero eso no es lo que se desprende de su trabajo, sino de otros estudios que ven la relación entre las puntuaciones de los cuestionarios y diversos resultados en las trayectorias de las personas. Aquí analizaron cómo relatos de ficción incorporan algunos problemas en la infancia para ver si con ello justificaban que una persona fuera un villano o un superhéroe. Sus resultados no refuerzan ningún argumento sobre los cuestionarios de Experiencias Adversas en la Infancia. A lo sumo, muestran que Marvel y DC, en la pantalla, coinciden con lo que muestran varios trabajos: los problemas en la infancia no sellan el destino de quienes los tienen.
Aun así, esta confusión se les perdona, porque el equipo parece haberse divertido con el trabajo. En el apartado de las “limitaciones”, ponen que “ni superhéroes ni villanos participaron en esta investigación”. “Si alguien pudiera ponernos en contacto con ellos, estaremos encantados de realizar un estudio de seguimiento para superar esta limitación”, dicen a continuación.
“Las películas de superhéroes han recaudado miles de millones de dólares, por lo que claramente han tenido eco entre el público de todo el mundo. Si podemos usar esa popularidad como una puerta para hablar sobre cómo apoyar a los niños, mucho mejor”, dijo Jennifer Jackson, una de las autoras, en el comunicado de divulgación del artículo. Al terminar de leer el trabajo, entonces, uno se entretuvo, aprendió alguna cosa y reflexionó sobre otras. Al contárselas, uno cree que está haciendo el bien (y siente, por tanto, que también logró superar algunas experiencias adversas).
Artículo: Are adverse childhood experiences scores associated with heroism or villainy? A quantitative observational study of Marvel and DC Cinematic Universe characters
Publicación: PLoS ONE (2025)
Autores: Julia Wigmore, Bilal Ahmed, Gabriel Joaquino, Elke Jaibeeh, Zahra Upal, Teressa Boring, Marika Lee, Eron Muel, Samantha Perry, Sandra Davidson, Carla Ginn, Carla Ferreira, Twyla Ens y Jennifer Jackson.