La LUC incorpora herramientas innecesarias que, por añadidura, dan nuevas oportunidades a los malos policías que han hecho de la corruptela una opción de vida y negocios.
El espíritu refundacional y revanchista contra el Frente Amplio ha impedido incorporar lo bueno de la reforma policial y renovación de cuadros con Guarteche al frente.
La clave sigue siendo que la comunidad deje de ser receptáculo de órdenes y recomendaciones, de información a veces contradictoria, y empiece a ser protagonista de su propio destino.
La izquierda y el progresismo han quedado atrapados en políticas que, si bien han combatido el hambre y la desocupación, no han podido construir ciudadanía, una comunidad para poder ser efectivamente libres.
Se pueden construir centros coordinadores locales de emergencia con la convocatoria a todos los actores institucionales a nivel local que potencien las fuerzas de la comunidad que ya existen.
Las autoridades gubernamentales deberían leer y educar a la Policía con un simple texto: el discurso de despedida del comisario general Julio Guarteche.
Una estrategia consistente y multifactorial para enfrentar la crisis sanitaria, social y económica exige algo más que la metáfora del grifo o las perillas.