El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, solicitó a la Asamblea Técnico Docente (ATD) Nacional de Secundaria las actas de las asambleas liceales que expresaron su rechazo en forma masiva a los cambios curriculares en bachillerato. De eso dio cuenta el informe de la última asamblea nacional, que aún no fue publicado en el sitio web de la Dirección General de Educación Secundaria (DGES) y que iba a ser discutido en las ATD liceales que fueron suspendidas la semana pasada.
Este miércoles a las 13.00, la mesa permanente de la ATD Nacional concurrió al Codicen para llevar las 300 actas impresas, que fueron entregadas, más allá de que sus integrantes no fueron recibidos por el órgano, que estaba comenzando su sesión semanal. En diálogo con la diaria, las voceras de las orientaciones mayoritarias de la ATD, Daniela Pagés y Edith Silveira, señalaron que, más allá de que el pedido de Silva es reglamentario y las asambleas son parte del funcionamiento de Secundaria, “no es lo habitual”.
Según cuestionaron las profesoras jubiladas, que fueron designadas como voceras para evitar posibles sanciones a los integrantes de la mesa, el motivo por el que se hizo el pedido de las actas fue que, en la medida en que fueron llegando a la mesa permanente, se observó una postura crítica mayoritaria sobre los cambios curriculares proyectados para bachillerato. En su momento, se planteó que, de las actas que fueron llegando, 240 liceos plantearon críticas y que, si bien fueron de distinto grado, en todos los casos se rechazaron los cambios. Además, sólo dos centros educativos apoyaron explícitamente la transformación curricular para la educación media superior. Según agregaron, luego de ese procesamiento siguieron llegando los informes de las ATD de los 60 liceos restantes, que “siguen manteniendo la tendencia” del conteo inicial.
Las voceras contextualizaron el pedido en lo que entienden que es una administración que apela al “amedrentamiento” y a “vigilar y castigar”, y señalaron que con el pedido de los informes los docentes pueden sentirse, “por lo menos, interpelados”. Según agregaron, se da otro hecho “delicado”, que es que en los informes de las ATD liceales figuran el nombre y la cédula de identidad de todos los profesores que asistieron a las asambleas, lo que, teniendo en cuenta el modo de proceder de las autoridades, implica una “situación de tensión y amedrentamiento”.