El teatro El Galpón sufrió “gravísimos destrozos” tras las intensas lluvias registradas en Montevideo durante los últimos días, según anunció la institución en un comunicado. Por ese motivo, suspenden “todas las actividades artísticas previstas, hasta que se pueda configurar un diagnóstico del estado de las instalaciones y a partir de allí proyectar el retorno a las actividades habituales”.

En conversación con la diaria, el director del teatro El Galpón, Héctor Guido, explicó por qué lo ocurrido superó todas las previsiones: “Edificios como el nuestro, con grandes superficies cuadradas que cubren los techos, tienen un sistema de previsión. Los desagües tienen unos grandes embudos que permiten contener el agua si hay una gran cantidad, y luego eso va por unas bajadas a las cámaras”.

“Lo que sucedió es que, por más que el ingeniero lo hiciera holgadamente para prever una gran lluvia, el agua sobrepasó la capacidad de desagüe que podían tener estas pluviales. Luego, cuando bajaba el agua, saturaba las cámaras y se encontraba con las propias de la intendencia, también saturadas, y el agua volvía para atrás”, agregó Guido.

Por su parte, Claudio Lachowicz, intendente de El Galpón, amplió que “en la tarde del sábado, el primer bombazo de agua” afectó “gravemente” las instalaciones. “Como había viento también, trajo mugre y trancó las pluviales y las cámaras. Entonces el agua comenzó a buscar salida por distintos lugares”, añadió.

“Con la segunda bomba de agua, en la madrugada del lunes, ya reventó todo. Cayó parte del cielorraso de la Atahualpa, se taparon del todo las cámaras, se inundó el hall... Fue caótico y todo muy rápido”. El agua, que bajó tres pisos, afectó también oficinas, salas de ensayo y la sala de exposiciones. “Por suerte no se afectó la exposición, pero sí las paredes de yeso”. Por eso se decidió “con criterio” suspender toda la actividad artística “hasta poder hacer un relevamiento, ver los daños, empezar a hacer un plan de reconstrucción y ver qué pasa con la parte eléctrica”.

Guido agregó que “el edificio quedó muy afectado”. “Hay cielorrasos de yeso que al recibir el peso del agua desbordada de los canalones se terminaron desprendiendo. La sala principal, por suerte, fue la menos afectada, pero la sala Atahualpa quedó bastante afectada”, sostuvo.

El teatro está “construido básicamente en madera y materiales livianos como el yeso, hasta por temas acústicos. Esto se destroza fácilmente con el agua. A los teatros también se los considera inflamables y peligrosos por los materiales que contienen. Mucha madera, telas... y una enormidad de arterias eléctricas que cruzan todo el edificio y todas las salas. Cada lámpara y cada foco que se prende en el escenario tiene una línea que lo lleva a una consola”, agregó el director. Después de una limpieza interna llevada a cabo por los trabajadores de la institución, se encuentran en la etapa de esperar a que termine de drenar y “a medida que se vaya secando ir encendiendo y probando cómo están los circuitos eléctricos, para ver qué es lo que se puede habilitar”.

“Así que nos queda por delante una gran recuperación, más allá de que no estamos hablando de daños estructurales. Pero sí es muy lamentable”. Esto no podría haber ocurrido en un peor momento. “Estábamos padeciendo, como está padeciendo todo el sector, una enorme crisis económica. Y para lo que menos estamos preparados es para tener gastos extras producidos por estas desgracias”, lamentó.

Por el momento se están organizando en “brigadas” de trabajadores. “Quizás tengamos que solicitar ayuda cuando sepamos exactamente qué tipo de materiales precisamos. Hay cosas que no las podemos hacer a voluntariado; tienen que ser empresas. Son técnicos que hay que contratar y pagar, y ese dinero no lo tenemos. Es muy probable que solicitemos algún tipo de ayuda en ámbitos de emergencia públicos, ojalá que nos alcancen nuestras propias fuerzas. Porque somos conscientes de que esto ha afectado a sectores que son más vulnerables que nosotros. Ojalá podamos aguantar un poco y solucionar por nuestros propios medios”, concluyó.