La dupla niños y fútbol es potente tanto por el juego cotidiano en el jardín, el patio de la escuela, la placita, como por la identificación, más o menos temprana, con un equipo, la selección o incluso con jugadores referentes. Como tema se ha instalado con fuerza en la literatura infantil y juvenil ya desde clásicos como Pateando lunas, de Roy Berocay, que hace 30 años, además de llevar la épica del partido de fútbol y lo que lo rodea, incorporó tempranamente, cuando no era un asunto habitual, la posibilidad de que las niñas fueran protagonistas. Se sumarían luego, por mencionar sólo dos ejemplo, Federico Ivanier con Todo lo que aprendí de novias y fútbol y la obra de Daniel Baldi, que además de escritor fue futbolista y llevó esa experiencia personal intransferible a sus historias.

Más allá de la ficción, Topito Ediciones llevó a sus páginas –en ambos casos con ilustraciones de Federico Murro– las historias de dos de los íconos de la selección que logró el cuarto puesto en Sudáfrica 2010 bajo la dirección técnica del Maestro Tabárez: El álbum de Palito cuenta el recorrido de Álvaro Palito Pereira desde su infancia en Punta de Rieles hasta jugar en Milán, Italia, y desde que juntaba las figuritas del álbum de Italia 1990 a tener su propia figurita; más adelante, Quiero ser Suárez abordaba la vida de Luis a partir de la premisa ficcional de un cambio de identidad, por unos días, con un niño de nueve años que lo admiraba.

Este verano llegaron a la redacción algunas novedades en materia editorial que toman el fútbol como tema.

El Mariscal

Este libro, que rinde homenaje y aborda la vida de José Nasazzi, el capitán de la selección uruguaya en las conquistas olímpicas de 1924 y 1928 y del inaugural Mundial de 1930 en Uruguay, se enmarca en la colección de biografías de personalidades icónicas de nuestro país que Altea desarrolla desde que en 2019 presentó las vidas de José Artigas, José Pedro Varela y Juana de Ibarbourou. Me llamo José y así me hice futbolista es el duodécimo título y el primer futbolista en sumarse a esta lista de uruguayos ilustres que ha ido incorporando, en distintas entregas, a Pedro Figari, Paulina Luisi, China Zorrilla, Lágrima Ríos, Clemente Estable, Petrona Viera, Horacio Quiroga y Carlos Gardel.

Se inscribe, entonces, también en una estética, en una manera de contar y en un canon que se va construyendo con las distintas entregas y que da cuenta de las personalidades destacadas de distintos ámbitos de la vida cultural y política del país. El hecho de que se trate de una colección y de la regularidad en las entregas hace prever que se sigan sumando exponentes que contribuyan a conformar un panorama cada vez más amplio.

La vida de Nasazzi se cuenta desde la perspectiva del niño que fue, en una primera persona que se dirige directamente al lector, como si un abuelo repasara su vida al contársela al nieto, destacando tanto las hazañas como los detalles cotidianos y las convicciones del personaje. Así, de una forma dinámica y que se esfuerza en ubicarse cerca del lector, pasan por las páginas los primeros años de José, el fútbol amateur, su trabajo en una marmolería, los distintos cuadros en los que jugó y, por supuesto, las hazañas de 1924, 1928 y 1930, creación de la vuelta olímpica incluida (para el que quiera seguir en tema con los olímpicos, es recomendable la novela Facundo Curioso: el gran viaje celeste, en la que Walter Pernas relata aquella odisea).

La vida del personaje es propicia también para mostrar el Uruguay y la Montevideo de la época, en la que Peñarol no era un barrio sino un pueblo; los padres de Nasazzi eran inmigrantes, el padre italiano, la madre española; y las victorias deportivas se enmarcaban en una sociedad que construía sus mitos. La ilustración de Alicia Aguirre, a lápiz y con un trabajo del color destacado, se ubica en ese Uruguay de la modernidad en su apuesta por la geometría y un estilo despojado que plasma el movimiento.

DT cerebral

Marcelo Bielsa para chicas y chicos también está enmarcado en una colección que propone un canon, pero en este caso, el de la editorial argentina Chirimbote, se trata de un canon disruptivo, que busca inscribir figuras nuevas que no son esperables en una selección más tradicional: las colecciones Antiprincesas y Antihéroes, en las que aparecen Frida Kahlo, Juana Azurduy, Gilda, Clarice Lispector, Eduardo Galeano o el Che Guevara, por nombrar unos pocos ejemplos.

“La idea es un poco, por medio de personajes reales y de sus historias, tocar temáticas que nos parecía que en la mayoría de los cuentos para chicas y chicos no se estaban tomando. Nos interesaba contar la historia de Frida porque nos parecía interesante, y un poco de esa idea nació la colección. También se trataba de desarmar... Veíamos que la mayoría de los libros que podíamos encontrar en las librerías, de Disney y demás, seguían el mismo estereotipo, las mismas historias, el mismo relato. Había una sola mirada; la idea, entonces, era sumar otras, otros relatos acerca de lo femenino y de las masculinidades”, contaba el ilustrador Pitu Saá a la diaria en una entrevista en 2017.

