La Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) denunció que este año unos 3.000 estudiantes no tendrán lugar en la educación técnica porque “muchos” de los cursos solicitados por las escuelas “no han sido autorizados a la fecha” por la Dirección General de UTU, en especial en el área metropolitana. Ese fue uno de los principales reclamos que ayer llevaron al gremio a ocupar el Instituto Técnico Superior Arias Balparda cuando iba a comenzar la elección de horas docentes de UTU.
En un comunicado fechado el 25 de enero, Afutu indicó que quienes este año quieran estudiar serigrafía, orfebrería o cerámica “no tendrán oportunidad de hacerlo, porque varias propuestas de dichas familias ocupacionales que sólo se dictan en la Escuela de Artes y Oficios Pedro Figari han sido discontinuadas”. Afutu apuntó que muchos “quedarán fuera del sistema educativo”.
Señalaron que si al estudiante “no le seduce” el arte pero sí el deporte, “encontrará que han disminuido los grupos de bachillerato de Deporte y Recreación”, lo que también “puede significar quedar fuera de dicha modalidad y formar parte de una lista de espera, con su vida académica en suspenso, esperando que otros jóvenes se desvinculen del sistema educativo para entrar en su lugar”.
Afutu entiende que de esa forma se les da entrada a los privados, que este año ampliaron su oferta educativa vinculada al deporte: así lo han hecho clubes como Nacional y Peñarol y la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ). “Se están cerrando ofertas educativas que va tomando la parte privada: alguien las tiene que tomar. Hay un tema social. Ellos [por las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)] ponen la educación como una empresa. No da ahorrar en la educación y más en la UTU, a donde van los gurises porque a otro lugar no pueden. No pueden ir a un Don Bosco, a la ACJ, entonces ese es el lugar en el que tienen que estar”, dijo a la diaria la presidenta del sindicato, Mabel Mallo. De esa forma, opinó, se “ensancha” la brecha social.
Por otra parte, el comunicado de Afutu afirma que si el interés de un adolescente pasa por el diseño o la vestimenta, “tendrán que apresurarse para no caer en la lista de espera”, porque el número de estos cursos “ha bajado” tanto en Montevideo como en Canelones. También denunciaron que “algo similar” ocurre con los cursos de Mecánica Automotriz e Informática, “que se multiplican en los centros educativos privados pero merman en la UTU”.
En tanto, denunciaron que la propuesta de educación media profesional en Mecánica Naval también “se encuentra amenazada” y que “se rumorea que su desaparición es inminente”. En suma, el sindicato sostiene que “existe una clara intencionalidad de militarizar la enseñanza naval” para que pase “a la órbita del Ejército”. Según Afutu, es “perjudicial” que “un joven que quiere seguir, mantener y desarrollar un trayecto educativo” tenga que “navegar todos los años en rumores”, pero lamentan que así sea “la realidad que nos ha tocado en esta mentalidad fundacional y reformista a ultranza que nos invade desde las autoridades educativas”.
La carta, firmada por las autoridades de Afutu, apunta que “los recortes” no sólo se dan en las orientaciones de arte, industrial y de administración. Según señalan, si un joven es del “centro del país ‘agropecuario’” se encontrará con que “el área agraria ha cerrado las puertas a los estudiantes más vulnerables que pretenden cursar el [programa] FPB [Formación Profesional Básica], dejando el campo libre para ofertas particulares de institutos amigos de los tan mentados ‘malla oro’” .
“Esa es la realidad a las puertas de un nuevo año lectivo, con casi 3.000 estudiantes que estarán –los que cuentan con apoyo familiar– esperando que aparezcan los cursos, y los otros –que buscan en la UTU su refugio educativo–, en absoluta inacción y desamparo. Afutu sostiene que estos reclamos “han sido desoídos” por las autoridades y advierte que por esto habrá una “tragedia social que significará esta suma de estudiantes sin clases”.
Oferta-demanda
El director general de UTU, Juan Pereyra, señaló a la diaria que “normalmente” los grupos se cargaban “sin evaluar demasiado” la cantidad de estudiantes que había inscriptos. Según el jerarca, eso llevó, incluso en el primer año de su administración, “a que hubiera grupos que no tenían alumnos”.
