La llegada a Uruguay del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, hizo que el expresidente de Casa de Galicia, Alberto Iglesias, rompiera el silencio luego de casi un año de que se iniciara el cierre de la mutualista, para contar su versión de lo sucedido. Dio varias entrevistas a distintos medios y en todas aseguró que es inocente y deslizó que todo el gobierno, pero en particular el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, deliberadamente trabajó para sacarlo de la presidencia y vender el centro de salud, por lo que planea iniciar una demanda.
En mayo, Iglesias había adelantado a la diaria que preparaba una demanda civil, pero en ese momento evitó profundizar en el tema, a la espera de que el fiscal lo convoque y se le entregue la información del expediente. Todavía no fue convocado por la Fiscalía, pero entiende que sus declaraciones públicas ya no pueden esperar más, en particular porque, asegura, Núñez Feijoo tiene que conocer su versión de los hechos.
El fiscal de Delitos Económicos Gilberto Rodríguez es el que lleva el caso. En su carpeta está la denuncia del Ministerio de Salud Pública presentada ante las autoridades de Casa de Galicia el 3 de diciembre del año pasado, que luego fue ampliada con la información de las interventoras de la mutualista. En la denuncia se presenta una lista que concentra en nueve puntos una serie de irregularidades.
En las entrevistas que concedió a El Observador, Búsqueda y Desayunos informales, Iglesias apuntó directamente contra Salinas. Opinó que el ministro tenía una animosidad particular con la mutualista, y ejemplo de esto es que nunca fue a una inauguración ni tampoco recibió al directorio. Además, Iglesias fue más allá y afirmó que tenía intención de que se cerrara la mutualista.
Consultado sobre por qué dice eso, Iglesias se limitó a decir: “No sé, capaz que ya tenía algún interesado en la institución, que el ministerio conocía. Algún interesado de los que participaron en el resultado final”. La referencia era a los cinco prestadores que absorbieron a la mutualista: Círculo Católico, Hospital Evangélico, Universal, Cudam y Crami.
En particular, Iglesias lanzó una sospecha sobre el Círculo Católico, que recibió un préstamo “exprés” del Banco República (BROU). “Es incomprensible. A grado tal que no se conoce antecedentes de que se haga un pedido, se sepa que va a ser beneficiado, y por un monto que no era necesario, porque el remate iba a ser con financiación incluida. Pero también el Evangélico hizo un pedido de préstamo, porque le iban a tocar socios de Casa de Galicia, antes de que se hiciese el decreto con los socios que le tocaban. La nota estaba en el BROU antes de la asignación que le tocaba”, dijo.
Además, señaló con suspicacia que los préstamos no fueron votados por todos los miembros del banco: “Lo curioso es que salió por mayoría, y los representantes de Cabildo Abierto y el Frente Amplio se abstuvieron, a mí me hubiera gustado saber por qué”, dijo a Búsqueda, y en la entrevista con El Observador agregó: “Por qué no pregunta por las actas del directorio; qué votaron los directores y qué dijeron los que no votaron. ¿Por qué no se sabe todo?”.
Con respecto a las denuncias de uso de cheques sin fondos o malversación del fideicomiso, Iglesias fue categórico al decir que son falsas. “El BPS estaba al día, en los 36 meses que estuve yo, con el pasivo financiado. Logramos refinanciar las obligaciones con todos los laboratorios. Cuando yo llegué, pagamos más de un millón de dólares, bajando la deuda histórica, por lo que gané credibilidad para ganar tiempo. Y con todos los proveedores al día. Con cheques, sí, pero no tuve una sola acción en 36 meses para cobrar alguna obligación en la Justicia, ni levantar ningún cheque sin fondos. Eso es mi administración”, lanzó.
Otro de los puntos de la denuncia en su contra se relaciona con la adquisición de una clínica de los doctores Leborgne, por tres millones y medio de dólares y que se hizo sin tasaciones previas del equipamiento ni de la marca en cuestión; en resumen, no hubo “informes técnicos de ningún tipo”. En la denuncia se agrega que “en Casa de Galicia no hay documentación al respecto y no se conoce el nombre de las personas que asesoraron en el proceso de compra”.
Además, se señalaba que la compra no había pasado por la asamblea representativa como marca el estatuto. Eso se lo dijo a Iglesias el senador Guido Manini Ríos cuando fue a verlo a su despacho en el Parlamento y, siempre según el relato de Iglesias, pudo demostrar con las actas que esos pasos administrativos se habían cumplido.
Según Iglesias, del fideicomiso que se pidió “nosotros sólo usamos 1,4 millones para compra de equipamiento, que fue lo que usamos para la compra de la Clínica Leborgne”. Iglesias aseguró que en la Junta Nacional de Salud (Junasa) “quienes asesoraban al expresidente Luis González Machado decían que yo estaba haciendo un mal uso de los dineros del fideicomiso. Decían que estaba usando la plata para otra cosa. ¡Es grave que se diga eso! Ahí yo me voy a la Presidencia de la República y solicito que se le haga una auditoría a Casa de Galicia por gente externa al ministerio”.
El expresidente de la mutualista asegura que la auditoría externa que se hizo a cargo de Luis Fraschini y Jorge Pereira es “la prueba objetiva, técnica y legal de que hubo un proceder cristalino y transparente”.
Ahora Iglesias va a esperar que lo citen para llevar las carpetas al fiscal y que pueda comprobar que los movimientos financieros “se hicieron por banco y de manera legal”. Para Iglesias, luego de determinar si Salinas “benefició a alguien, y si ese alguien siempre fue el mismo, estará la respuesta al nivel que tenga que darse”.
Iglesias considera que “hubo un comportamiento desleal y con mala intención desde el gobierno. Ahora, tengo que pensar que el presidente tiene que haber sido sorprendido en su buena fe y engañado, como ahora pasó con Astesiano… Tengo que pensar que eso también le pasó con Casa de Galicia. Ahora voy a demostrar que le mentían”.