Medios argentinos difundieron los detalles de las declaraciones del caso que involucra a Sebastián Sosa, José Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio, los futbolistas de Vélez que están bajo proceso judicial, acusados de abuso sexual a una periodista.

La víctima manifestó que su vida “es un infierno y una cárcel desde hace tres semanas”, además de asegurar que tiene miedo de que los futbolistas se fuguen. “Tienen los medios económicos y las posibilidades también”, dijo, y consideró injusto el hecho de que “pasen lo que queda del juicio en una casa, en un country, con pileta, con un arco de fútbol, pasándola bien, cuando mi vida es un infierno desde hace tres semanas”.

“Yo no puedo ir a ningún lado sola. Me han filtrado la cara por chats de parte de ellos. Ese celular no es mío, los mensajes no salen de mi celular tampoco, me han filtrado el domicilio, el DNI, el nombre y todo. No puedo ir sola ni siquiera a comprar un libro al shopping por la mirada de la gente. Los comentarios que me han llegado han sido aberrantes. No solamente me han quitado la dignidad, la sexualidad, me han quitado la carrera, los sueños, la felicidad, la sonrisa y, sobre todo, las ganas de vivir, pero sigo viva y sigo más fuerte que nunca, y yo por eso voy a denunciar para que se haga justicia”, agregó.

Sobre los hechos, en la declaración que dio por zoom la semana pasada, la víctima confirmó que aceptó voluntariamente ir a un hotel con cuatro personas: “Yo di mi consentimiento para ir voluntariamente, pero todo lo que pasó después no estuvo consentido. Yo acepté ir espontáneamente; todo lo que sigue después no lo acepto”, explicó.

En ese sentido, la mujer recordó que en uno de los mensajes que le envió a Sosa escribió “textual que no se desubiquen”. “Yo en ningún momento digo ‘fiesta loca para todos’. Me quisieron desacreditar con la frase en el mensaje de que yo estas cosas las hago sola. Yo me refiero a que yo siempre, siempre que tengo un trato con un futbolista, sea para que me pasen el equipo, para que me pasen las formaciones, para que me cuenten las internas, para tomar algo, para tener una cita, para salir, para lo que sea, yo me manejé sola y en privacidad”, relató.

Además, aseguró que vio las imágenes de los jugadores luego de que ella dejó el hotel: “En la cámara de seguridad se los ve abrazados y riéndose, como una victoria, por lo que me habían hecho. ¿Qué, lastimarme y agarrarme en un estado totalmente de vulnerabilidad en contra de mi voluntad, es como un trofeo? Me encantaría entender bien qué sentían en ese momento, ¿qué habían ganado?”.

“El señor Sosa me seguía manipulando por chat con que había sido un buen momento, con que no me amargue, con que él me ve siempre bien y yo ahí empiezo a atar un poco los cabos y le digo: ‘Pero, pará. ¿Cómo podés haberme visto bien si vos estabas durmiendo, entonces qué, o me veías o dormías?’”, apuntó, y cerró: “¿Que yo pedí plata para volverme a mi casa? Yo no le pido plata a nadie, nunca en mi vida. Eso es totalmente una mentira. La imagen mía de desatar de mi bombacha el fajo de plata me genera repugnancia. Que me pagaron por lo que me han hecho o me querían callar por lo que me habían hecho: una de las dos cosas”, sostuvo.

Además, señaló que no hizo la denuncia de inmediato porque no tenía “la mente en frío”, y que recién “dimensionó” lo ocurrido cuando Sosa le escribió los mensajes posteriores.

Los acusados

El relato de Sosa indica que, cuando la periodista entró a la habitación, se encontró con los cuatro futbolistas y preparó unos tragos: “Yo estaba en otra onda, en otro ambiente. Era el que ponía la música, mientras tanto me hablaba con mi señora que estaba en un cumpleaños, entonces era un ida y vuelta de mensajes con ella. No estaba prestando atención a lo que ellos conversaban, aunque participaba en alguna que otra charla. Así estuvimos una hora y media”.

El uruguayo dijo ante la Justicia que en un momento la mujer pidió permiso para ducharse: “Ella me pide para bañarse, a lo que yo le digo que no había ningún problema, porque no veía nada extraño en esa situación”, agregó, y siguió: “Cuando sale, estaba en corpiño. En ningún momento la vi incómoda, es por eso que yo le digo por mensaje que siempre la vi bien”.

