Este lunes se entregaron 43.035 bandejas de almuerzos en 727 escuelas urbanas, según informó el integrante del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) Héctor Florit, y no hay mucho margen para aumentar esa cantidad, a pesar de que crecen los pedidos de las familias. Según destacó a la diaria el consejero del CEIP Pablo Caggiani, “no es solamente decirles que sí a los que están en lista de espera; hay que ver la logística y la cantidad de porciones que efectivamente funciona sin alterar la calidad del servicio; es parte de lo que se está ajustando ahora, pero estimamos que estamos cerca del límite de lo posible”.

El Programa de Alimentación Escolar del CEIP estudia la viabilidad del aumento de bandejas. Según explicó Caggiani, “se está evaluando presupuesto y capacidad de las empresas y distribuidores de acceder al aumento de viandas sin afectar la calidad del servicio, y esto incluye el tiempo de entrega y la calidad de la alimentación”.

El Secretariado Ejecutivo de la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) se reunió este lunes para analizar la situación generada, y en un comunicado “exige al gobierno nacional que brinde protección social a través del incremento del monto de asignaciones familiares, ampliación de tarjeta del MIDES a familias que han pasado a una situación crítica y otras situaciones de vulnerabilidad, y se solicita a las autoridades sustituir el sistema de viandas por un sistema de canastas que permita profundizar el necesario aislamiento social”.

Asimismo, entienden “fundamental que las inscripciones para la alimentación en las escuelas sean abiertas y que se den garantías de su implementación inmediata por parte de las autoridades”.

Según transmitió a la diaria la secretaria general de la federación, Elbia Pereira, el aumento en la demanda se ve en las escuelas de barrios de contexto crítico de Montevideo, pero particularmente en Canelones, por lo que se generó un encuentro puntual entre las autoridades del CEIP y la Asociación de Maestros de Canelones para tratar este tema. Sobre los planteos que llegan a los centros educativos, Pereira remarcó que las situaciones son muy diferentes según la ubicación de la escuela. Por ejemplo, en Montevideo la mayoría de las escuelas tenían el servicio de alimentación tercerizado, por lo que ahora hay docentes encargados de una tarea que antes no tenían, “y lo están haciendo con mucho compromiso, con responsabilidad, pero en otras escuelas, sobre todo en el interior, donde había comedores tradicionales, los directores ya tenían un vínculo permanente con los proveedores. Estas diferencias hay que tomarlas en cuenta en el momento en que se toman decisiones”, añadió.

El CEIP encomendó a los docentes que agreguen a las familias a una lista de espera, algo que para la FUM-TEP “no es de recibo”, opinó la maestra. “Alertamos al gobierno nacional que esta situación está sucediendo, y que tome las responsabilidades sobre una respuesta que tiene que ser inmediata, porque los trabajadores que están al frente también se están exponiendo, no solamente en lo sanitario, sino también frente al hecho de tener que dar la cara para negarle a una familia la bandeja”, señaló.

Sobre este punto Caggiani afirmó que hay una resolución del jueves 19 que les indica a los docentes que, además de registrar en la lista de espera, se informe que es el Programa de Alimentación Escolar el que evalúa los casos, y esto, según el consejero, “es lo que más protege a las escuelas, porque la decisión no está en la órbita de dirección”.

¿Qué pasa si la situación se agrava?

Durante el año son 250.000 los niños que se alimentan en las escuelas. Caggiani afirmó que “no es posible llegar a cubrir esa cantidad de niños y niñas en esta modalidad. No lo es desde el punto de vista de los rubros que tiene Primaria para alimentación, y tampoco es posible desde la logística que implica distribuir 250.000 almuerzos”.

El presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, se reunió con los consejeros de Primaria y allí se plantearon “cuáles eran las dificultades y cómo se estaba instrumentando el servicio de alimentación; planteamos los límites que tenía en términos de calidad del servicio y cantidad de almuerzos, y, sobre todo, los límites en caso de que se agraven las medidas sanitarias”, puntualizó el consejero, y subrayó que “este no es un mecanismo que cuide ni a las familias ni a los docentes que están trabajando, y eso también hay que tenerlo en cuenta: las medidas sanitarias que establezca el Ministerio de Salud Pública y el Sistema Nacional de Emergencia definen hasta cuándo va esta modalidad”. Por el momento Primaria no tiene más indicaciones sobre cómo proceder en caso de que la situación sanitaria del país se agrave.