A modo de ejemplo, dijo que el año pasado tenían 17 grupos sin estudiantes que fueron considerados para la elección de horas docentes y después no hubo inscripción de estudiantes. “Teníamos 283 grupos que tenían menos de diez alumnos. Los grupos que tenían cero alumnos no corresponde que se abran, y hay diversas situaciones para los que tienen menos de diez alumnos”. Por ejemplo, mencionó que si se abre un primer año de Audiovisual en Casupá, “lo tendrás que abrir con seis, siete u ocho alumnos, pero no en Montevideo”. Además, dijo que si es para garantizar una “continuidad educativa” los grupos se tienen que abrir, más allá de que sean pocos alumnos. “Lo tenés que abrir, o sea que no quiere decir que todo lo que tenga menos de diez alumnos no debe continuar”, especificó.
En ese marco, en la elección de horas docentes se resolvió “cargar” todos los grupos en los que había alumnos y existía la “seguridad” de que los hubiera. “El resto de los grupos quedaron pendientes de inscripción. Los alumnos se inscriben y una vez que hay un número suficiente de alumnos, el grupo se habilita. Entonces, uno puede decir si hay reducción o no de grupos cuando empiecen las clases en marzo, porque en este momento, en febrero, van a empezar las inscripciones, se van a habilitar grupos, o sea que hoy no hay nadie que pueda decir que se van a reducir o aumentar los grupos”, argumentó en contra de las críticas de Afutu.
“Si vos tomás la foto del día de hoy, por supuesto que hay menos grupos que los que estaban habilitados, pero la foto que va a valer es la de marzo. Esto es objetivo; se puede criticar, no compartir, pero es objetivo, porque yo tengo que evitar que haya grupos en los que tenemos docentes designados y no hay alumnos”, añadió.
Para el jerarca, los grupos se tienen que abrir de acuerdo a la cantidad de alumnos: “Si se da una baja de alumnos en la inscripción, lógicamente que los grupos van a bajar y ahora se van a perder, como puede suceder al revés: que haya un aumento de alumnos, y en ese caso van aumentar los grupos. Esto es un tema de demanda de alumnos”.
Pereyra apuntó que no se puede “atar” a una cantidad de grupos porque los docentes “puedan tener más o menos horas”. “Tenés que tener los grupos de acuerdo a los alumnos”, dijo, y agregó que entre 2020 y 2021 se aumentaron 100 grupos. Si aparecen más alumnos, se van a abrir más grupos. Esto es todo una suposición a futuro”, aseguró.
Apuestas
Precisamente, Mallo cuestionó que “todo es según la gente que se anote”. “Si se anotan 12 o 13 ya no te lo abren, si se anotan 15 lo van a pensar. Lo que se plantea es que nosotros tenemos que salir a buscar a los alumnos”, criticó.
Para la presidenta de Afutu, la educación es “como a demanda, como si fuera una empresa”. “Tenés que salir a buscar a la gente, tampoco dicen que van a hacer algo, como una publicidad o algo para que la gente se pueda anotar y si no la gente queda afuera”, afirmó. Al respecto, recordó que el año pasado muchos estudiantes quedaron afuera o en lista de espera de los cursos de Gastronomía.
Mallo dijo que desde el gobierno de la educación plantean “que hay cosas que se están actualizando y modernizando; eso es verdad, hay cursos que están fuera de foco, pasados de moda”. “Lo que se tiene que hacer es invertir. Hay gurises que no te van a otro lugar que no sea la UTU”, enfatizó. En ese sentido, apuntó que esos adolescentes están en una “situación muy compleja” y que “no están para el Ciclo Básico Tecnológico (CBT), que es lo que ellos están implementando”.
La sindicalista expresó que UTU está apostando mucho al CBT, “que es como una especie de ciclo básico de Secundaria, con dos o tres horas de taller”. Sin embargo, para Mallo es un “engaña pichanga” porque “no es un ciclo básico de Secundaria ni tampoco taller”. Indicó que la “gran ventaja” que tiene para UTU “es que son ciclos baratos” porque “en un CBT tenés a un profesor y 20 gurises, no tenés tantas horas de taller, de gasto”.
El CBT es la propuesta con mayor cobertura de matrícula en la EMB, que además cuenta con un nivel alto de aprobación (77%). Si se comparan los grados de la propuesta entre sí, se observa en tercer año el nivel más bajo de aprobación y más alto de desvinculación. La media de edades en este curso es de 14,7 años, según datos de la institución.