“Un acto de estricta justicia”. Así definió la senadora del Frente Amplio Liliam Kechichian el nombramiento del liceo 5 de Tacuarembó como Washington Benavides, en su departamento natal. Kechichian, integrante de la Comisión de Educación y Cultura de la cámara, fue la miembro informante en el plenario, que este martes aprobó el proyecto que ya había obtenido aprobación en Diputados.

La iniciativa venía siendo trabajada por la comunidad educativa del liceo desde 2019, en el marco de un proyecto de identidad cultural que identificó la obra del poeta y escritor como de relevancia para el departamento. Luego fue apropiada y apoyada por parte importante de la comunidad, pero en 2022, cuando tomó fuerza la realización de una propuesta formal, se generó controversia luego de que ediles del Partido Nacional y Cabildo Abierto quisieran presentar otra propuesta de nominación.

De todas formas, los reparos no fueron suficientes para frenar la iniciativa de la comunidad educativa, que este martes vio cómo se concretó a nivel parlamentario, después de su aprobación en la Administración Nacional de Educación Pública.

En la sesión del Senado, Kechichian realizó un repaso de la trayectoria de Benavides, fallecido en 2017, quien fue ganador de varios premios y autor de casi 30 libros y centenares de canciones, según planteó. Durante el tratamiento del punto, fue mencionado varias veces el episodio de quema de varios ejemplares del primer libro del escritor, Tata Viscacha, realizado en 1955 por integrantes del Movimiento de Acción Democrática, “un grupo de estudiantes de ultraderecha” que compró todos los libros que estaban a la venta y los prendió fuego en la Plaza 19 de abril de Tacuarembó, recordó la senadora.

Según relató Kechichian, sólo se salvaron los ejemplares que habían sido vendidos antes y los que fueron distribuidos en otras ciudades. De todas formas, el libro, que caricaturizaba a varios personajes públicos del departamento, fue reeditado en 2012, cuando también se realizó un “acto de desagravio” en la misma plaza donde medio siglo antes había sido realizada la quema, explicó la senadora.

Más allá de su importante contribución como escritor de poemas y canciones, en 1957 Benavides también inició su camino en la docencia, cuando entró como profesor de Literatura en el liceo de Paso de los Toros, donde trabajó hasta ser destituido por la dictadura, en 1976. Kechichian señaló que con el retorno a la democracia fue restituido en 1985 y que se reintegró en los liceos montevideanos número 17, Francisco Acuña de Figueroa, y en el 2, que lleva el nombre de Héctor Miranda, donde dio clases hasta 1996. Además, fue docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, concretamente en el Departamento de Letras Modernas.

En el Senado también se hizo referencia a sus aportes a la música popular uruguaya, ya que dio letra a unas 400 canciones, según estimó el senador frenteamplista José Carlos Mahía, entre ellas canciones interpretadas por músicos como Alfredo Zitarrosa o el dúo Larbanois y Carrero, entre tantos otros. Algunas de las canciones mencionadas fueron “Milonga del Cordobés”, “Cuando canta el gallo azul” y “Yo no soy de por aquí”. Si bien en algunas aparece como autor y en otras como coautor, el senador comunista Óscar Andrade planteó que en buena parte de estas últimas en realidad Benavides “compartía” la canción con colegas luego de escribirla, anécdota a la que apeló para ilustrar la “generosidad” del poeta.

Los elogios no llegaron solo desde filas frenteamplistas. Más allá de que el proyecto que da nuevo nombre al liceo se votó por unanimidad, en sala el único senador del oficialismo en hablar fue el nacionalista Sergio Botana, quien se refirió a la casa de Benavides en Tacuarembó como “un lugar donde se hacía culto a la guitarra, a los nuevos ritmos” y “a la mejora de la calidad” de la música, a la que de jóvenes acudieron muchos destacados artistas.

En ese sentido, valoró que el nombramiento del liceo con su nombre es un “homenaje al hombre que se dedica a cultivar, a crear desde las letras y a estudiar la historia musical del país y a generar propuestas musicales de altísimo valor”. Además, sostuvo que también sirve como homenaje a “la institucionalidad democrática del país y las ansias de recuperarla desde todos los ámbitos”, ya que Benavides fue uno de los autores prohibidos por la última dictadura. “Es un homenaje justo”, resumió.