Recientemente, la Asamblea Técnico Docente (ATD) de Educación Inicial y Primaria fue noticia luego de que la oposición política viralizara una consulta referida a los actos patrios que la Mesa Permanente del órgano nacional extendió a las asambleas de centro que se realizaron el 28 de agosto. Si bien la discusión pública en esos días se centró en ese tema, el libro de resoluciones que fue considerado por las asambleas docentes tiene más de 80 páginas y abarca diversos temas que van desde el presupuesto o los cambios curriculares aplicados en el gobierno anterior hasta el malestar docente y distintas normativas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
Entrevistados por la diaria, los integrantes de la Mesa Permanente Cecilia Notari –quien la preside–, Esteban Coitiño, Valeria Doglio y Milena Rodríguez dialogaron sobre estos y otros temas, que tienen que ver con una de las principales preocupaciones de la ATD: “profundizar en la discusión pedagógica”, de forma que haya mejores condiciones para la creatividad docente, que debe ser “recuperada” luego de que fuera “cercenada” en el gobierno anterior, según manifiestan.
Por eso, la Mesa Permanente planteó que “no es casualidad” que la ATD haya resuelto crear una comisión que trabaja sobre la “violencia estructural” y su incidencia en los centros educativos. Más allá de posibles discrepancias que algunos maestros y maestras puedan tener con resoluciones a las que se llega, la ATD representa la voz del magisterio nacional y, por eso, están en constante vínculo con lo que sucede en las escuelas y jardines públicos.
En ese sentido, Notari señaló que en los últimos años “la violencia y la falta de comunicación” de las autoridades anteriores ha sido una constante en los planteos de las asambleas, lo que ha llevado a la ATD nacional a plantearse “un análisis profundo sobre la salud laboral y el bienestar docente”, que también tiene vínculo con temas más estructurales del sistema educativo uruguayo.
Coitiño recordó un diálogo reciente con una maestra y planteó que es importante tener en cuenta el complejo contexto de las sociedades actuales en el mundo entero. En ese sentido, estuvo de acuerdo con su colega en que “nunca hubo aulas con la complejidad de ahora”, más allá de que dicha complejidad viene desde afuera de las paredes del centro educativo.
Completó la idea diciendo que las complejidades están marcadas en buena medida por la creciente desigualdad social, que incide en los centros educativos. Coitiño ilustró con dos datos de Uruguay: 40.000 niñas, niños y adolescentes trabajan y un tercio de los menores de edad están bajo la línea de la pobreza. Por lo tanto, desde la ATD señalan que si bien muchas veces se pretende que la educación solucione los principales problemas de la sociedad, para que eso ocurra es necesario que intervengan otros organismos del Estado, de forma que sea posible atacar problemáticas ubicadas en la estructura social.
La ATD de Primaria plantea la necesidad de contar con más docentes y otros profesionales en los centros educativos
Los integrantes de la Mesa Permanente afirmaron, de todos modos, que la incidencia del contexto social no quiere decir que la escuela no tenga que impulsar cambios para mejorar su labor, pero advierten que estas por sí solas no darán lugar a transformaciones importantes en la sociedad uruguaya.
En el marco de un relevamiento de las necesidades presupuestales en clave pedagógica realizado por la ATD nacional, el organismo insiste con la necesidad de contar con más adultos en las escuelas y jardines públicos. Por ejemplo, señala que la ATD propone que el Programa de Maestros Comunitarios se universalice en todas las escuelas y que quienes se desempeñan en él lo hagan en cargos específicos y no cumpliendo funciones que se pagan como un extra referido a otro cargo común ya existente.
“Necesitamos más docentes, más adultos a cargo de los niños y niñas, porque hay muchas situaciones que necesitan tiempo. Parte de la problemática es que no tengo cómo solucionar quién se queda con un grupo cuando necesito hacer una entrevista o coordinar con una red comunitaria”, ilustró Coitiño.
Mencionaron, por otra parte, que no sólo se necesitan más maestros, sino también otros perfiles profesionales. En concreto, Rodríguez nombró a los psicomotricistas, ya que en la mayoría del país la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) sólo cuenta con uno de esos profesionales para un departamento entero. En el caso de los jardines, también mencionó la necesidad de tener más cargos de asistente técnico en primera infancia, que son una importante figura de apoyo para las maestras.
