Desde fines de 2022, la cooperativa láctea Calcar, que cuenta con plantas industriales en Carmelo y Tarariras, atraviesa un momento complejo, debido a la baja de exportaciones y a una pérdida progresiva de productores remitentes, lo que afecta la capacidad de elaboración de diversos productos.

Durante las diferentes negociaciones mantenidas entre directivos de la empresa, representantes de la Asociación Laboral de Trabajadores de Calcar (Altrac), la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), se estableció que la empresa presentara un proyecto al Fondo de Reconversión Lechero, instrumentado por el gobierno nacional, conformado por 12 millones de dólares, con el objetivo de aportar recursos económicos a empresas que atraviesan dificultades financieras, como Calcar y Claldy.

En efecto, el viernes 9 de junio, representantes de Calcar se reunieron en Tarariras con dirigentes de Altrac. Allí, la dirección de la empresa explicó a los trabajadores las características principales del proyecto, que prevé la clausura de la producción de quesos que funciona en Carmelo y mantener abierta la planta frigorífica de almacenaje que funciona en ese lugar. Esa medida implicaría el despido de decenas de trabajadores que durante años estuvieron dedicados a la producción de quesos, ya que Calcar prevé continuar con el régimen “a façon”, es decir, con compras de esos productos en otras industrias lácteas instaladas en el departamento de Colonia.

En tanto, el proyecto de reconversión no pretende cambios para la planta industrial que funciona en Tarariras, que está dedicada al abastecimiento de leche y de otros derivados para el mercado interno. Los directivos de Calcar también apuntan a aplicar un plan de reducciones salariales, que rondarían entre 25% y 40% para quienes permanezcan en la empresa.

Vistas las cartas, la asamblea de trabajadores de Calcar realizada al día siguiente de la presentación del proyecto por parte de la empresa, “rechazó de plano la decisión de la cooperativa” de despedir a 90 trabajadores y de clausurar las actividades productivas de la planta de Carmelo “sin mediar alternativas tendientes a encontrar caminos en una salida negociada para discutir opciones que permitan sostener la mayor cantidad de puestos de trabajo”.

Desde la presentación del proyecto de la empresa a los trabajadores, Altrac “ha venido analizando nuevos caminos y buscando alternativas para mover nuevamente la planta de Carmelo”, dijo a la diaria el dirigente de Altrac, Luis Guigou.

Guigou comentó que los trabajadores “pusimos arriba de la mesa nuestra posición totalmente en contra” del proyecto presentado por la empresa y “pretendemos que los caminos que se tomen no sean un golpe directo hacia los trabajadores”, sino que las alternativas “sean tomadas en conjunto”. En esa línea, el sindicato manejó la posibilidad de proponer retiros voluntarios a trabajadores con causal jubilatoria o que pretendan cambiar de actividad laboral.

El dirigente confirmó que, “en búsqueda de esas alternativas”, mantuvieron reuniones “en conjunto” con integrantes del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT y del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), con el fin de “brindar apoyo a los trabajadores y que los acuerdos tengan el menor impacto posible”.

Acuerdos

La presentación del Proyecto de Fondo de Reconversión debía concretarse en junio, por lo cual “estuvimos trabajando intensamente durante todo el mes para poder lograr acuerdos que no repercutan tan negativamente en los trabajadores”, dijo Guigou. “Como trabajador no nos gusta estar en este lugar, negociando con la empresa por el trabajo de uno y de los compañeros”, reflexionó el dirigente gremial, y afirmó que “a fin del período sabemos que la reestructura no va a ser lo mejor para todos”, pero “debemos salvar lo que queda”, y ser conscientes de que la situación “es muy mala”.

Guigou confirmó que se firmó un acuerdo “en el que se mantiene un trabajo mínimo en la planta de Carmelo, con 17 compañeros que trabajarán en el sector de maduración y cámaras”. La producción de la planta de Tarariras, dedicada a abastecer el mercado interno, “no tendrá mayores consecuencias” con respecto a la reestructura que afrontará la empresa, “ni tampoco afectará a la plantilla de trabajo” de ese lugar, afirmó.

El dirigente de Altrac expresó que “no aceptamos los despidos al barrer como la empresa pretendía”, pero “entendemos que comenzaremos a transitar los caminos para la reducción de la cooperativa”, con “retiros voluntarios a trabajadores con causal jubilatoria o que pretendan cambiar de actividad laboral” y “la extensión del seguro de paro el mayor tiempo posible”, concluyó.