Después de dos ocupaciones la semana pasada, el Gremio Estudiantil del Liceo Dámaso (GED) definió volver a ocupar el centro educativo este lunes. Cuando a las 7.00 comunicaron la medida a la directora, la jerarca les dijo que debían aguardar a que comunicara el hecho a la inspección de secundaria correspondiente a ese liceo y, mientras llegaban las inspectoras, se negó el acceso de los estudiantes al liceo. Así lo explica un comunicado conjunto de los núcleos de base de la filial montevideana de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria del Uruguay (ADES) y de la Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria (ATES), que aclara que ni siquiera se permitió el acceso a los baños.

Además, los sindicatos relatan que sobre las 9.30 dos inspectoras llegaron al liceo y pidieron conversar con dos delegados estudiantiles, pero desde el GED se solicitó a las jerarcas que informen al conjunto de los estudiantes en el hall, donde aguardaban los adolescentes. El comunicado aclara que los estudiantes se mostraron “en todo momento abiertos al diálogo”, pero que las inspectoras “se retiraron del liceo por la puerta de atrás” y “negaron” la posibilidad de diálogo, ya que simplemente dejaron una orden a la dirección de “informar a estudiantes y funcionarios que no se puede ocupar” y que el liceo seguía en “‘normal funcionamiento’”.

Los trabajadores denunciaron que, en paralelo, la dirección del liceo envió un mail a docentes y funcionarios que decía: “A partir de hoy las ocupaciones son ilícitas (según decreto del 2014 de Tabaré Váquez, art. 19 del estatuto del estudiante y art. 65 del estatuto del funcionario docente). Según la Inspección, todas y todos debemos cumplir el horario en el liceo, firmar asistencia y permanecer en el mismo en su horario correspondiente”. Al respecto, desde la cuenta de Twitter de ADES Montevideo señalaron que la normativa citada “nada tiene que ver con la situación planteada”.

Los núcleos de los sindicatos entienden que esta situación generó “un vacío legal” que dejó a los trabajadores “en una situación ambigua” para seguir en una rutina “normal” cuando lo ocurrido “dista mucho de la normalidad”. Al mismo tiempo, consideran que la reacción de los mandos medios apunta a “invisibilizar” la lucha de los estudiantes, quienes, según su proclama, reclamaban por el arreglo de baños, salones y pasillos del liceo, la contratación de funcionarios de limpieza, contar con un equipo multidisciplinario y la renovación de equipos en la sala de informática. También denuncian la existencia de grupos superpoblados y la falta de salones, lo que hace que la biblioteca del liceo deba ser usada como un aula.

En este sentido, los núcleos de ADES y ATES denunciaron que hubo “violencia institucional” de parte de la Dirección General de Educación Secundaria hacia los estudiantes y definieron realizar un paro de 24 horas en el centro educativo durante todo el día. En ese marco, se concretó la ocupación del liceo.

El propio gremio estudiantil denunció los hechos en un comunicado público y planteó que lo ocurrido representa “un acto de censura y falta de respeto” hacia el GED y a todo el estudiantado. Además, señalaron que en las ocupaciones de la semana pasada quien firmó el acta de ocupación fue la directora, cuando los documentos deberían haber sido firmados por las inspectoras.