Técnicos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) elaboraron un estudio de trayectorias de estudiantes de Uruguay que participaron del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce) 2013, a cargo de Unesco. Se trata de un análisis longitudinal a través de la técnica panel, que pone el énfasis en el tránsito entre primaria y la educación media, pasaje que históricamente ha sido crítico en el país.

Al respecto, el estudio concluye que Uruguay tiene “virtualmente resuelta” la transición entre la escuela y el liceo o la UTU, ya que la matriculación en la educación media “es prácticamente universal” y “se concreta en forma inmediata al egreso de primaria”. De todos modos, señala que en la cohorte de estudiantes analizada se mantienen “algunas dificultades”, principalmente en niños de menor nivel socioeconómico, que han tenido experiencias de repetición o bajos niveles de aprendizaje. En esta línea, el estudio plantea que los niños y sus familias “expresan un alto nivel de expectativas educativas al término del ciclo primario” y que la opción de suspender la trayectoria educativa luego de concluida la escuela “es virtualmente inexistente en el país”. En ese sentido, se muestra que 38% de los niños y niñas que repitieron algún grado en la enseñanza primaria ya no asistía a la enseñanza formal al tercer año del egreso.

Según se constató en el estudio panel, la mayoría de los niños que ingresan a la educación media lo hace en un centro educativo público: 62% en liceos y 17% en escuelas técnicas. Respecto de la modalidad de ingreso a la educación media, el estudio constata que es “mucho más probable” que estudiantes que repitieron, que tienen menos desarrollo de aprendizaje o que provienen de sectores socioeconómicos bajos elijan la educación técnico-profesional luego de salir de primaria.

No obstante, se da cuenta de que más allá de la matriculación casi universal en el inicio de la enseñanza media, los tres primeros años en ese tramo están marcados por “dos problemas importantes”: la interrupción de los estudios y las dificultades para que los adolescentes progresen en tiempo. “Al tercer año del egreso, un 11% de la cohorte de alumnos egresados de primaria en 2013 no asistía a la enseñanza formal y un 32% no había podido avanzar hasta tercer grado de educación media básica”, plantea el informe.

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En particular, se señala que ambos problemas se manifiestan de forma “muy desigual”, ya que los más afectados son los adolescentes del nivel sociocultural más bajo y, además, se aprecia el “carácter fuertemente acumulativo” de las desigualdades. Al respecto, se aclara que haber repetido o no lograr los niveles de aprendizaje esperados en primaria “es un potente predictor de fracasos” en la educación media. de los niños y niñas que repitieron algún grado en la enseñanza primaria ya no asistía a la enseñanza formal al tercer año del egreso.

Por ejemplo, se señala que sólo 29% de quienes repitieron en la escuela lograron progresar en el tiempo esperado en sus primeros tres años de liceo o UTU. Además, 30% de los estudiantes que se ubicaron en el nivel de desempeño más bajo (nivel 1) de la prueba de lectura de Terce para sexto año abandonaron la educación formal en los primeros tres años posteriores al egreso de primaria, porcentaje que fue de 13% para quienes estuvieron en el segundo peor nivel (nivel 2). En tanto, sólo 41% de quienes se ubicaron en el nivel 1 y 58% de los del nivel 2 lograron progresar tres grados escolares en los tres años calendario desde la culminación de sexto año de escuela.

El informe destaca que “más allá de las desigualdades” que se constataron, el seguimiento de la trayectoria de los estudiantes “pone en evidencia los problemas estructurales” que la etapa de la educación media “supone para una parte importante de los estudiantes uruguayos”.

Según se aclara, en esa situación también se incluye “una proporción no menor de adolescentes pertenecientes a sectores socioeconómicos que no pueden considerarse especialmente vulnerables” y de estudiantes “que completaron la escuela primaria sin experiencias de repetición y con niveles al menos aceptables de aprendizaje en áreas clave como la lectura, las matemáticas o las ciencias naturales”. Por lo tanto, el estudio concluye “que una trayectoria temprana exitosa constituye una condición necesaria, pero no suficiente, para el tránsito hacia y por la educación media”.

Corazón partido

Este lunes, día en que se presentaron los resultados del estudio, el presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Robert Silva, dijo que “se nos debe partir el corazón” al ver los datos y conclusiones. “La cantidad de chiquilines que quedan por el camino son los que menos tienen, los que menos aprenden”, dijo, y se preguntó “qué nos ha pasado como país”. “Cuando uno mira esas realidades y se da cuenta de que afecta a tantas vidas, que condena a miles, tiene que ser consciente y nosotros lo somos”, apuntó, y se refirió a la transformación educativa que llevarán adelante, en elaboración desde principios de este año. Para Silva, “es el momento de tomar decisiones”, por eso van a “discutir y debatir” para “tratar de llegar a los mayores acuerdos posibles”. “El país no puede, no debe dejar que siga pasando el tiempo y que las situaciones de injusticia que esta educación perduren en el tiempo”, expresó.