En la noche del lunes 12, el local anexo al salón de exposiciones que el rematador público, operador inmobiliario y dirigente del Partido Nacional (PN) Napoleón Gardiol posee en la avenida Baltasar Brum de Colonia del Sacramento estaba repleto de militantes de esa colectividad política que en la última elección interna apoyaron su precandidatura como intendente.
Allí también estaban el intendente Carlos Moreira, el candidato a jefe comunal, Guillermo Rodríguez, y el diputado Mario Colman. Además, había más de una decena de representantes de medios de prensa que fueron convocados para registrar el retorno de Gardiol a las huestes moreiristas.
En la primera fila, un hombre robaba las miradas de quienes ingresaban al recinto: el exintendente Walter Zimmer, quien en la última elección interna apoyó la precandidatura a intendente de Gardiol, y durante más de dos décadas se definió como un antagonista de Moreira.
Ahora, sellada la alianza entre Gardiol y el moreirismo, también se concretaba la reconciliación entre Moreira y Zimmer, cuando ambos bordean los 80 años de edad.
Encuentros y desencuentros
El primer rencuentro amistoso entre Zimmer y Moreira ocurrió el 30 de junio, en Nueva Helvecia, cuando ambos coincidieron en el circuito de votación en las elección internas.
La relación entre ambos es larguísima y ha estado llena de puntos de encuentro y de conflictos, en el marco de la disputa de liderazgos en el PN. Oriundos ambos de Nueva Helvecia y con una edad similar -Zimmer es un año mayor-, se conocen desde la época liceal, aunque el vínculo político entre ambos surgió a comienzos de la década de 1990, en la campaña que Moreira inició para ser electo intendente de Colonia por primera vez (1995-2000). “Yo hacía poco tiempo que me había desvinculado del Frente Amplio y ahí comencé a mantener contactos con Moreira”, recordó Zimmer, en diálogo con la diaria.
En paralelo al primer período de gobierno de Moreira, Zimmer consolidó su propia agrupación, y, según asegura, “fue clave para que Moreira lograra mantener el gobierno departamental, en la disputa contra el candidato colorado Jorge Sanguinetti, quien era favorito para todas las encuestas”.
La buena perfomance electoral permitió que la agrupación zimmerista lograra una buena representación en la Junta Departamental y que Moreira le cediera varias direcciones departamentales, entre ellas la de Acción Social, en la cual Zimmer asumió.
En ese período comenzaron los cortocircuitos entre ambos debido a la falta de apoyos de Zimmer y de sus ediles en la Junta Departamental a algunos proyectos de Moreira, que él creyó “inconvenientes, como la privatización del hipódromo” y la “creación de un nuevo sistema de cobro del alumbrado público, que no resultaba equitativo”, recordó Zimmer.
Las diferencias se ahondaron cuando comenzó el proceso de designación del candidato del moreirismo para las elecciones de 2005. “Yo creí que debía ser el candidato, mientras que Moreira y su entorno no estaban de acuerdo, por lo cual comenzaron a aumentar las diferencias”. “En determinado momento yo hice algunas declaraciones a la prensa que a Moreira no le gustaron y terminó echándome del cargo”, recordó.
El resto de la historia es más conocida. Zimmer logró una buena votación en la elección interna de 2004, se presentó a la contienda departamental celebrada al año siguiente y obtuvo un triunfo que reeditaría en la elección siguiente. “Moreira fue crítico de mi administración. Él decía que yo derrochaba dinero porque hacía obras importantes”. “Yo lideré el proceso de unificación de las patentes, lo cual permitió que crecieran considerablemente los recursos de la intendencia, algo [de lo] que él se ha visto muy beneficiado”, añadió.
Durante los últimos 15 años los cruces de declaraciones entre ambos fueron una constante, hasta que en 2022, en entrevista con la diaria, Zimmer comentó que “con Moreira ya no hay rencores de mi parte, a pesar de las zancadillas que me hizo”. El actual jefe comunal respondió en el mismo sentido, al ser consultado sobre esas declaraciones, y desde entonces ambos bajaron notoriamente la intensidad de un conflicto que parecería no conocer de reconciliaciones.
Por su parte, en diálogo con la diaria, Moreira expresó que el retorno de Gardiol al moreirismo trajo aparejado “un encuentro mágico” que implicó la recomposición del vínculo con Zimmer, “con quien tuvimos coincidencias y diferencias”, pero “ahora estamos en la misma senda”. “Entre Zimmer y yo estuvimos 30 años al frente de la Intendencia de Colonia, porque él estuvo dos períodos y yo estoy culminando el cuarto”, añadió.
“Me imagino trabajando junto a Walter” porque “el tiempo supera las diferencias”, expresó Moreira. “Nosotros dos nos conocemos desde hace muchos años, y siempre hay que mirar para adelante”.
En tanto, al ser consultado por la diaria, Zimmer expresó que el reencuentro con Moreira en la arena política responde “a la alianza que llevamos adelante para apoyar la candidatura a intendente de Guillermo Rodríguez y a la diputación de Mario Colman”.
El exjefe comunal coloniense expresó que “el apoyo a Rodríguez es la mejor alternativa, porque yo no estaba dispuesto a apoyar a María de Lima”, debido a las fuertes diferencias que mantiene con la actual directora de Cohesión Social de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), que formó parte de su sector político y a quien considera “una traidora”.
Para Zimmer, la alianza política con Moreira “no significa gran cosa a nivel nacional para el PN”, pero “sí es muy importante a nivel departamental y puede terminar moviendo la aguja en la elección del futuro diputado del PN y del próximo intendente de Colonia”.