Es natural que se identifique a ciertas mezclas de especias con su número de ingredientes (suelen llevar de tres a siete). Hoy nos referimos a la conocida como “las cuatro hierbas de la felicidad”: lavanda, romero, salvia y tomillo. Es muy antigua, pero a la vez poco conocida por el común de los cocineros, ya que su historia es más esotérica que culinaria. La felicidad está relacionada con el aroma que desprende cada una de ellas por separado o de forma conjunta, y al sabor tan particular que aportan. Si bien se ha utilizado esta mezcla en infinidad de platos, fue tanto para sazonar como para tapar algún aroma desagradable de las carnes. Recordemos que las especias sirvieron para conservar alimentos o disimular sabores poco agradables.
Su aplicación actual en cocina puede ir desde carnes hasta verduras, para marinar, adobar, colocar en vinagretas, aplicar de forma directa, en salmuera o en panificación. Díganme si esta combinación no nos lleva directamente a unos papines asados o a un cordero.
Vegetales felices
Ingredientes | 1 berenjena. 2 papas. 2 boniatos criollos. 1 morrón rojo. 1 morrón verde. 2 zanahorias. 2 cebollas. Aceite de oliva a gusto. 2 cucharadas de hierbas de la felicidad. Ricota con sal o carne (optativo e inclusivo).
Procedimiento | Cortamos las papas y boniatos en gajos no muy gruesos y llevamos a horno caliente con un poco de aceite de oliva. Mientras, cortamos los morrones en trozos importantes, al igual que las cebollas y las berenjenas. Colocamos en un bol con aceite de oliva junto con nuestra mezcla de hierbas de la felicidad. Aderezamos las verduras restantes e incorporamos a las otras, que ya tenemos en el horno a media cocción. Dejamos unos minutos más hasta dorar y servimos. Podemos acompañar con ricota firme o carne asada. El aceite perfumado de la cocción es el mismo que usaremos para unas hojas verdes o berro fresco.
Esta combinación de verduras, verdes frescos, carne o queso es un plato maravilloso para un rico almuerzo de primavera. La felicidad está asegurada.