En este plano y ligado directamente a las situaciones de violencia y problemas de convivencia que se presentan a diario en los centros educativos, los entrevistados marcaron la necesidad de reforzar el Programa de Escuelas Disfrutables, que es el que interviene ante esos hechos. Señalaron que los equipos técnicos, que de por sí son insuficientes, no cuentan con la posibilidad de ser cubiertos con suplencias, por lo que, si algún trabajador se enferma, la demanda recae sobre el mismo equipo de trabajo. Notari calculó que, si se saca un promedio, cada uno de los profesionales del programa es referente de unos 1.800 niños, lo que resulta totalmente insuficiente.
Foto: Alessandro Maradei
El ausentismo y la tentación de las “soluciones mágicas”
Tanto el contexto social como la necesidad de contar con más profesionales fueron mencionados al hacer referencia al creciente ausentismo en la educación inicial y primaria en Uruguay. En ese sentido, Notari planteó que, más allá del “eslogan” de que recientemente se reintegraron 2.000 estudiantes al sistema educativo, es importante considerar que, en el caso de la DGEIP, ese trabajo de revinculación lo hicieron maestras comunitarias.
“No podemos pensar la asistencia sin visibilizar permanentemente las realidades de las comunidades educativas, y son las instituciones educativas las que saben perfectamente las cosas que pasan en territorio”, señaló la presidenta. En esa línea, dijo que es problemático visualizar la escuela como la principal responsable del ausentismo, ya que “el problema es la desigualdad”. Por lo tanto, entendió que no hay “soluciones mágicas” ni a nivel tecnológico ni de incentivos para las familias.
Desde dentro del sistema, entendió, lo que se requiere es una atención personalizada de la asistencia, lo que requiere de más personal y, por tanto, de más presupuesto. Notari señaló que es la maestra la que sabe a quién acudir para esclarecer por qué un niño está faltando a la escuela, pero para poder ocuparse del caso y luego, eventualmente, derivarlo a otros organismos públicos se requiere un tiempo que falta en las escuelas. “¿Cómo hacés para atender ese tipo de situaciones si vos sos la que le pone la curita, la que cuida el comedor a la hora del almuerzo, la que prácticamente pasa siete horas sin ir al baño?”, se preguntó.
Si bien se mostró de acuerdo con la necesidad de pensar en planes y acciones para que las infancias estén en los centros educativos, que es “donde deben estar”, rechazó que en muchos casos no se destinen recursos para eso y se pida que se planifique “con los tres lápices y las cuatro gomitas que tenés”. En otras palabras, dijo que eso implica hacer “milagros para escribir un proyecto” sobre el tema.
La transformación curricular y el difícil camino por desandar
Más allá de que la actual titular de la DGEIP, Gabriela Salsamendi, ha planteado que la actual administración promueve “las planificaciones libres” y, por lo tanto, la libertad de cátedra, desde la ATD entienden que el discurso y los procedimientos instalados a partir de la transformación curricular calaron hondo en algunos mandos medios del sistema y, como consecuencia, algunas prácticas son difíciles de desandar. “Es algo muy difícil, porque tenemos a todo el mundo de la inspección que orienta otras cosas, siguen obedeciendo las lógicas de la transformación curricular integral y hay mucho discurso contradictorio”, resumió Notari.
En reiterados pronunciamientos, la ATD se opuso a los cambios realizados en el gobierno pasado y, de hecho, rechaza que se trate de una transformación. Al respecto, señalaron que muchas de las conceptualizaciones que se plantean como novedades en los documentos curriculares, como la enseñanza activa o el trabajo en proyectos, se han desarrollado en la pedagogía nacional desde hace décadas.
Pasando raya, Notari sostuvo que los cambios curriculares fueron “muy nocivos” para los centros educativos porque llevaron a los docentes a alejarse de su principal interés, que es preocuparse por generar aprendizajes en los niños y niñas. Planteó que el foco se corrió primero a comprender los extensos documentos curriculares y luego a interpretar qué es lo que se espera de los docentes de aula, sumado a la complejización de las planificaciones de clase.
Al respecto, la presidenta dijo que imponer un cambio en la forma de planificación puede ser catalogado como “violencia” y, además, lejos de contribuir a una mejora de la enseñanza, va en desmedro de ella. Como ejemplo, mencionó que los cambios implicaron que para dar un tema haya que hacer una fundamentación teniendo en cuenta las competencias del Marco Curricular Nacional y otra serie de variables, lo que significa armar un verdadero “rompecabezas” que desembocó en un aumento del trabajo administrativo.
