A mediados de setiembre Pablo Cayota había pedido licencia extraordinaria de su cargo como integrante de la Comisión Directiva del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) y el viernes presentó su renuncia a la institución. “Los hechos que siguieron sucediendo me confirman esa primera reacción que había tenido: la mayoría de la directiva entró en un camino de tomar decisiones que, en mi opinión, debilitan la autonomía y la independencia técnica del Ineed”, afirmó a la diaria. Según informó este lunes No toquen nada, en pocos días se confirmaría también la renuncia de la actual directora ejecutiva del instituto, Giselle Tur Porres, designada este año tras un concurso internacional, tras la renuncia del anterior director ejecutivo, Mariano Palamidessi.

Cayota aseguró que su renuncia se da tras “una serie de hechos”, que comenzaron en 2018, “cuando se empezó a desplazar al director ejecutivo [en aquel entonces Palamidessi] de las sesiones de la comisión directiva, y progresivamente se fue descalificando su lugar”. Otra discrepancia fuerte que tuvo Cayota con el resto de la directiva fue “cómo se manejó el Informe del estado de la educación en Uruguay 2017-2018”, en referencia a que después del acto de presentación “no se hizo más nada: se rechazó que se publicara en el boletín de agosto, no se discutieron ni se aprobaron dos informes del área técnica que respondían al documento crítico que elaboró el Codicen [Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública] respecto de ese informe y la directiva rechazó una moción mía de responder a las críticas”, dijo, y añadió que con este informe, que el Ineed debe presentar obligatoriamente cada dos años, no se elaboraron materiales de difusión como en informes anteriores: pequeños videos o publicaciones diversas. “Se puede hacer críticas o mejorar cuestiones del informe, eso siempre es posible, pero otra cosa es cuando la crítica es descalificadora y contiene errores gruesos y el Ineed no responde”, lamentó Cayota, que representaba a las instituciones de educación privada en el organismo.

El último episodio de choque con la mayoría de la directiva tuvo que ver con la aprobación del informe Aristas en educación media. Aristas es un sistema de evaluación de aprendizajes que se aplica en tercero y sexto año de primaria y en tercer año de educación media, cada tres años. Desde agosto la directiva tiene en el orden del día la aprobación del informe elaborado por el área técnica, pero la discusión no avanzó y se vencieron los plazos previstos por el instituto para su presentación, primero en octubre y luego en noviembre. De hecho, a mediados de noviembre la directiva aprobó un pedido de prórroga para la presentación del informe, y solicitó hacerlo antes de febrero de 2020.

“Nunca ningún informe del Ineed implicó que la directiva se metiera tanto, cambiando puntos y comas, órdenes, lo que terminó generando una distorsión en el funcionamiento institucional, divisiones en el equipo técnico y finalmente se cumplieron los peores pronósticos” y, según Cayota, hubo “falta de voluntad política de aprobarlo en el marco de la campaña electoral”. “Con el informe Aristas en primaria se trabajó muy bien. Con el de media, si bien los resultados globales se presentaron en el Informe sobre el estado de la educación, se iba a publicar información adicional sobre las modalidades de enseñanza media en Uruguay: liceos públicos, privados, formación profesional básica de UTU, ciclo básico técnico de UTU, rurales y privados de gestión gratuita”, mencionó, lo que consideró “un aporte muy importante a los efectos de pensar políticas educativas”.

De fondo, según Cayota, el Ineed tiene “un problema de diseño institucional”, ya que su directiva está integrada por dos representantes del Ministerio de Educación y Cultura, dos de la ANEP, uno de la Universidad de la República y otro de la educación privada, aquellos organismos que el instituto debe evaluar. “Cuando la directiva se dedicó a aprobar el presupuesto, el plan estratégico y algunos criterios para la elaboración de los informes, y la dirección ejecutiva –un cargo de alto nivel técnico, definido por concurso– fue la que gestionó verdaderamente la institución, y hubo equilibrio, ahí el instituto logró funcionar. Sin embargo, la historia de estos últimos años ha sido que en algún momento se rompe el equilibrio entre la lógica política y la técnica: ahí entramos en un proceso de deterioro y riesgo de la autonomía”, opinó. Si bien afirmó que todos los informes del Ineed publicados están “atados a la evidencia”, el trabajo siempre fue “en base a una tensión muy grande. La prueba está: desde 2012 vamos tres directores ejecutivos que saltan en el marco de esa tensión entre el manejo político y el técnico”. Cayota, que es docente de historia, trabajó en la educación pública, en el Codicen y actualmente es el director general del colegio y liceo Santa Elena, aseguró sobre el el Ineed: “[es] una institución esencial, valiosísima, que hay que fortalecer hacia el futuro”.