En ese sentido, relató que él “estaba con sueño y tenía ganas de dormir, me sentía con pocas energías, y al rato me dormí. Recuerdo despertarme después cuando escucho conversaciones, volteo a mirar y no había nadie. Seguí durmiendo hasta que ella vino y alumbró buscando su ropa”, agregó.

Sosa también incluyó en su declaración lo que pasó posteriormente al hecho, cuando la periodista se fue del hotel Hilton y mantuvieron una charla por Whatsapp. “Me quedé despierto y empecé una conversación con ella, me decía que le pregunte al paraguayo si había usado preservativo. Es más, me quedé preocupado hasta que le pregunté si había llegado bien a su casa, y luego puse la alarma para dormir porque teníamos dos horas nomás para hacerlo antes de salir”, alegó.

“Toda esta situación me descoloca porque yo no esperaba vivir esto, no me parece tener que estar viviendo esto sólo por hacerle una invitación a una persona a que venga a tomar algo, me parece que es demasiado lo que está viviendo uno sólo por invitar a alguien a tomar, por una simple invitación con un mensaje. Nunca intenté engañarla, nunca le dije que la llamaba para una entrevista, nunca intenté presionarla, están clarísimas las conversaciones en los chats”, aseguró.

Los demás acusados también relataron que ella llegó a la habitación con una botella de fernet y una gaseosa dentro de una mochila y que, al rato, fue a ducharse. El paraguayo Florentín contó que, cuando salió del baño, se sentó en una cama que estaba a su lado, y aseguró que la denunciante le pidió que le hiciera masajes porque tuvo “un día duro y estaba muy contracturada”.

Florentín señaló que mientras le estaba haciendo masajes, le dio un beso y aseguró que ella hizo lo mismo: “Se dio vuelta y nos empezamos a besar, a acariciar. Uno de los chicos apagó la tele y ahí nos quedamos a oscuras, sólo había música”. En este punto, relató que la mujer le pidió que use un preservativo y que, como él no tenía, ella fue a buscar a su mochila. “Ahí empezamos a tener relaciones”, afirmó el jugador.

Por su parte, Cufré contó que tras la cena con el plantel no se podía dormir y fue allí cuando Sosa le dijo que iba a invitar a una amiga. Al igual que su compañero, contó que la denunciante fue a bañarse y luego se pusieron a escuchar música. “La pasamos súper bien, hablamos de un montón de temas en un tiempo larguísimo”, dijo.

Cufré continuó con el mismo relato que sus compañeros: “Estaba en corpiño, el top no sé dónde estaba. Se va directamente a acostar a la cama de Osorio, y al lado estaba Florentín. En un momento, Florentín empieza a hacerle masajes a ella. Cuando la empieza a masajear, no se escucha nada, estaban lo más bien. Nosotros con Osorio jugando al Free Fire en el celular”.

El jugador dijo que en ese momento Florentín y la mujer empezaron a tener relaciones y enfatizó en que “nunca se escuchó un ‘no’, nunca se escuchó un ‘pará’, nunca se escuchó nada”. “Tengo dos hijas chiquititas y si hubiera escuchado algo hubiera intervenido”, agregó ante la fiscal.

Cufré declaró que cuando Florentín estaba en el baño la víctima lo “masturbó”.

De acuerdo a su versión de los hechos, Florentín le dijo que era hora de irse a dormir porque en un rato se tenían que levantar. “La chica pregunta: ‘¿Alguno tiene para dejarme efectivo que no tengo para el Uber?’. Ahí saco y le doy $7.000 u $8.000, más no porque no tenía más, y le dejo la plata en la mesita de luz”.

En tanto, Osorio brindó un relato similar y contó que, una vez que se fue Florentín, él se quedó a solas con la joven: “Yo la besé, ella me tocó, pero yo no estaba convencido de si quería hacer eso. No tenía ganas de tener relaciones sexuales con ella y la abracé. Estaba inhibido, había visto que había estado con dos compañeros. Para ese momento, seguimos hablando y suena la alarma. Se levanta y empieza a buscar sus cosas”.

Luego de escuchar estas declaraciones y la de la acusada, la Justicia decidió que Florentín, Cufré y Osorio permanezcan en prisión domiciliaria, en Tucumán, por lo menos por 90 días, con tobillera electrónica, una vez que abonen la fianza. Este lunes les negaron la libertad condicional, beneficio que sí tiene Sosa. No hay fecha oficial para el juicio oral.