Los anuncios de reasignaciones que próximamente serán votadas por la Cámara de Diputados no incluyeron a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y eso fue recibido con preocupación por los distintos sindicatos y gremios estudiantiles. En el caso de los estudiantes, cuyos gremios se declararon mayormente en conflicto desde el envío del proyecto de ley de presupuesto al Parlamento, las medidas se profundizaron este martes, cuando se llevan adelante nueve ocupaciones de institutos en tres de los cuatro subsistemas de la ANEP.

En Secundaria, los liceos que están ocupados son el 10, el 63, el Miranda, el IAVA y el Zorrilla, todos de Montevideo, y también el Manuel Rosé de Las Piedras, en Canelones, que ya había sido ocupado semanas atrás. En UTU, la coordinadora de estudiantes de ese subsistema resolvió ocupar la Escuela Superior de Informática, ubicada en Buceo. Tanto en UTU como en Secundaria varios otros gremios resolvieron hacer paro o incluso la huelga por tiempo indefinido y, en ese marco, apoyar las ocupaciones en curso.

Por su parte, los centros del Consejo de Formación en Educación (CFE) ocupados son el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y los Institutos Normales, medidas llevadas a cabo por el Centro de Estudiantes del IPA (Ceipa) y por el Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM), respectivamente.

La principal reivindicación es el cumplimiento de la promesa de campaña del partido que está en el gobierno, que consiste en lograr una inversión en educación equivalente a 6% del producto interno bruto (PIB) y 1% adicional para investigación. En las diferentes plataformas de los gremios y centros de estudiantes esto se materializa en reclamos concretos de cada institución educativa.

Por ejemplo, el Gremio Estudiantil del Miranda señala la necesidad de terminar con los “parches y excusas” y reclama una “inversión real”. Entre los rubros que deben ser atendidos, mencionan la compra de materiales, la infraestructura liceal, el apoyo a docentes y funcionarios y la construcción de liceos en zonas del país que lo necesitan “para que nadie quede afuera”. Los estudiantes marcan en particular la necesidad de contar con más y más fuertes equipos multidisciplinarios, que son integrados por psicólogos, trabajadores sociales educadores y orientadores que acompañan las trayectorias de los alumnos. “Sin ese apoyo, la inclusión queda en palabras vacías”, sostienen.

Las ocupaciones incluyen distintos tipos de actividades, como la pintada de pancartas, conversatorios, la realización de toques, como el que se hará en el liceo Zorrilla en la tarde, y también la discusión en asamblea sobre cómo seguirá el conflicto presupuestal.

Entre los reclamos del CEM y el Ceipa, además del pedido de un mayor presupuesto, se señala la necesidad de crear una Universidad de la Educación autónoma y cogobernada y de elaborar un nuevo plan de estudios de forma participativa, que deje atrás el Plan 2023, aprobado en el marco de la transformación curricular implementada por el gobierno pasado.

El CEM publicó una proclama en la que advierte que, de acuerdo con lo proyectado por el gobierno con la ley de presupuesto actualmente en discusión, el presupuesto de la educación llegará a 4,6% del PIB al final del período, lo que lo ubica “muy por debajo” de la promesa de campaña. En ese sentido, marcan que el presupuesto es insuficiente para “revertir la crisis estructural” que viven los centros educativos en materia de infraestructura y de falta de docentes, roles de apoyo y becas para estudiantes. El centro de estudiantes lamenta que “la educación pública vuelve a ser la variable de ajuste”, mientras que se “subsidia al capital y se profundiza la desigualdad”.

Sobre la situación de Magisterio, plantean que la falta de presupuesto se palpa en las aulas año a año, con “cientos de estudiantes que se quedan sin la posibilidad de estudiar” por los “escasos cupos” en carreras como Maestro en Primera Infancia y Acompañante Pedagógico en Educación Inclusiva. También marcan que hay “centros que se llueven” y “techos que se caen”, además de salones superpoblados y “sin ventilación o materiales básicos”. El CEM sostiene que hay estudiantes que deben dejar la carrera por falta de apoyos económicos a través de becas y también denuncian la falta de equipos técnicos para atender temas de salud mental, violencias, acoso y discriminación.