En suma, Notari señaló que el accionar promovido por las anteriores autoridades “encerró” a los docentes en sus aulas e incluso “silenció” a muchos colectivos docentes que estaban generando innovaciones pedagógicas en sus comunidades educativas, ya que se colocaron escollos para la difusión e investigación de ese tipo de prácticas.
Por considerarla una reforma “impuesta” a los docentes, la ATD de Primaria entendió que no hay modificaciones puntuales que realizar al nuevo plan, como propusieron las autoridades que asumieron en marzo. Por el contrario, entienden necesario transitar hacia un nuevo programa de estudios que sea elaborado de forma participativa y, mientras tanto, pidieron que se retorne al que fue aprobado en 2008, que fue elaborado de esa forma.
Además de un grupo formado a nivel central de la ANEP, en la DGEIP se conformó un grupo de trabajo que principalmente está abocado a la revisión de contenidos del programa, pero la ATD entiende que el principal problema de la reforma no son los contenidos, sino “toda su estructuración”, planteó la presidenta. Por lo tanto y pese a que fueron invitados en reiteradas ocasiones por las autoridades a participar en dichos grupos, la ATD decidió no hacerlo.
Los actos patrios y la posibilidad de que sean pensados por cada comunidad educativa
Respecto de la discusión pública sobre la revisión de los actos patrios, desde la Mesa Permanente lamentaron los agravios y ataques personales recibidos una vez que trascendió la consulta realizada al cuerpo docente. Plantearon que es una línea de trabajo que desarrollan desde hace años y que ha incluido consultas que marcaron, por ejemplo, que las tres cuartas partes de los maestros y maestras están de acuerdo con revisar el régimen de abanderados, con que los niños no deberían participar en desfiles militares y con que debería modificarse la forma en que se promete la bandera.
Como resulta claro de la lectura de cualquier libro de resoluciones, Notari marcó que “la ATD no se mete sólo con este tema”, sino que “se mete con todo” lo que ocurre en las escuelas y jardines públicos. En ese sentido, reivindicó el conocimiento que tienen los docentes de los centros educativos y marcó la necesidad de hacerse preguntas para generar transformaciones realmente profundas.
“Las maestras transformamos permanentemente en la cotidianidad. ¿De dónde sale esa transformación? De preguntarnos ¿por qué me salió mal esto?; ¿por qué este gurí no aprendió? Entonces, volvés a pensar y volvés a planificar. Y eso surge de cuestionarte algo que para vos estaba precioso. Todas las preguntas son bienvenidas; a veces nos incomodan, a veces nos interpelan, a veces dudamos”, aseguró la presidenta.
Foto: Alessandro Maradei
La consulta que hizo la Mesa Permanente de la ATD no apunta a eliminar los actos patrios, sino a que dejen de ser obligatorios, lo que haría que dejen de tener un protocolo uniforme para todos los centros, que es “lo que genera violencia” en ese tipo de actos, planteó Notari. Ello posibilitaría que cada comunidad educativa defina de qué manera celebrar una determinada fecha patria, algo que seguirá estando presente en los centros educativos también en los contenidos curriculares.
Según explicó Coitiño, se trata de que la mirada integral que se pretende que ocurra en la formación que se da en las aulas uruguayas también esté presente en otros rituales escolares. En relación con los actos como el de la promesa de la bandera, Doglio contó que resulta problemático para muchos niños migrantes que asisten a la escuela pública y que deben prometer una bandera que no es la de ellos. Además, los integrantes de la ATD afirmaron que, en general, un niño de seis años no entiende de qué se trata semejante promesa.
La educación plural en lugar de la inclusión educativa
Otra de las reflexiones pedagógicas que ha desarrollado la ATD de Primaria refiere al campo de la llamada inclusión educativa. Por el contrario, y a partir de un desarrollo teórico de la maestra y psicopedagoga uruguaya Daiana Vázquez, el organismo definió hablar de “educación plural” para referirse al tema. Según explicaron los integrantes de la Mesa Permanente, consideraron que el enfoque de la inclusión educativa focaliza en las personas que por distintos motivos requieren de algún tipo de adaptación del sistema educativo, cuando en realidad es este último el que tiene que estar disponible y generar condiciones para que cualquier persona pueda habitarlo y transitarlo.