“Buscamos generar un espacio de miradas que reflexionen sobre cuáles son hoy los formatos y los espacios institucionales en los que se desarrolla la educación virtual”. Así resumió el objetivo del Observatorio de Educación Virtual (OEV) su responsable, Rosita Ángelo, directora nacional de Educación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). En diálogo con la diaria, Ángelo explicó que este grupo de especialistas de distintas instituciones educativas está trabajando desde 2013, pero este año definieron la creación del OEV para ampliar los organismos que participan a todos aquellos que utilizan alguna de estas modalidades: “Los espacios de formación virtual no están reservados solamente a los espacios formales, hoy hay una cantidad de espacios vinculados a la formación virtual dentro las instituciones que tienen la necesidad de la formación continua de sus funcionarios”.

El OEV busca generar acuerdos entorno a qué se entiende por educación virtual. Según explicó Ángelo, “uno de los temas que seguían apareciendo en la discusión en la academia era que había características muy diversas. Esta serie de intercambios permiten construir consensos y unificar denominaciones”, y agregó: “Era imprescindible generar un lugar de entrada respecto de cuáles son esas propuestas y qué características tienen, así como trabajar en la reglamentación que tienen las instituciones respecto de los cursos virtuales”.

Actualmente funciona una mesa de trabajo del OEV con referentes técnicos y académicos que fueron designados por las diversas instituciones que participan. El 16 de agosto se hizo la primera reunión del OEV abierta, y están planeadas más instancias como esta en lo que resta del año. El objetivo de la mesa es “proporcionar informaciones confiables sobre el uso educativo de las TIC [tecnologías de la información y la comunicación]” y con ellas desarrollar estudios y sistematizaciones que deriven en nuevo conocimiento y una mirada integral de la educación virtual. Son parte del OEV el MEC, el Ministerio de Salud Pública, la Administración Nacional de Educación Pública, las universidades de la República, Tecnológica, ORT, Católica, de Montevideo, CLAEH, de la Empresa, junto con Plan Ceibal, el Consejo de Educación Técnico Profesional, el Instituto Universitario ACJ, FLACSO Uruguay y Fundación Telefónica.

En cuanto al rol de la educación virtual en Uruguay, la jerarca comentó que “en los últimos años se han formado espacios que han integrado efectivamente un proceso virtual complejo, que va mucho más allá de colgar un PDF en una plataforma. Hay una reflexión que apunta a pensar la educación virtual no como un lugar remedial sino como una propuesta educativa con sus características particulares, que implican ciertos movimientos pedagógicos en las instituciones”. Además resaltó que hay muchos casos de buenas prácticas, y mencionó al Consejo de Formación en Educación, que propone “de manera bastante fuerte una oferta a miles de estudiantes de formación semipresencial, y tanto docentes como estudiantes destacan las fortalezas de este proceso”.

Ventajas y desafíos

Ángelo recalcó que hay acuerdos y lineamientos políticos que vienen del período anterior y que apuntan a generar acciones que le den continuidad a los espacios interinstitucionales que trabajan determinadas áreas, como la educación virtual, desde un enfoque interdisciplinario. “Una de las ventajas que tiene el observatorio es la idea de la interinstitucionalidad apostando a una mirada enriquecida sobre un tema que está en la agenda”, opinó.

Otra de las ventajas que señaló la directora de Educación es que Uruguay tiene una “buena infraestructura” para la educación virtual: “Somos uno de los pocos países en América Latina que tienen esta velocidad de conexión y el acceso; podríamos decir que tenemos ambientes enriquecidos de tecnología. El acceso a un dispositivo y la conexión a internet son elementos que en la población en general tienen un uso bastante alto”. Por otra parte, destacó el nivel de formación de los profesionales uruguayos: “Hay un proceso de más de una década de reflexión sobre cuál es el rol de la educación virtual, tenemos un número bien importante de docentes con prácticas de aula pero también de investigadores y grupos de trabajo sobre el tema. Hay una capacidad de cuerpo crítico para mirar los procesos que no es menor”.

Uno de los desafíos que tendrá por delante el OEV es el relevamiento en el sector no formal. Ángelo aclaró que desde el MEC están trabajando en un mapeo de los espacios de educación no formal en convenio con la Universidad de la República. Más allá de este futuro insumo, el OEV comenzó “un proceso paralelo que intenta mirar cuáles son las ofertas de educación virtual en la educación no formal y qué características tienen, ya que es un ámbito que aparece mucho más vinculado a la articulación entre educación y trabajo”.

Otro de los retos para el observatorio es lograr la sistematización de todas las prácticas que puedan relevar, no sólo por la cantidad sino también por lo diversas que pueden ser. El objetivo está puesto en lograr definiciones para poder luego “brindárselas a todas las instituciones para que puedan tomar decisiones, ya sea desde la gestión particular o desde las políticas educativas”. Finalmente apuntó que crear y estudiar prácticas no es una tarea sencilla: “Hay que ser muy cuidadosos, porque es muy distinto pensar la educación virtual para clases de primaria, los distintos niveles de educación media, el nivel terciario o la educación no formal”.