Después de varios episodios de violencia registrados en distintos liceos de Montevideo en los últimos días, este miércoles docentes del liceo 41 ocuparon el centro de estudio después de incidentes que se registraron el jueves de la semana pasada.

En un comunicado, la sala docente -que incluye tanto a los profesores sindicalizados como a los que no lo están- expresó que dentro y fuera del liceo se vive un clima de “violencia sostenida”. Sobre lo ocurrido el jueves pasado, relatan que personas ajenas al liceo, entre los que había exestudiantes, quisieron entrar a atacar a varios alumnos y que lo hicieron con una violencia tal que rompieron los vidrios de la puerta de entrada. Por su parte, uno de los estudiantes que escapó de la agresión tomó trozos de vidrio y amenazó “durante un buen rato con salir a matar a alguien”. “Profesoras y funcionarios tuvieron que intervenir y forcejear con él para frenarlo y sacarle los vidrios de la mano”, agregaron los docentes.

Según plantearon, es una problemática que se arrastra desde hace varios meses y que “amenaza con continuar en escalada”, por ejemplo, con tiroteos. Al respecto, los docentes entienden que si los estudiantes implicados permanecen en el liceo, “a pesar de reiteradas intervenciones y denuncias”, se “compromete la integridad física de todos los trabajadores y estudiantes”. En suma, cuestionan que la inspección de la DGES haya propuesto como solución la realización de un Consejo Asesor Pedagógico, que se forma con docentes del centro educativo y puede proponer sanciones. Según sostienen, los profesores sienten “miedo” ante “posibles represalias” y no quieren “quedar marcados”.

Los profesores del liceo 41 denunciaron que desde el 4 de mayo vienen presentando notas escritas ante la inspección, a la que le solicitan que se hiciera presente en el espacio de coordinación docente del centro educativo. “Como respuesta a cada una de las notas, la inspectora se negó a reunirse con nosotros en el liceo, invitando en su lugar a una delegación de dos o tres docentes en representación de todos a asistir a las oficinas de la calle Juncal. Por nuestra parte, rechazamos esta invitación cada vez”, señala el comunicado, que explica que la coordinación es el espacio que reúne a la mayor cantidad de docentes.

Ante este escenario, los docentes definieron ocupar el liceo este miércoles, medida que se concretó desde la mañana hasta que oficiales policiales comunicaron el desalojo al núcleo sindical, que fue el que llevó adelante la ocupación. Por su parte, el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, criticó la medida y dijo que “no es la forma de encontrar soluciones a los problemas que puedan existir en la educación”.

Según expresó el jerarca en su cuenta de Twitter, las situaciones de violencia deben ser enfrentadas “con acciones específicas y no con medidas ilegales que implican pérdida de clases perjudicando a los que menos tienen”. La dirigente de la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES) de Montevideo Camila Menchaca salió al cruce y respondió que si la inspectora se hubiera presentado en el liceo, “no hubiera sido necesario ocupar nada”. Además, argumentó contra la ilegalidad de la ocupación y planteó que la medida “está regulada por la propia ley que este gobierno impulsó y defendió”, en alusión a la ley de urgente consideración.

En diálogo con la diaria, Menchaca señaló que la inspección sigue sin hacerse presente en el liceo 41, algo que llama la atención cuando hay inspectoras que acuden rápidamente a otros liceos, cuando las autoridades de la DGES entienden que los conflictos son generados por estudiantes agremiados. La integrante de ADES Montevideo dijo que las familias de los estudiantes también están muy preocupadas por la situación que se vive en el centro educativo, y planteó que la comunicación institucional con ellas no fue la adecuada.

En suma, reclamó que estos hechos no sean abordados en clave de “crónica roja”, ya que no debe perderse de vista que son conflictos entre jóvenes y adolescentes que deben ser mirados a partir de un enfoque socioeducativo y pedagógico. Para ello, Menchaca sostuvo que es clave la intervención de otros organismos del Estado además de la ANEP. Según dijo, ese enfoque es clave para que este tipo de conflictos pueda atenderse adecuadamente, con la menor afectación posible de la comunidad educativa.

Paro de gremios estudiantiles

Este miércoles y jueves los Gremios Estudiantiles de Secundaria (GSM) convocaron a un paro para reclamar, entre otras cosas, la atención y solución de los problemas de violencia que viven varios liceos públicos. Por ello, las actividades del paro se concentran en los liceos Bauzá y Dámaso, donde días atrás grupos de desconocidos rompieron vidrios y amenazaron y agredieron a estudiantes y docentes.

Según explicó a la diaria Belén Araújo, del Gremio Estudiantil del Dámaso (GED), este miércoles en el Bauzá se realizaron pintadas e intervenciones artísticas, lo mismo que ocurrirá el jueves en el Dámaso, donde, además, se ocupará el liceo. Araújo señaló que los estudiantes reclaman el diseño de un nuevo protocolo de seguridad y de atención de estas situaciones una vez que ocurren en cada comunidad educativa.

En ese sentido, explicó que luego de los incidentes de la semana pasada solamente tuvieron conocimiento de que concurrió una inspectora, pero les dijo que no podía hacer nada y sugirió que entre docentes y estudiantes del centro encuentren alguna solución. Al respecto, Araújo planteó la necesidad de que estos hechos no sean abordados únicamente a través de la intervención de la Policía, sino que es necesario trabajar con las causas que generan los hechos de violencia. La estudiante rechazó que la respuesta sea “poner una patrulla” o “militarizar los centros” de estudio.

La plataforma reivindicativa del GED también incluye la necesidad de arreglar problemas de infraestructura en el liceo, las que explican por problemas presupuestales. El gremio afirma que el Dámaso cuenta únicamente con 8.000 pesos mensuales para realizar arreglos, lo que es insuficiente. Entre otros problemas, el centro de estudiantes advierte “falta de mantenimiento e higiene de los baños, en muchos de los cuales faltan trancas en las puertas, papeleras, hay cisternas que no funcionan y muchas veces se encuentran clausurados”. A ello se suma que “no hay ningún baño que cuente con jabón para limpiarse las manos”, entre otros aspectos.

Los estudiantes también reclaman por la existencia de grupos superpoblados, la falta de horas de tutorías y de un equipo multidisciplinario, lo que implica que ante una crisis de ansiedad o ataques de pánico los estudiantes deban acudir a los adscriptos o profesores, que no tienen la formación adecuada para abordarlos. En suma, el GED reclama que la voz de los estudiantes y los docentes sea tenida en cuenta en la transformación curricular que está implementando la ANEP.