En este caso, el antihéroe es el actual director técnico de la selección uruguaya, el rosarino Marcelo Bielsa –origen que comparte con los responsables de la editorial–. Si bien el libro fue publicado por primera vez en 2003 y, por lo tanto, no hace referencia alguna a esta circunstancia inimaginable en aquel entonces, permite conocer la trayectoria, personalidad, postura con respecto al fútbol y pasión del Loco, apodo que en la publicación se rescata resignificándolo en virtud.

La anécdota de cuando indicó a sus dirigidos del equipo inglés Leeds dejarse hacer un gol por una cuestión ética –ellos habían convertido mientras un jugador rival estaba en el suelo–, su niñez y familia, su corta carrera como futbolista y la hazaña de recorrer el extenso territorio de Argentina en un Fiat 147 en busca de jugadores para las inferiores de Newell’s Old Boys, su pasaje por la selección argentina y la chilena, sus amigos y lealtades se suceden en estas páginas entre datos variados que son presentados con iguales dosis de humor y cariño. No falta, por supuesto, el aspecto más ideológico, eso que, más allá de victorias o derrotas, Bielsa se propone transmitir.

Foto del artículo 'Tres libros de fútbol para niños'

Para bolsilludos

En Una vuelta al Parque también hay un asunto de obsesiones, sumado a la condición confesa de hinchas de Nacional de sus autores. En 2021 Horacio Cavallo y Sebastián Santana publicaban Una tarde de se(p)tiembre. Otra historia Nacional, con el que daban comienzo a lo que se proponía –o se podía vislumbrar– como algo mayor, que no se agotaba con ese título: nacía la colección Libros del Bolso, dedicada a narrar historias de ese cuadro de fútbol, convocados por un grupo de hinchas de la institución. En ese caso contaban la primera victoria de la selección uruguaya, obtenida el 13 de setiembre de 1903, con un equipo integrado exclusivamente por jugadores de Nacional, ficcionalizada en la experiencia –viaje en el tiempo mediante– de dos niños de la actualidad.

Esta segunda entrega aborda un hecho mucho más reciente: la llegada del ídolo de Nacional y de la selección uruguaya Luis Suárez para jugar en Nacional en 2022 mientras se preparaba para jugar el Mundial de Qatar, y, en ese marco, la victoria de los bolsos en el clásico –y se dan varias pistas sobre posibles hitos a abordar en próximas entregas: el gol de Waldemar Victorino que les dio la Copa Libertadores en 1980, la final de 1971 e incluso la infancia del golero Jorge Seré–. El anclaje histórico deviene, de la mano de la dupla Cavallo-Santana –dos autores de extensa y virtuosa trayectoria en la literatura infantil y juvenil uruguaya–, una conmovedora historia del reencuentro –una vez más, viaje en el tiempo mediante– de los dos hermanos, Lucas y Clara, con su abuelo Esteban, fallecido unos años antes, para ir a la cancha, al Parque Central, a ver jugar a Suárez.

Más allá de que, por las circunstancias de edición y la firme reivindicación de parcialidad, es un libro para hinchas de Nacional, es, sin lugar a dudas, para la colectividad deportiva a la que se dirige una excelente oportunidad de repasar una historia compartida y de acceder a un montón de información que se cuela en la historia y que da solidez al relato en cuanto narrativa identitaria.

Por otra parte, la anécdota –tanto la histórica como la ficcional–, contada en primera persona por Lucas, recorre una amplitud de emociones, se permite abordar con sutileza el duelo por la muerte de ese abuelo tan querido, pone el acento en una sensibilidad compartida y transmitida de generación en generación. Y, por supuesto, cumple con creces con homenajear debidamente a un excelente jugador al que hemos podido ver transitar el camino del héroe.

Foto del artículo 'Tres libros de fútbol para niños'

Me llamo José y así me hice futbolista, de Gabriel González Núñez y Alicia Aguirre. Altea, Penguin Random House Mondadori. Montevideo, 2024. 32 páginas. $ 480. Marcelo Bielsa para chicas y chicos, de Nadia Fink y Pitu Saá. Chirimbote, colección Antihéroes. Montevideo, 2023 (1ª ed. Buenos Aires, 2003). 24 páginas. $ 490. Una vuelta al Parque, de Horacio Cavallo y Sebastián Santana. Libros del Bolso, 2024. 48 páginas. $ 480.


Para familias paseanderas

Esta tarde, a las 16.30, el jardín del Castillo Idiarte Borda (Lezica 5912) estará abierto al público para una recorrida botánica guiada por la técnica en Jardinería Eloísa Figueredo, quien en una actividad que tendrá una duración aproximada de entre dos y tres horas, acompañará a los visitantes para conocer algunas de las plantas que allí crecen. Es una actividad sin costo y se invita a llevar cámara de fotos para registrar, además de exhortar a tener la precaución de ponerse repelente. “Cuando un jardín es abandonado cobra vida propia y el orden programado se convierte en aparente caos”, sostienen los organizadores. El del Idiarte Borda fue diseñado por jardineros anónimos y, al igual que el edificio, ha sido dejado a su suerte varias veces durante sus más de 100 años. Esta caminata permitirá descubrir algunas de las plantas que han construido su historia: “plantas que están allí desde los inicios del jardín y plantas recién llegadas, plantas que nacieron en el ambiente controlado de un vivero y plantas que los animales y el viento se encargan de sembrar por la ciudad. Especies de estas tierras y especies de lugares tan lejanos como los Himalayas”.