La LUC es revanchismo conservador que quiere borrar los avances progresistas no sólo del Frente Amplio, sino de todo el Uruguay batllista, liberal, estatista.
El aviso de suspender los partidos es una medida de cierta sensatez, aunque dudo de su eficacia dada la naturaleza que hoy tienen estos homicidios y el carácter de estas violencias.
La LUC incorpora herramientas innecesarias que, por añadidura, dan nuevas oportunidades a los malos policías que han hecho de la corruptela una opción de vida y negocios.
El espíritu refundacional y revanchista contra el Frente Amplio ha impedido incorporar lo bueno de la reforma policial y renovación de cuadros con Guarteche al frente.
La clave sigue siendo que la comunidad deje de ser receptáculo de órdenes y recomendaciones, de información a veces contradictoria, y empiece a ser protagonista de su propio destino.
La izquierda y el progresismo han quedado atrapados en políticas que, si bien han combatido el hambre y la desocupación, no han podido construir ciudadanía, una comunidad para poder ser efectivamente libres.
Se pueden construir centros coordinadores locales de emergencia con la convocatoria a todos los actores institucionales a nivel local que potencien las fuerzas de la comunidad que ya existen.
Las autoridades gubernamentales deberían leer y educar a la Policía con un simple texto: el discurso de despedida del comisario general Julio Guarteche.
Una estrategia consistente y multifactorial para enfrentar la crisis sanitaria, social y económica exige algo más que la metáfora del grifo o las perillas.