El tema era “Claves para vincular con tus hijos en el mundo digital”, y los expositores eran dos psicólogos: Alejandro de Barbieri y Roberto Balaguer. “¿Tengo que tener Facebook como el resto de los padres?; ¿existe una dosis diaria de pantallas adecuada a la edad?”. Esas fueron algunas de las preguntas que surgieron entre los asistentes a la charla organizada por la Fundación Telefónica el jueves 26 de julio de noche.

De Barbieri enfatizó sobre el concepto “volver a ser padres”. “Muchos padres dicen ‘estoy cansado, entonces le pongo Peppa Pig’. Educar es cansarse amorosamente”, advirtió al arranque de la charla. Para poder hacer esto, aseguró, es necesario “cuidarnos mucho como adultos, nuestra salud, los vínculos, dormir bien, porque si no estoy sano emocionalmente, cualquier berrinche del niño me parece un escándalo y termino reaccionando mal. El berrinche lo hace el nene, el adulto respira”, sugirió. “Volver a ser padres”, reiteró, para marcar límites: “autoridad no es autoritarismo, es ‘con todo el amor del mundo, te dije que no, que era una hora de Youtube y ahora vamos a conversar’”.

En la misma línea, el psicólogo pidió “no sacarnos de encima a nuestros hijos, que nos precisan mucho” y, en ese sentido, tomar conciencia del rol que toman las pantallas (la televisión, la computadora, la tablet, el celular): “Si la pantalla funciona como un shut-up toy (“juguete para que se calle”) por cinco minutos, perfecto, pero si pasan diez, veinte o treinta, podemos estar no favoreciendo la empatía”, señaló De Barbieri, que apuntó que la etapa que va entre los dos y los cinco años es importante para los niños en el aprendizaje de la regulación emocional, y los padres “deben enseñar a los niños a poner en palabras sus emociones”.

Balaguer cambió el foco de atención. Mencionó que si bien hasta hace algunos años los adultos se quejaban del tiempo que los chiquilines pasaban con el celular, “cada vez recibimos más quejas de los chiquilines, que iban a mostrarles algo a sus padres y ellos estaban mirando su propia pantalla”. Señaló que internet está supliendo en muchos casos “el espacio del encuentro, la oralidad, la transmisión de la historia, la experiencia”, porque cada vez más los jóvenes acuden a Google –y los más jóvenes aun a Youtube– para resolver problemas o inquietudes. “Tenemos una generación más que de nativos digitales, de náufragos digitales; han aprendido a navegar en internet solos, porque ni los docentes ni los padres les hemos dado herramientas”, apuntó.

Aseguró que “menos de la mitad de los padres saben más o menos lo que hacen sus hijos en el mundo digital; el resto no tiene idea, no pregunta y mucho menos hace un tema de eso”. Sugirió que “no hay por qué saber todo, pero sí se puede hablar de lo que hacen en ese mundo”. “Con lo móvil la posibilidad de control se nos fue al demonio; lo que nos queda es algo en el medio, un monitoreo, y poder hablar, dialogar. ‘¿Te ha pasado que alguna vez alguno hiciera un acercamiento sospechoso?’ Hagan esa pregunta. Buena parte de los chiquilines te van a decir que sí, que lo han manejado solos y nosotros ni nos enteramos”, señaló. En ese sentido, De Barbieri apuntó que es importante “generar espacios de encuentro con los adolescentes: sin invadir, preguntar ‘¿En qué estás?, ¿y vos qué opinás?’. Nuestra palabra tiene un poder importantísimo”.