Pasaron cinco días del inicio de las clases, tres de ellos lectivos. El 5 de marzo, autoridades salientes y entrantes de la educación señalaron a la diaria que, más allá de algunos inconvenientes específicos, el comienzo fue “normal”. Sin embargo, en ese momento los sindicatos de Primaria, Secundaria y UTU destacaron diversas problemáticas vinculadas fundamentalmente a la superpoblación de los grupos, el proceso de elección de horas docentes y las inscripciones de estudiantes.
José Olivera, coordindor de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza (CSEU), había adelantado, aun así, que iban a analizar con detenimiento el transcurso del inicio de clases para luego dar a conocer el panorama completo. En ese marco, este lunes, en el local de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), la CSEU dio una conferencia de prensa para informar la realidad actual de cada subsistema.
“Lamentablemente, la transformación educativa, largamente promocionada por las autoridades de la educación y el gobierno saliente, desde el punto de vista ideológico, está impidiendo a las nuevas generaciones el acceso al conocimiento y ha ido generando problemas estructurales importantes”, señaló Olivera para dar inicio a la conferencia.
De acuerdo al sindicalista, la transformación educativa “agravó” los problemas estructurales de la educación y generó “nuevos problemas”, como el “ausentismo del estudiantado en los distintos niveles del sistema educativo”.
Asimismo, señaló que debido a los “problemas de implementación” que ha tenido la reforma, con “marchas y contramarchas”, ha generado “preocupación e incertidumbre” en las comunidades educativas. Por otra parte, resaltó una de las críticas más mencionadas sobre la transformación: la “sobrecarga de tareas”, particularmente administrativas, para los docentes. “Ha desvirtuado las tareas pedagógicas y exige a los docentes nuevas tareas para las que no se cuenta con los apoyos adecuados, e incluso en contextos vulnerables la sobrecarga lo hace más difícil”, manifestó. En ese marco, señaló que en la generalidad de los docentes las nuevas tareas administrativas generan “estrés”; “si se busca una transformación, no puede ser a costa de un cuerpo docente desgastado, alejado y sin su parte pedagógica, que es la clave de su tarea”, señaló.
La educación en un estado “bastante crítico”
La inscripción digital fue el segundo punto esbozado por Olivera, otro de los reclamados por los distintos sindicatos en el inicio de clases. “Este año tuvimos la novedad de la inscripción digital, que muestra la contradicción de la transformación, porque mientras pregonan la autonomía de los centros, decidieron centralizar la inscripción web, y el dato es que hay miles de estudiantes que no saben dónde van a estudiar y todavía no han empezado el año lectivo”, aseveró el coordinador de la CSEU. En ese sentido, opinó que “desde el Estado se les está vulnerando el derecho a la educación”.
Resaltó, por otra parte, que las distintas problemáticas se dan en un contexto de recorte presupuestal, ya que, según planteó, hay una “reducción sistemática del presupuesto educativo”, que al día de hoy es menor al que se tenía en 2019.
En ese sentido, dijo que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) “se vio doblemente perjudicada”, porque “no sólo tuvo menos recursos, sino que también ejecutó menos recursos de lo que tenía disponibles”. Para Olivera, esta situación se ha visto reflejada en los problemas edilicios, la falta de equipos multidisciplinarios, acompañamiento pedagógico, falta de atención y alimentación. “Las políticas educativas estuvieron centradas en otro lado, y no en los estudiantes, como dicen”, manifestó.
Asimismo, cuestionó la salida de los expresidentes de la ANEP en este período, Robert Silva y Virginia Cáceres, para ser candidatos político partidarios, y apuntó a que deberían ser quienes den explicaciones a “las demandas de las familias”. Por último, aseguró que durante todo el quinquenio existió por parte del gobierno de la Coalición Republicana “persecución contra docentes, maestras, estudiantes, funcionarios y sindicatos”.
“No es cierto que estamos en el mejor de los mundos posibles”, esgrimió. Contrariamente, Olivera aseguró que la educación se encuentra en “un estado de situación bastante crítico, donde la promesa de la transformación de resolver problemas estructurales no pasó, sino que los agravó, y eso denunciamos”.
Además de denunciarlo, aseguró que los distintos puntos mencionados son una “alerta a las futuras autoridades, a las que les decimos que estamos dispuestos al diálogo y a la negociación colectiva”, ya que “a los problemas estructurales hay que buscarles solución en el corto y mediano plazo”.