En un plenario extraordinario desarrollado el jueves 5, la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) rechazó la decisión de la cooperativa Calcar de enviar 54 trabajadores de la planta industrial de Carmelo al seguro de paro.
A fines de diciembre “la empresa canceló instancias bipartitas diciendo que no tenía resolución de envío al seguro de paro” pero el 4 de enero “se despacha con el anuncio de los seguros” para la mayoría de los integrantes de la plantilla operativa de la planta de Carmelo, cuestionó esa federación a través de un comunicado de prensa.
Además, la FTIL reclamó “una salida negociada y en acuerdo con el sindicato de Altrac [Asociación Laboral de Trabajadores de Calcar] y FTIL”, y anunció que en caso “de no ser así” e “instalarse de forma unilateral los seguros” de desempleo, serán decretadas “medidas de paro y lucha a nivel nacional en toda la industria”. Entre otras medidas de fuerza, los sindicatos lácteos pondrán en marcha “nuestra resolución histórica” de no recibir leche remitida por Calcar “en ninguna de las plantas industriales donde está presente la FTIL”.
El lunes 9, la FTIL realizará un plenario en Carmelo. Tras su finalización, los trabajadores lácteos realizarán una movilización por las calles de esa localidad coloniense.
¿Por qué entró en crisis Calcar?
Trabajadores de Calcar temen que el envío al seguro de paro de 54 trabajadores de la planta industrial ubicada en Carmelo -una medida que en los hechos paralizará la actividad de la planta-, sea la antesala del cierre definitivo de esa unidad productiva. Idéntica preocupación manifiestan actores políticos locales, aunque, en algunos casos, difieren a la hora de encontrar las razones que explican el difícil momento que atraviesa esa empresa.
El diputado del Partido Nacional por el departamento de Colonia, Mario Colman, dijo a la diaria que la crisis de Calcar se debe a decisiones “que fueron tomadas” durante los gobiernos del Frente Amplio (FA) [2005-2020], en los cuales hubo acuerdos de venta de productos lácteos a Venezuela. Para el diputado nacionalista, en ese período la directiva de Calcar tomó decisiones “erróneas”, como invertir “cerca de 14 millones de dólares en la compra de un horno para secado de leche que nunca fue instalado”.
Aparte de los problemas financieros generados por el endeudamiento destinado al desarrollo de infraestructura, que terminó siendo fallida, Calcar “tuvo problemas para cobrar los negocios realizados con Venezuela”, “sufrió la pérdida de productores remitentes” y “tuvo mucha mala suerte con la caída de los negocios con Rusia, que era su principal cliente”, tras el inicio de la guerra con Ucrania, enumeró el diputado blanco.
En el presente, Calcar está “sobredimensionada en su cantidad de personal” en función de la producción actual, los trabajadores “ya han hecho renuncias y quita de sueldos” para mantener la empresa abierta, al igual que la actual comisión directiva, pero “se sigue arrastrando un pasivo importante”, agregó.
El diputado nacionalista comentó que Calcar “pudo haber cerrado hace dos años”, y que eso no aconteció porque hubo un “acuerdo de quitas de deudas liderado por Banco República con otros bancos, que permitió una reducción del 70%”; “el único que no firmó ese acuerdo fue el Bandes, que pertenece a capitales venezolanos”.
Además de encontrar dificultades para colocar la producción en el mercado externo, “al igual que ocurre con otras empresas del interior del país”, Calcar tiene problemas para comercializar en las grandes superficies del área metropolitana, “porque una empresa casi hegemónica, como Conaprole, hizo un acuerdo de exclusividad con las cadenas de supermercados”, comentó Colman. Y agregó que Conaprole, con ese tipo de acuerdos, “hace un abuso de su posición dominante”, lo cual perjudica a empresas de menor porte y “no le hace bien al desarrollo de una estrategia alimentaria a nivel país”.
Actualmente, “los números no le están dando a la empresa, y la decisión de cierre parcial de la planta de Carmelo se tomó para no arrastrar a otros sectores, como la planta que tiene en Tarariras”, opinó.
No obstante, el diputado valoró que la cooperativa láctea carmelitana “es una empresa que tiene prestigio, un reconocimiento en plaza gracias a sus productos, y eso también es un capital”, de cara a “una reestructura de la misma, que podría darse con la aplicación del Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas”.
En tanto, según el diputado del Frente Amplio (FA) por Colonia, Nicolás Viera, la situación de Calcar “viene de larga data” y responde “a varias cosas”, como la dificultad para “la localización de productos en el mercado internacional” y “a la falta de leche” debido a la pérdida de productores remitentes “que viene sufriendo desde hace tiempo”.
La decisión de enviar trabajadores al seguro de paro por parte de la empresa radica “en la dificultad de tener que pagar una cantidad de sueldos que no está en condiciones de afrontar”, dijo el legislador. Y apuntó a la búsqueda de soluciones en un futuro plan de desarrollo de la empresa con recursos del Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas aprobado la pasada semana en la Cámara de Diputados. “El foco debe estar puesto en que no se pierdan puestos de trabajo y que no se pierdan más productores remitentes”, indicó el diputado frenteamplista.