El Grupo de Trabajo Interinstitucional en Vigilancia de SARS-CoV-2 (GTI) está trabajando en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (MSP) para detectar las posibles variantes del coronavirus que puedan ingresar al país con el regreso de las personas que viajarán al exterior en las vacaciones de julio, según explicó a la diaria Gregorio Iraola, doctor en Ciencias Biológicas e integrante del grupo.

Iraola, que es responsable del Laboratorio de Genómica Microbiana del Institut Pasteur de Montevideo, explicó que algunas de las personas que regresen del exterior pueden no sólo contraer el SARS-CoV-2 en otros países, sino también “estar contagiadas con alguna de las variantes de preocupación que actualmente no están circulando en nuestro país”, como la variante Delta, originada en India. “Eso es una preocupación adicional, y en ese sentido ya estamos trabajando con el MSP para tener un plan implementado de detección de variantes en las personas que reingresen al país. Se va a trabajar directamente con los casos de personas que al reingresar se les haga una PCR y les dé positivo, pero no nos vamos a quedar solamente en esa información, sino que vamos a secuenciar esa muestra para determinar específicamente qué variante contrajo esa persona”, explicó.

De esta forma, “vamos a poder tener una vigilancia precisa de eventuales ingresos de nuevas variantes, como pueden ser Delta o la nueva variante de Manaos, que no es P1” o el reingreso de otras variantes que fueron detectadas anteriormente pero no se diseminaron en el país, como la variante británica o la andina. En este sentido, explicó que “la variante británica, que ya está siendo desplazada en Estados Unidos e Inglaterra por la variante Delta, fue detectada en un único caso en diciembre y después no se volvió a detectar. Pero también es posible que estas variantes se reintroduzcan en los países y debido a una gran cantidad de variables puedan terminar incrementando su frecuencia, como en su momento pasó con P1, que en un mes se transformó en la variante dominante” dentro de Uruguay.

Iraola destacó que el trabajo realizado en los últimos meses por el GTI “ha determinado que casi el 100% de los casos en Uruguay que hay ahora son casos de P1”.

El GTI está conformado por más de 20 investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, el Institut Pasteur, el Sanatorio Americano y el MSP. Comenzó a funcionar en marzo de este año por un plazo inicial de tres meses, pero ahora, gracias a una donación privada, extendió su funcionamiento hasta setiembre.

Variante Delta

El GTI se encuentra trabajando actualmente con entre 100 y 200 muestras semanales para realizar la vigilancia genómica de las variantes de preocupación que se encuentren en el país o que puedan ingresar. Estas muestras “se procesan en el Institut Pasteur, donde se hace una gran cantidad de PCR que es distinto al que se usa para el diagnóstico, es un PCR que permite tamizar algunas de las variantes de preocupación y tener una idea a priori de si se trata de una muestra que representa un riesgo mayor a las características genéticas de esa muestra”, explicó Iraola a la diaria.

Esto es lo que permitirá que, ni bien la variante Delta ingrese al país, algo que se espera que suceda en breve, debido a que ya tiene presencia en Brasil y Argentina, se le pueda dar un informe temprano al MSP para que pueda tomar las medidas que considere necesarias.

Según comentó Iraola, cuando se detecte la aparición de esta variante en Uruguay, “ni bien se confirma el resultado, hacemos un reporte por escrito y ese mismo día se envía al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y él se entera de primera mano. Después, escapa a nosotros el manejo de esa información”.

El integrante del GTI y el Institut Pasteur detalló que “aún no ha pasado tanto tiempo desde que la variante Delta fue introducida en América Latina” y que, en caso de que se convierta en la variante predominante, esto podría llegar a tardar semanas. Puso como ejemplo el caso de Reino Unido, donde “Delta ya superó 90% de los casos y desplazó a la variante británica”, pero ocurrió luego de “un proceso de varias semanas desde que se introdujo la variante hasta hoy. En los países sudamericanos, este efecto todavía no se está percibiendo”.

Algo parecido está ocurriendo actualmente en Estados Unidos. “Se publicó un estudio de modelado estadístico que indica que en tres o cuatro semanas esperan que la variante Delta se transforme en la variante dominante”, desplazando también a la variante británica. “Si bien ya se está diseminando, se espera que en un par de semanas se transforme en la dominante de acuerdo a la dinámica que está teniendo ahora”, comentó Iraola.

Por eso, la rápida detección de esta variante es clave para tratar de evitar su diseminación. “Si nosotros detectáramos mañana la variante Delta en Uruguay, tendríamos varias semanas por delante para tratar de que esa variante no se disemine de forma rápida o que se transforme en la dominante”, aseguró.

En este sentido, también planteó que “el escenario inmunitario con que va a encontrarse la variante Delta en Uruguay no es el mismo que se encontró la P1, porque en ese momento no había población vacunada y tenía el camino allanado para diseminarse en una población más susceptible. Hoy en día, si bien Delta puede causar una disminución en la eficacia de las vacunas, tiene una tarea complicada para diseminarse, porque tenemos un gran porcentaje de la población que está vacunado e inmunizado”.

De todos modos, recordó que esta variante puede afectar también a los vacunados y puso el ejemplo de Israel, donde luego de varias semanas sin superar los 100 casos diarios, ayer se confirmó un repunte y se anunciaron nuevas medidas de restricción. “Están viendo un aumento de casos que no esperaban ver y 90% de esos casos son causados por Delta, están asociando esta nueva ola incipiente a Delta. Dentro de esos casos causados por Delta, 40% son en personas vacunadas”, advirtió.